Los argumentos utilizados por AMLO y la 4T para cancelar las estancias infantiles, -mediante el recorte de alrededor del 50% a su presupuesto para este año, y el cambio en las reglas de operación que establece que ahora serán los padres y madres trabajadoras quienes directamente recibirán el subsidio federal para el cuidado de sus hijos-, giran en dos vertientes: La corrupción en algunas estancias, presuntamente utilizadas para desviar fondos públicos, y la supuesta detección de alrededor de 100 mil niños fantasmas registrados en el programa que no pudieron ser localizados (Información que, dicho sea de paso, no ha podido ser comprobada por nadie, sin importar que el INAI ya emplazó a la Secretaría de Bienestar a detallar las supuestas “anomalías”).
Los argumentos esgrimidos resultan insuficientes para comprender una decisión de política pública tan equivocada. Luego entonces, ¿Cuál sería la verdadera motivación de López Obrador para cancelarlas? Bastante claro: Su convicción peligrosa por combatir al neoliberalismo en México, a cualquier costo. Me explico: El servicio de estancias infantiles debería de ser operado de principio a fin y sufragado de manera total por el estado, puesto que es un servicio ofrecido por el estado. Sin embargo, las estancias infantiles funcionaban con un esquema que involucra a particulares que prestan el servicio a los beneficiarios y reciben un apoyo (subsidio) del gobierno federal para tales propósitos. Es decir, el estado resolvió que le resultaba más sencillo pagarle al sector privado cierta cantidad de dinero por niño para ofrecer el servicio (950 pesos para niños sin discapacidad y 1,800 pesos para niños con discapacidad) que invertir en la construcción, mantenimiento y operación de estancias infantiles del estado. Una política de corte neoliberal, no queda duda, puesto que reduce y limita el aparato del estado al tiempo que delega funciones en el sector privado, aunque no privatizadora como ha acusado el propio López.
Pese a que, en definitiva, algunas políticas de corte neoliberal han causado estragos importantes en nuestro país y no han alcanzado las metas esperadas, -como la estrategia de crecimiento económico liderada por las exportaciones, iniciada desde los 80s y detonada por el TLCAN, misma que no ha logrado superar el umbral del 3% de crecimiento sostenido en los últimos 30 años-, los mexicanos podemos sufrir graves consecuencias y el país grandes costos, por ser gobernados por quienes anteponen la emoción y la ideología, a la razón.
Y, el costo más grande de la decisión de cancelar las estancias infantiles (sin mencionar a los 300 mil infantes que están siendo ya afectados por el recorte, y serán afectados por no contar con un lugar profesional que los pueda cuidar mientras sus tutores laboran), es el de transferir una responsabilidad que estaba en las manos de particulares profesionales a las manos de padres y madres trabajadoras que utilizaban este servicio precisamente para asumir sus compromisos laborales. Debe de esperarse entonces que el cuidado de los menores sufrirá un grave atentado, perjudicando irreparablemente a la niñez mexicana.
Lo más grave de este complicado escenario es que, mientras la convicción del Presidente es la de evitar la supuesta “privatización de servicios” que debería asumir el estado, lo que verdaderamente hace es “lavarse las manos” como Poncio Pilato: En lugar de impulsar que el estado asuma verdaderamente la responsabilidad de brindar estancias infantiles a los padres y madres trabajadoras, tan sólo ofrece la más burda de las soluciones: Un subsidio que no obliga a los tutores a utilizar el recurso del estado en pagar una estancia infantil privada ni tampoco establece causales específicas para interrumpirlo.
Las consecuencias de esta mala política pública están saliendo a la luz más pronto que tarde: Tras el recorte presupuestal a las estancias, -tal y como señala el alcalde de Parral que ha interpuesto recursos jurídicos contra las acciones del gobierno federal-, el índice de desocupación laboral de mujeres en edad de laborar aumentó entre Febrero y Marzo de 3.5 a 3.7 por ciento, mientras que uno de cada tres niños inscritos dejó de asistir a las estancias infantiles. Lo anterior quiere decir que cada vez más madres trabajadoras empiezan a plantearse seriamente tomar la decisión de dejar su trabajo y dedicarse ellas mismas al cuidado de sus hijos.
Resulta muy fácil gobernar y tomar decisiones desde la Ciudad de México, en la comodidad de Palacio Nacional e ignorar la realidad nacional: Poco más de la mitad del país se encuentra en condiciones de pobreza y cerca de 9 millones en pobreza extrema. ¿Nadie se ha puesto a pensar que, tras la cancelación de las estancias infantiles y ante la impotencia de no tener cómo cuidar a sus hijos, las madres trabajadoras de este país probablemente terminarán por renunciar a sus trabajos y utilizarán el subsidio de las estancias infantiles simplemente para vivir? Y de ese modo, lo único que López Obrador estaría logrando es, quizá, lo que verdaderamente se propone: Consolidar una base importante, nacional y numerosa (y manipulable), que viva del asistencialismo impulsado por el estado. Destruir empleo, crear pobreza, consolidar el estado paternal que da y provee y sobre este andamiaje político, institucional y social, lucrar políticamente para perpetuar su régimen en el poder. Al más puro estilo venezolano.
La decisión del Presidente sería responsable sólo si existiera compromiso real de impulsar la creación de estancias infantiles del estado o si, por otro lado, estableciera en las reglas de operación del nuevo programa que los padres y madres de familia deberán registrar a sus hijos en estancias infantiles o guarderías privadas como condición para recibir el apoyo, aunado al hecho de comprobar continuamente que no han dejado de trabajar.
Al impulsar un subsidio como el que se pretende, sin obligar a los tutores a comprobar que siguen trabajando y/o comprobar que han registrado a sus hijos en guarderías particulares, podría quedar claro que la motivación subyacente y oscura de esta grave indefinición, es la de impulsar la creación del estado paternalista y benefactor. La cancelación de las estancias infantiles ponen a México un paso más cerca de Venezuela.
¡MEXICANOS, NO LO PERMITAMOS!
#EstanciasInfantilesSí
Hiram Hernández Zetina
Economista de la UNAM. Presidente del Consejo Nacional de Tecnológicos y Universidades del Partido Revolucionario Institucional. Ex candidato a Diputado Federal por el distrito 4 de Ciudad Juárez
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