Corría el año de 1942, era el 5 de marzo para mayor precisión. En ese trágico día, durante una comida con miembros prominentes de la política estatal, sería baleado el entonces gobernador del Estado de México (EdoMex), Alfredo Zarate Albarrán, el cual había tenido diferencias con el presidente de la República, Manuel Avila Camacho.
Por aquellos años, la etapa violenta de la Revolución Mexicana tenía ya algún tiempo de haber terminado, sin embargo, eso no obstaba para que de cuando en cuando, se recurriera a la violencia para dirimir diferencias políticas. Ese sería el contexto en el que habría de surgir el tristemente célebre grupo Atlacomulco.
Para sustituir al difunto gobernador, el congreso del Estado designó como gobernador interino a Isidro Fabela Alfaro, entonces ya connotado diplomático, quien, a pesar de no cumplir con los requisitos que la Constitución del Estado requería, fue ratificado por los miembros del Congreso del Estado con la condición de que se convocara a elecciones a la brevedad.
Una vez en la gubernatura, Isidro Fabela designó como su tesorero a su sobrino Alfredo del Mazo Vélez, quien, y esto está documentado, dio buenas sumas de dinero a diputados y presidentes municipales para que la Legislatura Local determinara que el periodo de Fabela se extendiera, efectivamente, hasta el término del periodo del difunto gobernador, es decir hasta 1945.
Cuentan los que han hecho la crónica de esa época, que el señor Fabela al principio tenía reticencias en ocupar el cargo, dado que él se había venido desempeñando en el campo diplomático donde ya tenía un prestigio cimentado. No fue hasta que intervino el cacique de Atlacomulco, Maximino Montiel, que el señor Fabela aceptó el cargo, donde rápidamente se convirtió en un maestro en el uso y abuso del poder.
Un ejemplo de ello, fue la disposición, aprobada por el congreso a modo que rápidamente consolidó, para que pudiera gobernar sin necesidad de tener residencia en el propio estado. El señor Fabela vivía en Cuernavaca y vía telefónica gobernaba el Estado de México.
Así se inició el clan político-mafioso de mayor duración en nuestro país, integrado por las poderosas familias Del Mazo, Velez, Montiel, Hank, Gonzalez, Peña, Nieto, Peralta, Baranda y Colin. De todos ellos podemos citar, quizás como el más emblemático, el caso de la familia Hank González.
También conocido como El Profesor, Carlos Hank González, inicio su carrera política como un profesor en una secundaria federal en el municipio de Atlacomulco, siendo “adoptado” por quienes ya integraban el grupo Atlacomulco. A la sombra del poder alcanzó una inexplicable riqueza, que perdura hasta nuestros días, velada por sus hijos y nietos.
El Profesor se convirtió en el epítome del político priista: pragmático, corrupto, cínico y autoritario. Su famosa frase, “Un político pobre, es un pobre político”, lo define de pies a cabeza, y para desgracia de nuestro país, l@s ciudadan@s comunes asignan esas cualidades, por extensión, a cualquiera que desee participar en política.
El mafioso clan del grupo Atlacomulco, ha tenido 6 gobernadores en EdoMex, después de la toma de poder por Isidro Fabela, quien gobernó durante el periodo 42-45. Esto son: Alfredo del Mazo Vélez, 45-51; Salvador Sánchez Colin, 51-57; Alfredo del Mazo González, 81-86; Arturo Montiel, 99-2005; Enrique Peña Nieto, 2005-2011 y Alfredo del Mazo Maza, 2017-2023.
El profesor Hank González, no gobernó el estado, pero ocupo diversos cargos de primer nivel en el gobierno federal, cuidando siempre por los intereses económicos del grupo, y como varios de ellos, también fue aspirante a la presidencia de la república, siendo el ahora exiliado Enrique Peña Nieto, el único en alcanzar el premio mayor.
Si consideramos que el PRI (PNR, PRM y finalmente PRI), gobierna esta entidad desde 1929, entonces podemos concluir que esa agrupación política habrá gobernado el estado de manera ininterrumpida por 94 años. Contra ese legado es que la maestra Delfina, y por extensión Morena, deberán iniciar, a la de ya, la lucha.
Citando a nuestra ínclita gobernadora de Chihuahua, en su fino y etílico estilo, decimos que sí hubo hocicos partidos en esta elección. El grupo Atlacomulco es, posiblemente, quien tiene el hocico más afectado, pero no por ello están derrotados. Tienen el poder, los medios y la ambición para seguir medrando con el patrimonio público, y no dudemos que lo seguirán haciendo.
En Coahuila también hubo hocicos rotos, solo que ahí, los propios seguidores del presidente se los rompieron entre sí.
Es cuánto.
En Ciudad Juárez Chihuahua a 5 de junio del 2023
José Antonio Blanco
Ingeniero Electromecánico. Juarense egresado del ITCJ con estudios de maestría en Ingeniería Administrativa por la misma institución y diplomado en Desarrollo Organizacional por el ITESM. Labora desde 1988 en la industria maquiladora. Militó en el PRD de 1989 al 2001.
En la actualidad, un ciudadano comprometido con las causas progresistas de nuestro tiempo, sin militancia activa.
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