Si bien los bajos salarios, la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades para lograr el bienestar suelen afectar a toda la población, en algunos temas, como lo es la inserción al mercado laboral, los jóvenes son los más afectados.
Lamentablemente, encontrar un empleo es complejo, pero para los jóvenes suele convertirse en un proceso aún más difícil; al grado que muchos jóvenes ni siquiera buscan trabajo, dado que están desmotivados por las pocas probabilidades de encontrarlo.
Las cifras para los jóvenes son desalentadoras; en América Latina hay 19.9 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan, es decir, en la región uno de cada cinco jóvenes de 15 a 24 años son Ninis. El porcentaje es aún mayor y alcanza a uno de cada cuatro jóvenes en países como Honduras (28.67%), Guatemala (27.36%) o El Salvador (26.61%) y la situación es aún peor si se analiza por género. En AL, el 77% de los ninis son mujeres, esto se atribuye a las altas tasas de embarazo adolescente y su consecuente impacto en el cuidado de los niños hacen que muchas muchachas de la región no puedan estudiar ni trabajar.
La existencia de los ninis esta altamente relacionada con la falta de oportunidades de empleo, especialmente para recién egresados que buscan un empleo y ya no estudian, así como la pobreza en los hogares, que obliga a cientos de jóvenes a abandonar sus estudios y la falta de los mismos, les impide emplearse.
La prueba de lo anterior son las altas tasas de desempleo en jóvenes de América Latina, tasas que no afectan en esa medida a la población adulta. La tasa de desocupación para los jóvenes es tres veces mayor que la de los adultos, 14% contra 4%. Los países que tienen una tasa de desempleo juvenil más elevada, por encima del 25%, son del Caribe: Jamaica, Barbados y Bahamas. En el otro extremo encontramos a Bolivia, Guatemala y Trinidad y Tobago, donde apenas un 5% de los jóvenes de 16 a 24 años están desempleados.
En definitiva, los países latinoamericanos tienen grandes retos en materia de empleos dignos, y el reto es aún mayor en crear mecanismos que faciliten la inserción laboral de los jóvenes, así como para reducir el abandono de los estudios a falta de recursos en el hogar. México no es la excepción cientos de jóvenes profesionistas no logran emplearse y otros miles de jóvenes deben abandonar sus estudios por la falta de recursos para costear los costos de una “educación gratuita”.
Nancy Carbajal
Lic en Economía de la UACJ y Candidata al Grado de Maestra en Ingeniería Económica por la Universidad la Salle. Columna semanal sobre temas de economía, finanzas, política y sociedad.
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