Hace unos meses se dio a conocer que el Programa de estancias infantiles del Gobierno federal sería cancelado por irregularidades, que, hasta el día de hoy, no se han comprobado. Son declaraciones, como muchas que hemos escuchado del Gobierno Federal, sin fundamento en los términos legales. Siempre como regla de esto, se dice que todo debe ir bien fundado y motivado, pero esto no sucedió.
Ahora bien, por cuestiones políticas el Presidente Andrés Manuel López Obrador decidió darle la espalda los niños y niñas mexicanos, cuyas madres día con día salen a trabajar y hoy por hoy no tiene donde dejar a sus hijos.
Ciudad Juárez como todos sabemos es una entidad donde la gran mayoría de las madres salen de madrugada a trabajar dejando a sus hijos a la deriva.
En la nueva administración federal la activista Clara Torres fue una persona que en sus inicios apoyo al presidente en turno por invitación, Torres fue designada como Coordinadora Nacional de las estancias infantiles. Para ella, un gran reto ya que en años anteriores fue quien impulsó los Centros de Bienestar Infantil en nuestra frontera, tenía un reto mucho más grande, atender a más de 329,000 niños y niñas en situación de vulnerabilidad.
Llega la noticia a Torres que el Presidente quería cancelar el proyecto por cuestiones políticas y en ese sentido Clara cuestiona los porqués de esa decisión, siendo ella una de las personas encargadas de realizar auditorías a las estancias y conocer a detalle el manejo de cada una de ellas. En tantas entrevistas Torres menciona que el plan del actual Gobierno era inventar niños fantasmas y así justificar la cancelación de tan importante programa, el programa no se cancelaba por problemas económicos, sino por problemas políticos con más de 9,500 líderes en todo el país y que en ese momento son un peligro para la actual administración, esas son las palabras que le comentaron a Clara Torres por la cancelación.
La gran pregunta aquí es: ¿Por qué dejar a los niños desamparados? menciona la activista a los diferentes medios de comunicación, misma pregunta deberíamos hacerlas nosotros, ¿Por qué no salvaguardar los derechos de nuestros niños? ¿Por qué quitar algo que no solo no beneficia a un niño si no a miles de familias que salen a trabajar para llevar sustento a sus hogares?
Muchas preguntas, muchas inquietudes e incongruencias dentro de esta nueva administración pública federal.
Abraham Monarez
Lic. Administración Pública y Ciencia Políticas. Maestría en Administración. Consultor para la International Youth Foundation. Director de Transparencia del Municipio de Juárez. Catedrático en la Universidad Autónoma de Chihuahua.
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