Es imperdonable que la sociedad mexicana se someta constante y firmemente de manera voluntaria a su propio engaño y fraude. Ahora con júbilo, alegría y esperanza celebra la posibilidad de la renuncia del Presidente mexicano con el enclenque y desnutrido argumento fundamentado en lo sucedido hace unos días cuando el Presidente de Guatemala Otto Pérez Molina presentó su renuncia a la Presidencia de la República ante un reducido Congreso Federal, para ser sometido a un proceso judicial a solicitud de la Fiscalía por los delitos asociación ilícita, cohecho pasivo y defraudación aduanera.
México y Guatemala son naciones con historias diferentes y propias, sus costumbres son diversas, sus proyectos y sueños son únicos. El proceso de la historia de las naciones permite los accidentes y conservar su esencia: Los accidentes son esos sucesos especiales que solo se dan en cada nación y la hacen diferente al resto de las naciones; su esencia son esos episodios de la historia que se dan de igual forma en la historia de todas las naciones. A México y a Guatemala los une esos mismos momentos que de manera similar se han registrado en cada una de sus historias, pero en diferente tiempo.
Hoy Guatemala padece un momento histórico doloroso por la renuncia de su Presidente: costumbre política ya arraigada en la sociedad guatemalteca, con salvedad de los cuatro últimos periodos presidenciales (16 años): lamentablemente está muy lejana la paz firme y permanente en la sociedad guatemalteca; los estragos y secuelas inhumanos los registran los Organismos Internacionales. México soportó demasiadas y excesivas renuncias de Presidentes en el siglo XIX, la inestabilidad política se reflejaba con crueldad en el retraso de la vida económica y social del País; hoy las Instituciones son más sólidas formalmente, a pesar de su debilidad y decadencia en la sustancia y contendió.
Guatemala y México inician el siglo XX con un Dictador: Manuel Estrada Cabrera (1898-1920) y Porfirio Díaz (1884-1911) respectivamente.
Guatemala durante el siglo XX fue gobernada aproximadamente por cuarenta y cinco Presidentes de la Republica, entre Presidentes electos, Presidentes interinos, Juntas Militares, Presidentes de facto y el Presidente Interino actual Alejandro Maldonado Aguirre. México durante el siglo XX ha sido gobernado por treinta Presidentes, en su gran mayoría Presidentes Electos y aproximadamente cinco Presidentes Interinos.
Por un lado: En Guatemala (entendamos esto como un solo indicador, entre muchos, de la grave y profunda inestabilidad política que vive Guatemala) recientemente terminó la famosa guerra civil de treinta y seis años, dejando una sociedad profundamente desorientada y con un gran debilitamiento de las Instituciones. Varios grupos políticos poderosos (entre ellos la gran mayoría militares) se disputan el ejercicio del poder político; difícilmente se disciplinan y permiten trabajar al Presidente. La lucha es encarnizada entre estos grupos que se suceden anticonstitucionalmente en la práctica del poder.
Po otro lado: El ejercicio del poder político en México es estable a partir del inicio del siglo XX. Los grupos poderosos que buscan el gobierno se alinean e intercambian intereses con el grupo político que está en el ejercicio constitucional y legal del poder, sin agredirlo. La Instituciones en su forma son sólidas: gobiernan. Independientemente de lo injusto. Lo más peligroso: el individuo en sociedad acepta tácitamente estar subyugado y bajo el total control del Estado: impugna verbalmente las acciones del Estado pero acepta, en los hechos, lo que el Estado le otorga.
Como conclusión. Mi percepción, respetuosa: la sociedad refleja la costumbre de reaccionar intestinamente, sin reflexionar, a cada acontecimiento social sobresaliente; hacer el esfuerzo por olvidar el atractivo momentáneo de los sucesos extraordinarios y someterlos a un análisis riguroso de reflexión, solo así se orientara la percepción social.
La renuncia del Presidente guatemalteco es producto de la feroz y encarnizada pugna de los grupos políticos por disputarse ilegalmente el ejercicio del poder: la sociedad guatemalteca carece de capacidad para realizar una obra de tal envergadura; más de la mitad se encuentra cautiva del analfabetismo, del hambre, del desempleo, de la falta de atención médica y demás, datos duros de Organismos Internaciones independientes de la influencia gubernamental. La sociedad mexicana también carece de capacidad para elaborar un cambio Constitucional de este tipo: está atrapada en la pasividad que provoca el sometimiento permanente a un estado de servidumbre, contenta y feliz con la forma de gobierno. Menos aún, algún grupo político diverso al grupo político que ejerce el poder intentará legal o ilegalmente luchar intensamente por la renuncia del Presidente, no se atreve a perder los privilegios y dadivas que inmoral e ilegalmente recibe del sistema del cual forma parte.
Guatemala una historia radicalmente diferente a la historia mexicana.
Es cuanto ¡un abrazo fraterno!
Originalmente publicado el 7 de septiembre de 2015

Guillermo Chávez
Abogado. Filósofo. Columnista.
Buen amigo y consejero, entusiasta. Publicamos cada semana tu columna, en tu espacio en tu memoria.
Descansa en Paz.
Hasta pronto querido amigo.