When the Music’s Over / The Doors (1967)
“We want the world and we want it… now!”
El grito crudo de Jim Morrison refleja la desesperación
de una generación que entendió que no había tiempo
para medias tintas: el cambio real es urgente
o el colapso es inevitable. Hoy, nuestras instituciones
también enfrentan su último llamado:
transformarse o desaparecer.
El INM nació como respuesta moderna a un fenómeno global, buscando ordenar el flujo migratorio sin perder de vista la dignidad humana. Pero en el camino, la burocracia, la corrupción y la falta de reformas lo fueron desgastando, allá por los tiempos de Carlos Salinas de Gortari, quien buscó modernizar todo lo que veía a su paso y bueno, se dijo que modernizó hasta su estado civil.
Por desgracia y a la voz sabia de los ingenieros que dicen: “obra mal supervisada se la lleva el rancho de AMLO”; el Instituto Nacional de Migración (INM) terminó siendo un monumento a la inercia: control y vigilancia por fuera, burocracia y lo peor, tragedias humanas por dentro.
La noche del 27 de marzo de 2023, aquí en nuestra Heroica Ciudad Juárez, un incendio en la estación migratoria terminó con la vida de 40 migrantes y dejó 27 heridos. El fuego, iniciado por internos que protestaban contra su deportación, se propagó en un área cerrada mientras el personal de seguridad, eligió no abrir las puertas.
Fue más que una tragedia y no solo puso al INM en los ojos del mundo sino, otra vez a nuestra ciudad, ¡si de por si!. El tema relevante es que a partir de ese momento lo único que sucedió fue que solo se dieron cambios directivos al interior de la dependencia, se cerraron las 54 estaciones migratorias de las cuales 33 cerraron definitivamente, hubo acciones jurídicas y administrativas y obviamente la reparación del daño para los deudos de los fallecidos; sin embargo era para que se diera un cambio estructural y que modernizara realmente el sistema que tenía hasta ese momento prácticamente treinta años, en cambio se fue de reversa mami; solo basta darle una hojeada las noticias acerca del INM locales y la nota que me llamó la atención fue la del pasado domingo 30 de marzo de 2025, donde agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) en esta ciudad fueron enviados a patrullar el bordo del río Bravo utilizando sus vehículos particulares, debido a que las unidades oficiales estaban descompuestas. Imagínese usted lo que nuestros vecinos piensan sobre este tema, y más porque de lo más relevante que le ha pasado al nuestro país en materia de política internacional es el de los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump y esto se da debido, en partea las políticas migratorias de México, o al menos ayuda a validar en sus intenciones a dicho político,
El INM, esta olvidado completamente cuando los fronterizos y quienes viven en zonas de interés migratorio, donde las soluciones deben ser tan ambiciosas como el problema ya que es con urgencia necesario implementar mejoras al INM como:
Presencia física reforzada con más agentes, mejor capacitados, controlando la frontera, no grupos criminales.
Infraestructura digna: centros de atención para migrantes con servicios de salud, asesoría legal y alojamiento temporal.
Tecnología al servicio de la protección: sistemas biométricos y plataformas de registro respetuosas de los derechos humanos.
Actualizar la norma, actualizar la visión, mediante Una nueva Ley de Migración adaptada a la realidad de hoy, con enfoque de derechos humanos y cooperación regional.
Con lo anterior como mínimo podríamos aspirar a tener acuerdos bilaterales más justos con EE.UU., que incluyan seguridad y también desarrollo en Centroamérica ¿y por que no? Pensar en que existan programas de migración laboral temporal como los modelos exitosos entre Canadá y Latinoamérica.
Imagine usted una estructura reforzada, de primer mundo y de calidad mundial, con infraestructura acorde a proteger lo que somos celosos solo en los discursos y no en la congruencia: Nuestra soberanía.
Hoy, el INM enfrenta su momento de verdad y no puede limitarse a cambiar uniformes o logotipos. Su reto es mucho más profundo: debe refundarse sobre “la dignidad” que no admite negociación.
Este es un tiempo para decisiones incómodas. Hay que romper con lo obvio, desafiar lo acostumbrado y reconstruir desde la necesidad urgente de un sistema que proteja vidas, no que las ponga en riesgo.
¡Como te ven, te tratan! Y si queremos ser tratados como un país serio, respetado y libre de presiones como los aranceles, debemos empezar por quitar de raíz cualquier pretexto que nos exponga al chantaje.
Fortalezcamos nuestras instituciones migratorias, no como instrumentos de represión, sino como guardianes firmes de la ley, los tratados internacionales y la dignidad humana. Recordemos que México no es sólo un país de tránsito: es un cruce de civilizaciones, una oportunidad viva de mostrar al mundo que se puede ejercer la autoridad sin humillar, que se puede aplicar la ley sin quebrar el espíritu humano.
¿Por qué no aspirar a ser ejemplo mundial? ¿Por qué no convertirnos en el país que demuestra que la migración no se combate con muros ni con miedo, sino con derecho, respeto y humanidad?
En su lugar, y por miedo a no ser considerados “progresistas” con los también llamados “desplazados forzados”, hemos dejado caer al INM; y lo único que hemos logrado es empujar a los migrantes a situaciones terribles a su paso por el país, contribuyendo a la fractura social que ya nos duele en carne viva.
Porque el orden no se pelea con la moral: el verdadero progreso se construye cuando la ley y la dignidad humana marchan juntas.”

Alfonso Becerra Allen
Abogado corporativo y observador político, experto en estrategias legales y asesoría a liderazgos con visión de futuro. Defensor de la razón y la estrategia, impulsa la exigencia ciudadana como clave para el desarrollo y la transformación social.