El actual Instituto Nacional Electoral, es resultado del cambio que sea ido presentando en el país, y su proceso electoral. Recientemente, de forma oficial, el actual presidente, Andrés Manuel, atentó la autonomía de aquel, intentando cambiar lo que es legal. El INE, en México, es la institución que garantiza el voto de la gente, ante la desconfianza en la elección. Entonces, ¿por qué nuestro presidente, que dice que al pueblo le da atención, ahora al INE está haciendo frente?
En la elección de 1940, en la que el General Manuel Ávila Camacho del Partido Revolucionario Institucional (PRI), resultó ganador, género violencia y hasta muertes por las protestas ante el descontento del resultado. Como respuesta, el presidente centralizó los procesos electorales y promulgó la Ley Federal Electoral.
En 1946 protestantes que se manifestaban en contra de los resultados de las elecciones (que le daban el triunfo a Miguel Alemán Valdés del PRI) fueron asesinados. Se decía que el presidente en turno designaba a su sucesor por medio del PRI.
En las elecciones posteriores se volvería a ver violencia y represión, tras la victoria de Adolfo Ruiz Cortines, nuevamente del partido tricolor. Ruiz Cortines, sin embargo, realizó algo histórico en la historia del proceso electoral en nuestro país, al reconocer el derecho al voto de la mujer en 1953.
En 1963, durante la gestión de Adolfo López Mateos, llega una reforma electoral con la que los partidos minoritarios ya pueden tener más diputados en el congreso. Casi todos esos partidos minoritarios que empezaron a ocupar espacios eran aliados del PRI, a excepción del Partido Acción Nacional (PAN).
Con el movimiento estudiantil del ‘68, comenzaron a haber más demandas ciudadanas que pedían la democratización de un país dominado por el PRI. El 2 de octubre de ese año, durante la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz, sucede la trágica matanza de Tlatelolco, muestra de la represión y autoritarismo del régimen.
En 1970, Luis Echeverría Álvarez, de quién la población civil creía haber sido el autor intelectual de la matanza de Tlatelolco, gana las elecciones. En un intento de limpiar su imagen con las juventudes, Echeverría impulsó una reforma electoral en 1973, en la que se creó una Comisión Federal Electoral (dependiente de la Secretaría de Gobernación) encargada de la elecciones de diputados y senadores, y se bajó la edad para contender por dichos puestos.
El PAN decidió no participar en las elecciones de 1976, lo que dejó a José López Portillo (del PRI) como el único candidato a la presidencia de México. Como resultado, se promulgó una reforma política en 1977, en la que se abrieron espacios para todos los partidos, por primera vez había comunistas en el congreso; el PAN incrementó considerablemente su número de diputados.
En 1982 Miguel de la Madrid Hurtado llega a la presidencia con una crisis económica provocada por una baja en el precio del petróleo. El PRI empieza perder su poder de bases y comienza convertirse en una mera burocracia, lo que provoca una reforma a los partidos políticos.
Desde el norte del país, en 1983 el PAN empieza a impulsar una alternativa política. Francisco Barrio, y Luis H. Álvarez ganan las presidencias municipales de Cd. Juárez y Chihuahua respectivamente, convirtiéndose en los primeros opositores, en la historia de México, en lograrlo.
En 1985, el sismo que cimbró a la ciudad de México, dejó a la vista de los mexicanos un gobierno ineficaz para atender a las víctimas, y a una sociedad civil capaz de organizarse. Esta organización de ciudadanos se empezó a convertir en una fuerza política, ante su inconformidad, era fácil que organizaran protestas contra el gobierno, ayudaron a la democratización del país.
Cómo la Secretaría de gobernación era quién organizaba las elecciones, la ciudadanía empezó a demandar una instancia distinta para dicha tarea. En respuesta, el Código Federal Electoral de 1986, fue publicado con la intención de darle más credibilidad a las elecciones.
Con el nuevo código se permitían las coaliciones y frentes electorales, también se incluyó el sistema de representación proporcional. Además se logró que se creará un Tribunal de lo Contencioso Electoral, encargado de resolver los recursos de apelación y queja durante los procesos electorales.
