La deficiencia ferroviaria en el país, produce situaciones caóticas.
Sobre todo en los perímetros de las poblaciones por las que cruza un tren de carga.
Cuánta tristeza da, reconocer que México tiene uno de los peores sistemas ferroviarios del mundo.
Ni siquiera la India, cuyos vagones son tan arcaicos, como los camiones urbanos de Ciudad Juárez.
Viajar en tren es un ensueño.
Cada viaje guarda un recuerdo especial en la vida. En torno a estos viajes se crea literatura, música, cinematografía, artes plásticas. Sueños.
Tenemos décadas de deterioro. Hoy sólo priva el negocio del transporte de carga. Y los lagartones que manejan el movimiento ferroviario de carga, no invierten en la seguridad de los vecinos que requieren atención por los peligros que sortean por el paso del tren.
En las inmediaciones de Samalayuca no son pocos los accidentes en los que el paso del tren arrolla vehículos, y la compañía se deslinda de responsabilidades, pues la máxima es, “no te le atravieses al tren, porque te arrastra”.
En Ciudad Juárez, persiste el añejo problema del tren que “hace escala” justo en el centro de la ciudad. Y detiene el tráfico vehicular de poniente a oriente, hasta por una hora.
Las comparaciones son odiosas, lo sé, pero podríamos meterle un poco de cerebro al problema. Hacer acuerdos. Dar soluciones.
No es posible que tengamos un rezago de medio siglo, cuando menos en materia ferroviaria.
Veamos
Hace más o menos 3 décadas en un viaje que yo hiciera por el viejo continente, tomé el tren en Den Haag, con destino a París y salió puntual a las 8:41 a.m. No a las 9 como podría ser el caso de una corrida mexicana.
El arribo a la estación París Nord, fue igualmente puntual. No obstante que hubo de hacerse un recorrido inter-urbano utilizando las vías del metro parisino.
Los europeos, como el resto del mundo, se toman muy en serio el movimiento urbano y de comunicación.
Su interés es proporcionar bienestar y confort a la población, mientras que aquí lo importante es el negocio sin importar el deterioro urbanístico, y el malestar para la gente.
Hay necesidad de presionar con bloqueos, enfrentarse en discusiones políticas (que no negociaciones), para lograr nimios acuerdos.
Cómo nos falta educación, conocimiento, cultura de la negociación.
Escenarios que podemos tener, pero nos falta esa capacidad de convivencia social.
Raúl Ruiz
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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