Los partidos políticos están en grave desnutrición. Famélicos de votos. Al borde de la caquexia.
Tan debilitados quedaron luego de la elección del 18, que en su desesperación por sobrevivir, se profesan amor entre sí para ver si entre las fusiones, consiguen darse mutuas transfusiones.
En el 21, se remuda la totalidad de la Cámara de Diputados; se eligen 15 gobernadores; se renuevan 30 congresos locales, y alrededor de mil 900 alcaldías, incluyendo las delegaciones de la Ciudad de México.
Y midiendole el agua a los camotes, calculan que solos no van a ganar. Pero en un auto ilusionismo provocado por la exasperación de la derrota, suponen que en el abominable maridaje, juntarán sus capitales como si fueran familias que conservan sus activos en sus cajas de caudales y los pueden usar en los momentos difíciles.
La militancia en cualquier partido son haciendas valiosas por los individuos que las conforman.
Individuos que se correlacionan por sus ideales, y defienden sus colores, sus símbolos, sus valores profundos.
Gente que se identifica por su pensamiento común, y que se compromete consigo mismo a luchar por todo esto.
Cuando sus dirigentes canjean esto por utilidades políticas, intereses personales o de grupo, la militancia se va, los dejan solos y el derrumbe es peor.
El coahuilazo fue un garbanzo de a libra, que en su desesperanza, PRI y PAN lo toman como modelo para dar la pelea en el 21.
Mi pronóstico es que lejos de fortalecerse con este amasiato, caerán por las endebles escaleras construidas con pinole.
Cuando se cumpla esta visión que les comparto, odiaré decir, ¡Se los dije! Pero con gusto se los diré.
El aberrante maridaje que se está cocinando entre PRI, PAN, y el coliche, PRD en varias entidades del país donde está en juego la gubernatura, pero más, las diputaciones federales, hará que los votos vayan para otro lado.
En Chihuahua, Movimiento Ciudadano, está floreciendo. Se está pintando de naranja la entidad.
Parecía un eslogan ocurrente de algún ingenioso mercadólogo, pero el trabajo de incorporar nuevos elementos al otrora raquítico partido, que un día rescató Cruz Pérez Cuéllar de la fosa común y le dio un poco de estructura.
Hoy, de entre el cascajo que quedó, Francisco Sánchez, el nuevo coordinador estatal, va restaurando la franquicia, y pian pianito, va cobrando vigor.
La estrategia consiste en encontrar liderazgos jóvenes, mas no juveniles. Millennials, tipo 34 a 38 años. Profesionistas, con arraigo, con carisma, que jalarán a sus similares universitarios preferentemente.
Ya se está viendo este movimiento. La cosa es… ¿Tendrán tiempo para construir la plataforma electoral competitiva?
Otro partido que podría ‘atrapar’ las mermas o sobrantes del PRI, PAN, e incluso de MORENOS inconformes, es el nuevo PES. Partido Encuentro Solidario.
David Medina, presidente estatal de esta franquicia que perdió su registro como Encuentro Social, me dijo en una entrevista express, “en Ciudad Juárez El 72% del electorado de este 2021 son jóvenes entre 18 y 27 años”.
O sea que el mercado está ahí.
¿Cuál partido se llevará al electorado juvenil?
¿Movimiento Ciudadano? O el PES.
Por lo pronto MC, va al frente, en Ciudad Juárez ya trae al güerito Martínez como candidato a la alcaldía y como factor “sombrilla”, cobijando a los candidatos a diputados que competirán por el naranja.
Vamos por las palomitas y a buscar las compras navideñas, mientras despliegan sus velas estos partidos.
Raúl Ruiz
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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