La creciente preocupación en torno al grooming revela la vulnerabilidad de los menores de edad frente a situaciones peligrosas en la era digital. A medida que la sociedad evoluciona, nuevas formas de relaciones entre menores y adultos emergen, desafiando las normas establecidas. Aunque en el pasado los matrimonios arreglados eran comunes, hoy enfrentamos un fenómeno diferente, donde las relaciones son impulsadas por tendencias contemporáneas, como el perturbador auge del “sugar daddy”, entre otros.
Sin embargo, es fundamental comprender que la moda no justifica ni legitima relaciones inapropiadas entre un menor de edad y una persona significativamente mayor.
El elogio de ser “muy maduro para tu edad” se convierte en una trampa sutil. Aunque algunos puedan usar esta frase con inocencia, su uso prematuro puede exponer a los jóvenes a situaciones para las cuales no están preparados emocional ni psicológicamente. Esta conducta, en ocasiones hasta promovida desde el entorno familiar, contribuye a la vulnerabilidad de los jóvenes frente a depredadores en las redes sociales.
La madurez es un rasgo valorado y muchas veces asociado con el desarrollo personal. Sin embargo, es fundamental comprender que la madurez no sigue un cronograma universal y que cada individuo tiene su propio ritmo de crecimiento. El término “grooming” se ha vuelto relevante en este contexto, señalando la preocupación de algunos por la falta de madurez en ciertos individuos en relación con su edad cronológica.
La omnipresencia de plataformas digitales ha exacerbado la situación. Niños y adolescentes acceden fácilmente a redes sociales y juegos virtuales sin plena conciencia de las personas que se esconden detrás de las pantallas. Aquí es donde entra en juego el grooming, una práctica insidiosa donde los depredadores manipulan y ganan la confianza de sus víctimas con el objetivo final de explotarlas.
Es fundamental abordar el grooming desde diversas perspectivas. La educación juega un papel crucial; enseñar a los jóvenes sobre los riesgos en línea y fomentar un diálogo abierto en el hogar puede ser una línea de defensa efectiva.
Las plataformas digitales deberían asumir una mayor responsabilidad al implementar medidas más estrictas para proteger a los usuarios más jóvenes.
El grooming es un fenómeno alarmante que requiere una atención inmediata y acciones concertadas. A través de la conciencia, la educación y la acción proactiva, podemos esperar frenar este preocupante fenómeno y proteger a los menores de los inminentes riesgos.
Verena González
Lic. en Ciencias de la Comunicación