La guerra de la gasolina ha traído los principales encabezados en los medios de comunicación en Ciudad Juárez. Los empresarios han dado un manotazo en la mesa, al parecer no hay negociaciones entre los grupos de interés y el conflicto entre ellos (los gaseros) será para largo. Las redes sociales han manejado dos puntos importantes para entender el conflicto y que deben ser mantenidos bajo observación para garantizar el punto de la estabilidad comercial y por supuesto la visión estratégica para movilizar a una urbe como Ciudad Juárez.
Los conflictos entre empresarios no son nuevos. Recordamos que en la década de 1970/1980 se suscitó en nuestra Ciudad Juárez un conflicto entre refresqueras. Las prácticas comerciales (monopólicas) hicieron que sobreviviera una de ellas hasta la actualidad y quedando como la líder en la frontera desde esos años. Sin embargo, la competencia no fue tan libre y prácticas que podemos considerar como no tan honestas fueron aplicadas al más puro estilo gansteril y ganar un mercado del azúcar que prevalece actualmente. La compra de al dos por uno de las botellas de la competencia, regalar el producto a cambio de la exclusividad de la venta de la marca que se promovía y otros casos emblemáticos son sólo un ejemplo de lo que ya hemos vivido en la frontera. Basta que vaya usted a uno de los refrigeradores de las tiendas y se dará cuenta quien ganó esa guerra.
Los episodios de la semana salieron a flote, un mensaje en redes sociales por parte de Alejandra De la Vega recriminaba a los otros grupos gaseros que han impugnado los actos de apertura de las nuevas gasolineras de “Arco”. Manifiesta que no han abierto nuevas gasolineras fuera de la ley, que no hay un tráfico de influencias y los reta a una competencia competitiva que ofrezca mejores servicios, litros de a litro y se pongan de acuerdo para equipar al departamento de bomberos y puedan en caso de un siniestro poder sacar la contingencia.
En sesión del H. Cabildo de la localidad, se aprobó la nulidad del actual reglamento que impedía establecer estaciones de servicio contiguas. Lo cual era el punto legal que impedía otorgar nuevas licencias de construcción de estaciones y que implicaba no estuvieran en áreas residenciales las bombas de gasolina. Lo cierto es que el reglamento vigente es inoperante ya que la pregunta que nos hacemos es ¿Quién respeta estas disposiciones? La violación es sistemática a la reglamentación y es evidente en todos los grupos gaseros, hay casas a menos de cien metros en la mayoría de las estaciones de servicio.
Hay voces que han denunciado también que hubo complicidad del Cabildo que aprobó la abrogación del reglamento que impedía establecer nuevas gaseras, sin embargo, la guerra no ha terminado, es sólo un punto de quiebre, vienen nuevos episodios.
Falta que el Congreso del estado publique en el Periódico Oficial del Estado la resolución emitida por el cuerpo colegiado y permita que entre en vigencia el acuerdo. La batalla ha tenido uno de los capítulos tristes ya que es lastimoso ver a los empresarios pelearse en los tribunales. Lo que espera la ciudadanía es una libre competencia que beneficie a los consumidores y no sólo el de unos cuantos hombres y mujeres de negocios.
Sería bueno, como lo mencionamos en la entrega anterior, que los empresarios se junten y establezcan acuerdos que beneficien a la sociedad, con mejores servicios, con equipamiento profesional que evite contingencias que pudieran significar pérdidas humanas. Por lo pronto, estaremos atentos al siguiente episodio de esta guerra que aún no termina.
Eduardo Borunda
Doctor en Ciencias Sociales por El Colegio de la Frontera Norte. Máster en Administración y Licenciatura en Administración Pública y Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Chihuahua. Ex Consejero Presidente de la Asamblea Municipal Juárez del Instituto Estatal Electoral, Ex Consejero Electoral para el IFE y IEE.
Actualmente Profesor de Tiempo Completo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UACH, institución de la que fue director del 2005 al 2010.
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