La administración de justicia es elemental para confiar en el sistema judicial, por lo que es importante que su personal, sea estrictamente seleccionado en base a la integridad y personalidad de sus integrantes. Desde los magistrados, jueces penales, jueces civiles, jueces de lo familiar, proyectistas, secretarios de acuerdos, archivistas, actuarios y el personal administrativo.
Las instalaciones forman una parte elemental para su presentación, pues los juzgados deben ser confortables, cómodos, con suficiente espacio para los litigantes y las partes del procedimiento. Con cajones de estacionamiento suficiente, tanto para el personal, como para los usuarios que acudimos cotidianamente, como lo somos los abogados.
Desde luego que dada la importancia del Poder Judicial del Estado y la investidura de lo que lo representa, debe ser cuando menos decorosa, digna y funcional conforme a la letra de las leyes que lo sostienen. Implica una inversión constante de elementos materiales y económicos para su debido funcionamiento, pues así como el derecho se transforma constantemente, así se debe implementar para cumplir cabalmente con el objetivo de aplicarlo eficientemente.
El descuido del Poder Judicial en ciudad Juárez es evidente y demasiado notorio. Pues para llegar a las instalaciones de los juzgados civiles y familiares, así como a la Fiscalía General del Estado, ubicadas en el Eje Juan Gabriel y Aserraderos, se nota el abandono y lo maltrecho de las calles aledañas que permiten su acceso. Un vehículo en perfectas condiciones recorriendo diariamente las avenidas y calles que son necesarias para llegar a los juzgados, tendrá seguramente mucho menos rendimiento y requerirá de mayor mantenimiento, por la pésima calidad y falta de planeación e infraestructura.
Al llegar a los juzgados, después de encontrar un espacio libre donde estacionarse, al introducirse en las instalaciones habrá gente por todas partes caminando o parados porque tampoco hay lugares donde sentarse. Menos con las altas temperaturas se antoja estar fuera de los edificios, donde en algunos lados se siente la refrigeración, mientras que en otros está sin clima. Luego tendrás que enfrentar el ambiente hostil de algunos funcionarios que trabajan por necesidad, porque si fuera por gusto, seguramente sería distinto.
Las salas de los juzgados civiles por audiencias que se improvisaron en el edificio contrario a la Fiscalía, están relativamente cómodas. Pero los juzgados son demasiados pequeños para el personal que requieren. Amontonados y separados tan solo por los escritorios, nos encontramos a los secretarios proyectistas, de acuerdos, al archivista y solamente el juez goza de un privado, también pequeño pero privado. Con expedientes en todas partes porque no tienen un archivo funcional, y se encuentran hasta en el piso.
En los juzgados familiares por audiencias, que también se improvisaron en el edificio contrario a la Fiscalía, encontramos salas pequeñas y con el mobiliario más barato de las segundas. Igualmente los secretarios proyectistas, de acuerdos, el archivista y demás, están separados por los escritorios y los jueces son los que gozan de un pequeño privado. Son generalmente dos salitas. Una para las audiencias anticipadas y otra para las audiencias preliminares y las de juicio.
Además de encontrarnos ante esta situación incómoda e irregular por tratarse del palacio de justicia en nuestra ciudad, tenemos que los principales cargos, los ocupan abogados de Chihuahua capital, discriminando visiblemente a los juarenses. Además con el complejo de superioridad en la mayoría de los casos, imparten justicia a su modo y en muchas ocasiones con baja calidad de conocimientos que debilita a la justicia.
Los abogados en el ejercicio libre de nuestra profesión, nos organizamos desde hace un año y medio instalando la Mesa de Trabajo de Litigantes, con el deseo de mejorar el servicio profesional en todos los ámbitos, desde el otorgamiento de una copia, hasta la manera en que los jueces dictan sentencias y atienden las audiencias. Denunciando ante la Judicatura y ante el Tribunal Superior de Justicia, debidamente representados, todo acto de corrupción e ineficiencia, que nos ha dado buenos resultados. Aunque lentamente, pero la iniciativa está funcionando. Las reuniones son cada quince días ininterrumpidamente, salvo días festivos y vacaciones.
Los niveles de corrupción e ineficiencia se están atendiendo, principalmente por el Magistrado Roberto Siqueiros, en representación de la Judicatura del Estado. La urgencia que requerimos para mejorar, incluye la pésima infraestructura que he comentado, como todos los demás servicios y servidores. El gobierno ha saturado los edificios además con la Junta de Conciliación y Arbitraje, la Secretaría de relaciones Exteriores y los abogados de oficio.
Héctor Molinar Apodaca
Abogado especialista en Gestión de Conflictos y Mediación.
Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.