Recuerdo en el 2008 cuando cursaba los primeros años de la universidad, vivíamos un ambiente lleno de violencia, nos posicionábamos como la ciudad más violenta del mundo comparada con Afganistán y Chicago. Vivíamos y veíamos más de 340 homicidios al mes a plena luz del día, levantones, encobijados, secuestros y no se diga la vida nocturna que no existía.
Recuerdo que un grupo de amigos estudiantes de ciencias políticas y otras universidades platicábamos en los pasillos que no podíamos quedarnos con los brazos cruzados, nos organizamos y empezamos a realizar eventos culturales en las colonias más problemáticas de la ciudad, recuerdo que en aquel momento “La Cima” era el picadero más peligroso de México, tenían controlado todo el narcomenudeo en ese momento, no mediamos peligros; pensábamos que podíamos hacer algo por los jóvenes que estaba captando el crimen organizado.
Decidimos hacer un evento en un parque de esa colonia; todos nos decían ¿están locos? No se metan ahí, nosotros muy jóvenes no nos importó… fue nuestro primer evento social que nos llevó a muchos lados después de eso.
Logramos realizar un evento cultural lleno de niños, jóvenes y familias en la zona más peligrosa de Ciudad Juárez. Si pudimos en la zona más peligrosa que no podemos hacer en otros lados, fué nuestro pensar.
Después de eso íbamos una vez por mes a colonias con índices de violencia muy altos, nuestra ideología era poder influir directamente en los jóvenes e indirectamente en las familias. No tardamos mucho cuando nos encontramos con grupos de jóvenes que también hacían cosas impresionantes en nuestra comunidad fue como encontrar agua en el desierto, no sólo éramos nosotros, Ciudad Juárez estaba llena de jóvenes que hacían muchísimo trabajo en las comunidades no sólo más peligrosas, sino en las iglesias, centros comunitarios, hospitales, canchas de futbol etc.
Ése pequeño grupo de jóvenes empezamos a cerrar filas y con apoyos federales (que ya no existen) logramos fundar la Red de Agrupaciones Juveniles más de 150 jóvenes por toda la ciudad que teníamos más de 50 proyectos comunitarios, de las mejores experiencias de mi vida. Modelo que se hizo viral y que gracias a un pequeño movimiento de jóvenes de toda la ciudad se empezó a replicar en gran parte del país: Acapulco, Tepito, Morelia, Tijuana entre otros.
Gracias a éste pequeño movimiento social político logramos muchas cosas, como fundar el Consejo Municipal de la Juventud aquí en Ciudad Juárez, hoy Instituto de Juventud, cambios y propuestas a leyes que favorecieran a las juventudes no sólo del Estado si no de todo el país y un precedente a nivel nacional que en Juárez los jóvenes y la participación social van de la mano con la política.
Hoy muchos hemos crecido y hemos tomado caminos diferentes los cuales me encantaría volver ver jóvenes unidos y preocupados y ocupados por la problemática de nuestras comunidades, dejando a un lado el ciber activismo y más la participación real dentro de las decisiones importantes de nuestros municipios, estados y el propio país.
Abraham Monarez
Lic. Administración Pública y Ciencia Políticas. Maestría en Administración. Consultor para la International Youth Foundation. Director de Transparencia del Municipio de Juárez. Catedrático en la Universidad Autónoma de Chihuahua.
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