Nuestro hermoso estado, tierra de contrastes y belleza natural, se ve hoy ensombrecida por una creciente ola de violencia que azota sus calles. La situación se ha vuelto insoportable para los ciudadanos, que viven con el temor constante de convertirse en víctimas de la delincuencia. Esta realidad desgarradora nos exige a todos, como sociedad y como individuos, reflexionar profundamente y tomar medidas decididas para poner fin a esta pesadilla que amenaza con devorar la esencia misma de nuestra comunidad.
En pleno siglo XXI, es inaceptable que la ciudadanía de Chihuahua se vea obligada a vivir con miedo, incluso durante el día. La violencia desenfrenada ha alcanzado niveles alarmantes, dejando cicatrices imborrables en la tranquilidad que alguna vez caracterizó a nuestra ciudad. Los criminales parecen desafiar abiertamente a las autoridades, y es imperativo que estas respondan con contundencia y estrategias efectivas.
Llamamos a la consciencia colectiva para que todos, desde el vecindario hasta las altas esferas de gobierno, se involucren activamente en la búsqueda de soluciones. La lucha contra la violencia no es únicamente responsabilidad de las fuerzas de seguridad; es un compromiso que debe ser asumido por cada miembro de esta sociedad. Vecinos vigilantes, comunidades unidas y una ciudadanía activa son esenciales para frenar la marea de criminalidad que amenaza con consumirnos.
Las autoridades locales, por su parte, deben reconocer la gravedad de la situación y actuar con determinación. No es suficiente con simples medidas paliativas; se requiere un enfoque integral que aborde las causas subyacentes de la violencia. La inversión en educación, programas de prevención del delito y oportunidades laborales puede desempeñar un papel crucial en la construcción de un Chihuahua más seguro y próspero.
La impunidad debe ser erradicada de raíz. Las fuerzas del orden deben recibir el apoyo necesario para realizar su trabajo de manera eficiente, pero también deben rendir cuentas ante la sociedad. La transparencia y la responsabilidad son fundamentales para restaurar la confianza en las instituciones y garantizar que la justicia prevalezca.
Es hora de unirnos en pos de un objetivo común: un Chihuahua donde la seguridad sea un derecho inalienable. La violencia no solo afecta a aquellos directamente implicados, sino que se filtra en cada rincón de la sociedad, creando un ambiente tóxico que perjudica a todos.
En este llamado a la acción, recordemos que la verdadera fuerza de Chihuahua radica en su gente. La solidaridad, el compromiso cívico y el valor para enfrentar los desafíos son las herramientas que nos permitirán superar esta crisis. No permitamos que el miedo dicte nuestras vidas; juntos, podemos construir un Chihuahua donde la seguridad y la paz sean la norma, no la excepción.
Brenda Ríos
Orgullosa Chihuahuense. Amo y respeto la naturaleza. Soy mamá de Alex Benjamin, Austria Camila y esposa de Alex LeBaron. Mi pasión siempre ha sido el servicio público/civil, me inspira luchar por grandes causas que cambien el mundo. Empresaria agrícola y consultora ambiental.