Actualmente México se encuentra en periodo electoral y es por ello que el tema de ingreso universal o renta básica universal para todos los mexicanos se ha viralizado. Sin embargo, este tema no es parte de la agenda de los políticos mexicanos para ganar electorado, sino que, en los únicos años, países como Finlandia, Canadá y han realizado pruebas sobre el efecto y vialidad de dicha renta universal básica.
La renta básica universal hace referencia a una transferencia en efectivo sin condiciones, es decir, una transferencia suficiente para cubrir las necesidades básicas sin importar si se es joven, viejo, rico, pobre, con trabajo o sin trabajo. La renta universal es para todos y busca garantizar el acceso a condiciones mínimas de vida.
Desde Escocia hasta India, y desde Silicon Valley hasta Kenia, los políticos de todo el mundo se han interesado en los ingresos básicos como una respuesta a la pobreza, el desempleo y el estado de bienestar.
La idea de una renta básica universal parecerá en un principio insostenible para la economía, sin embargo, si se sustituye dicha renta por algunos programas sociales, puede ser incluso más económico. Además, el costo de la pobreza, la marginación y la violencia a falta de ingreso supera por mucho el posible costo de garantizar un ingreso para todos.
El problema de su viabilidad es que significa un gasto público y, por tanto, financiable con impuestos o deuda. Si la renta básica es alta, tienen que elevarse más los impuestos. Por tanto, está sujeta a una competencia de prioridades de gasto que la justifique y privilegie.
Además, dicha renta universal tiene un efecto desincentivador del trabajo. Con efectos similares al seguro del desempleo en los países nórdicos, que es de 80% del salario cuando el trabajador estaba ocupado y que propicia a optar por seguir desempleado, así como la adopción de una ética parasitaria.
En los países en desarrollo sobresalen las experiencias de Brasil y en México, con su programa Prospera, que ofrece apoyos para la educación, salud y alimentación que pretende mejorar las condiciones de vida de las familias pobres, predominantemente rurales. Se dan becas de estudio mensuales, complementadas por un conjunto de acciones de apoyo a la familia en salud y en alimentación. Esta ayuda se entrega a las madres de familia para garantizar su uso eficiente.
En lo personal, coincido en la necesidad de mejores ingresos que permitan garantizar la calidad de vida de la población, sin embargo, considero una renta universal quizá sea económicamente inviable sino se analiza adecuadamente, sin contar que creo que, como país, falta mucho en materia ética – cultural como para dar recursos a todos sin ninguna condición. La justo, lo necesario, lo viable, es un salario mínimo suficiente, mejores pensiones, mejores empleos e igualdad de oportunidades para todos, eso si debe ser universal.
Nancy Carbajal
Lic en Economía de la UACJ y Candidata al Grado de Maestra en Ingeniería Económica por la Universidad la Salle. Columna semanal sobre temas de economía, finanzas, política y sociedad.
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