A la mitad del camino, casi siempre se antoja una remuda burocrática.
El sentido común indica que, durante la primera parte del gobierno, los funcionarios públicos son puestos a prueba en su desempeño.
Y cuando algunos cojean, o no dan el ancho, el titular del ejecutivo los cambia por otro que esté al cien y le permita cerrar su mandato con palmas y laureles.
Bueno, eso indica la lógica.
¿Pero qué pasa cuando al mandatario lo invade la codicia?
¿O cuando hay una pieza clave en su gobierno que decide por él?
Hoy me refiero al coordinador de gabinete de gobierno, Ismael Rodríguez, quien asume el cargo inventado para Gustavo Madero, hoy senador por el estado de Chihuahua.
Y que mientras el gobernador pasea a su mascota y juega golf los fines de semana, asume el poder de decidir quien se queda, quien se va y sobre todo, a quien incrusta en el gobierno para su conveniencia.
Cuando el interés personal o de grupo se impone sobre el interés del gobierno para procurar el bien común, todo el esfuerzo por crear una imagen de rectitud se viene abajo.
El cambio que hizo Javier Corral en la secretaría de educación y cultura, fue aplaudido por la comunidad académica de la entidad.
Desde el inicio de su mandato esta secretaría no tenía rumbo ni destino bajo la administración de Pablo Cuarón.
Pero con la decisión de incrustar a Gustavo Elizondo en la secretaría de Obras Públicas, el repudio popular no se hizo esperar, y como cascada comenzó a caer la crítica popular.
Y es que este personaje trae consigo una cauda de malos manejos a lo largo de su carrera política.
Podría decirse que de los panistas es el único al que se le han demostrado sus pillerías. Hay muchos que entran en los salones del “sospechosismo”, pero sin demostrarse sus latrocinios, y a Elizondo sí.
Para no gastar espacio, sólo anotaré la más reciente.
Estando al frente del fideicomiso de puentes, se embolsó poco más de un millón de pesos con la “obra” de los vialetones.
Veamos:
Se colocaron 100 piezas a lo largo del puente de la Juárez. En bodega tienen ocho de reserva. Se pagó 1’600,000 pesos a un costo aproximado de 16,000 por unidad.
El contratista, dicen es el subdirector de obras públicas de Maru Campos.
Investigando precios en Estados Unidos y México, los de mejor calidad, muy superiores a los colocados tienen un precio de 250 dólares; (4550 pesos)ya instalados.
Los mexicanos similares a los colocados tienen un precio de 3500 pesos
Entonces el precio mayor pudiera llegar a 500,000 pesos al proveedor más 100,000 utilidad igual a 600,000 pesos.
Este ratón le sacó al fideicomiso 1’600,000 pesos así que se robaron un millón de pesos.
Al cuestionarle sobre el particular, negó haber sido el que autorizó el pago tan irregular.
Pero cuando se le muestran los papeles con su firma, su salida fue: “creo que sí firmé, pero otros son los responsables de hacer estos ajustes”.
Es importante destacar que Ismael Rodríguez es el presidente del fideicomiso y jefe de Elizondo, el sujeto que le ha otorgado los dos nombramientos. Por lo tanto, la responsabilidad alcanza sin duda al propio jefe del gabinete.
Para nadie es extraño, que Gustavo Elizondo es una pieza de Ismael Rodríguez y no de Javier Corral.
Aquí es donde entramos al juego del títere y del titiritero.
¿Quién es el Títere de quién?
¿Acaso Corral es El títere de Ismael el titiritero?
¿Será acaso Elizondo el titiritero, e Ismael Rodríguez, el títere?
¿Será que Javier Corral es el titiritero disfrazado de honestidad, y permita que sus títeres retocen en en la impunidad, robándose el dinero que corresponde a la obra de infraestructura en entidad?
En este juego de títeres y titiriteros el único afectado es el ciudadano chihuahuense.
Los que entran en este juego tan divertido, se hinchan los bolsillos de billetes, y no hay prácticamente quién los detenga.
Javier Corral parece no enterarse de esta mala designación. O quizás deja en manos de su coordinador de gabinete las decisiones políticas mientras él se deja mimar por la aristocracia económica de Chihuahua.
Qué hagan sus negocios mientras se le va consumiendo irremediablemente la imagen de honestidad y de mandatario “justiciero”.
Otra conexión relevante en este juego de titiriteos, es la figura de Mario Dena, Quién es pieza fundamental de la oligarquía chihuahuense.
Hay que observar como se va construyendo la micro mafia del poder en tono azul en los próximos meses.
Voy por mis palomitas y una soda bien fría.
Raúl Ruiz
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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