Ese mismo, año el PRI empieza a sufrir su decadencia. En Chihuahua, la victoria del partido por la gubernatura es acusada de fraude. A lo interno del partido, comienza surgir una corriente izquierda que se terminó separando del partido, encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano.
Cardenas compitió contra Carlos Salinas de Gortari del PRI, y Manuel Clouthier del PAN, en las elecciones de 1988. Cárdenas iba ganando la elección hasta que se cayó el sistema, se acusó de fraude al Secretario de Gobernación de aquel entonces, Manuel Bartlett. Sin embargo, se demostró que las elecciones podían ser realmente competidas.
El PRI se volvió a debilitar en 1989, cuando se creó oficialmente el Partido De La Revolución Democrática (PRD) y se reconoció a Ruffo Appel del PAN, como ganador de la elección a gobernador de Baja California. Al año siguiente, se creó el Instituto Federal Electoral (IFE), que desplazó la Comisión Federal Electoral.
En 1992, el PAN ganó por primera vez la gubernatura del Estado de Chihuahua; en 1993, se logró que al IFE se le otorgarán atribuciones para decidir los topes a los precios de las campañas políticas y que diera validez a los resultados de las elecciones.
El ‘94 fue un año turbulento, apareció el Ejército Zapatista De Liberación Nacional, y ocurrió el magnicidio del candidato a la presidencia Luis Donaldo Colosio del PRI. Entre esa incertidumbre hubo negociaciones entre la Secretaría de Gobernación, el IFE y los partidos políticos para llegar a una reforma política, conocido como los “acuerdos de Barcelona”. Se instituyeron consejeros ciudadanos y observadores electorales, además, el implemento de nuevas tecnologías le dio más credibilidad a las elecciones. Ese año Ernesto Zedillo (del PRI) ganó la presidencia de México.
Para 1995, cuatro estados de la República eran gobernados por la oposición. Con la reforma de 1996, se logró que el Tribunal Federal Electoral se integrará al poder judicial, dejando de ser dependiente del poder ejecutivo, ese mismo año, el IFE se volvió autónomo. En 1997, el congreso modificó el artículo 41 constitucional, para que las facultades electorales se depositaran en el IFE, y se propuso que el Consejo general fuera presidido por un consejero ciudadano. Éstos cambios lograron que lo oposición pudiera ganar más elecciones.
Vicente Fox Quezada ganó las elecciones del 2000, por primera vez, el PRI perdió la presidencia de la República. La confianza en el IFE aumentó gracias a las multas que se hicieron por el “Pemexgate”. Para las elecciones intermedias del sexenio de Fox en el 2003, por primera vez en la historia de México, ningún partido alcanzó la mayoría absoluta en el congreso.
Con las elecciones del 2006 en las que resultó victorioso Felipe Calderón del PAN, la confianza en el IFE se puso en duda, puesto que su rival Andrés Manuel López Obrador del PRD lo acusó de fraude. La reacción fue una reforma que entró en vigor el 2007, que buscó reducir el gasto de los partidos y evitar la relaciones con los medios de comunicación.
Los organismos públicos locales electorales (OPLE), que organizaban las elecciones en las entidades federativas en coordinación con el IFE, fueron creados en el 2012.
En 2014, se creó el Instituto Nacional Electoral (INE), quien recibe las mismas facultades del IFE, y aún más por lo cual recibe críticas. Más recientemente, el INE agregó la figura de los candidatos independientes, garantizando nuevas formas de participación ciudadana en la representación política.
En 2023 bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador, se intentó que las elecciones volvieran a depender de la Secretaría de Gobernación, lo que significaría una regresión en el proceso electoral que tanto le ha costado construir a México. Afortunadamente, no lo logró.
Una breve reflexión. Antes de que apareciera morena, en ciudad Juárez, cuando las casillas para votar lucían llenas, los priístas se ponían a llorar, porque sabían que iban a perder. Entonces, se puede tener la hipótesis de que cuando aumenta la participación ciudadana, es casi seguro que gana la oposición. ¿Fue la reforma electoral de Andrés Manuel un intento de reducir la participación ciudadana ante un probable resultado negativo, para morena, si esta aumenta? Lo comprobaremos en las elecciones del 2024.
Juan José Casillas
Regidor en el Cabildo Juvenil 2022 de Cd. Juárez. Estudió administración pública y ciencia política en la UACH
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