“Lo que hagas por otro que ese otro pueda hacer por sí mismo, no lo ayuda, lo hace inútil…”
Originalmente publicado el 23 de enero de 2018
Una corriente de pensamiento débil se está deslizando con la rapidez de una epidemia, impregnando los otrora poderosos Centros o Escuelas de Conocimiento que hoy solo irradian alejamiento de las ideas y confusión de los principios.
En consecuencia. Con extraordinario atrevimiento sostienen, los Iniciados de esas Escuelas o Centros, la validez suprema de sus propias fantasías, considerándolas ajustadas a la libertad de pensamiento en el ejercicio del razonamiento, condición esta, que funda la verdad de sus quimeras defendibles únicamente en el campo del delirio, evitando, intencionalmente, la rudeza y frialdad de la comprobación.
Por ende. Esta conducta iniciática es producto de la carencia del conocimiento profundo y exhaustivo de esos principios e ideas que sostienen a esos Centros y Escuelas; que el transcurso de los siglos no ha logrado extinguir; más la actividad pasiva y egoísta de sus miembros ha logrado debilitar.
Es así. Que del desconocimiento que los iniciados tienen de los ideales y principios que sostienen, a esos Centros y Escuelas, con la firmeza que da la posesión de tan altos valores, se genera una supuesta verdad propia. Sin percibir, ni lo mínimo, de ese conocimiento válido independientemente de la voluntad del hombre.
En calidad de ejemplos ilustrativos, citaré, con respeto, dos grandes instituciones del conocimiento que instruyen a sus miembros en relación al estudio y a la práctica de la Filantropía:
La Orden Rosacruz AMORC, capacita a sus iniciados definiendo la filantropía en el idealismo metafísico, privilegiando el carácter místico de la conciencia interna sus miembros.
La Iglesia Gnóstica, educa a sus adeptos en el ámbito de la exclamación de bendiciones generosas al concepto de filantropía entre otros, bendiciendo a los hombres que han conquistado esas virtudes.
En ambas, Escuelas y Centros, sus iniciados tienen la falsa creencia de ser poseedores de una mayor cantidad de conocimiento valioso que la misma órdenes a que pertenecen.
Ante esta condición de los iniciados en las órdenes, cabe destacar y citar el pensamiento formalista kantiano que se ajusta con exactitud a la práctica caritativa llamándola injustamente Filantropía:
“Lo que hagas por otro que ese otro pueda hacer por sí mismo, no lo ayuda, lo hace inútil…”
Aclarando el pensamiento Kantiano ejemplificaré: el paradigma de la filantropía es un modelo típico de esta condición de desatención y abandono, por sus miembros, a los principios de las Escuelas y Centros mencionados.
Por con siguiente. La esencia de la estructura del concepto de Filantropía sostiene su definición que es la solidaridad del hombre por amor al hombre mismo y no por amor a un factor ajeno de su naturaleza.
Los iniciados de los Centros o Escuelas confunden la práctica de filantropía, practicando la caridad; esta equivocación es producto de la falta de análisis profundo y concienzudo, de los Iniciados, de sus principios e ideas que únicamente ajustan la práctica de la supuesta Filantropía a sus intereses personales y egoístas, sin respeto a la trascendencia humanitaria de este principio, perjudicando así al hombre.
La filantropía es la solidaridad con la humanidad en satisfacer sus necesidades y anhelos trascendentales y no en satisfacer miserias primarias y temporales, esto es caridad.
La naturaleza dotó al individuo de la capacidad suficiente en el aprovechamiento de los recursos naturales para satisfacer sus necesidades. Es justo, que el individuo ha menester el auxilio de sus semejante, en un momento dado, en la satisfacción de sus necesidades primarias, pero no permanentemente. La falsa necesidad y la falsa filantropía se complementan satisfaciendo únicamente egos.
A fin de terminar este trabajo indicaré que los iniciados en las diversas Escuelas o Centros de conocimiento contemporáneos han preferido lo confortable y placentero de sus personales opiniones al trabajo exhaustivo que requiere el estudio y análisis de las doctrinas.
Confundidos y desorientados intentan practicar la Filantropía en la sociedad según los dictados de su imaginación infundada y no en los términos de los conocimientos universales y permanentes valiosos en sí mismos que la doctrina en especial les proporciona.
Guillermo Chávez
Abogado. Filósofo. Columnista.
Buen amigo y consejero, entusiasta. Publicamos cada semana tu columna, en tu espacio en tu memoria.
Descansa en Paz.
Hasta pronto querido amigo.