Todo empezó el pasado 27 de abril cuando el bloque opositor en el Senado pretendió imponer la candidatura de Ricardo Salgado Perrilliat como nuevo comisionado ante el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI). Como el senador Monreal había avalado el acuerdo, se suponía que la votación iba a ser mero protocolo.
No contaban con la insubordinación de l@s senadores de Morena ante su coordinador. Quien fuera secretario técnico del Sistema Nacional Anticorrupción, durante el sexenio de Peña Nieto perdió la votación y se desató la ira de l@s opositores. Esa sería la señal para lanzarse a la toma de la tribuna.
Cabe mencionar que, en el mes de junio del año pasado, la oposición se declaró en “moratoria legislativa”, por lo que desde entonces se han negado, de manera sistemática, ya no digamos a debatir propuestas o iniciativas, ni siquiera a leerlas.
Lo anterior hizo más que claro lo evidente, no se trataba más de que se aprobara un comisionado, como de detener el proceso de reformas impulsadas por el presidente. Y esa era la verdadera motivación detrás de la toma de la tribuna: detener el trabajo legislativo hasta que concluyera el periodo ordinario de sesiones.
¿Que hizo el grupo de senadores oficialistas? Hacer uso de su mayoría. La oposición minoritaria ahora reclama que no participaron en la sesión convocada a la sede alterna, primero, porque no se les comunicó con tiempo, y segundo, que no hubo quorum. En ambos casos hay falsedad.
En el caso del primer reclamo, desde las cinco de la tarde de ese día ya se sabía del cambio de sede, y tan se sabía, que la senadora Xóchitl Gálvez de Acción Nacional llegó a la sede alterna, con suficiente tiempo para encadenarse a la tribuna, otra vez, para intentar impedir que se reanudara la sesión.
La senadora, conocida por su protagonismo histrionico, no contaba con que la reunión habría de reanudarse en el patio, y no dentro del viejo recinto, donde 65 senador@s pasaron lista de presente a las diez de la noche, dando validez al quorum para los efectos legales que fueran requeridos. Por cierto, otro senador del PAN, Damián Zepeda también estuvo presente en la sede alterna, atestiguando el proceso, solo que, a fin cuentas fiel a su moratoria, decidió no pasar lista.
Ahora, tanto el bloque opositor, como sus voceros, contratados y oficiosos, se desgarran las vestiduras ante el uso de la “aplanadora” oficialista para imponer las reformas que el presidente presentó. “El regreso del viejo PRI” gritan a voz en cuello, con el cinismo propio de los viejos priistas.
No es ningún delito declararse en “moratoria legislativa” es un derecho que bien le asiste a cualquier legislador; pero tampoco es un delito hacer uso de una mayoría ganada de manera legítima, en las urnas. Y ahí es donde estriba la médula de este falso debate, hacer uso de una “aplanadora” hoy, no es lo mismo que en el periodo previo a las elecciones del año 2000.
En los años dorados de “El Partidazo”, el proceso electoral era un mero protocolo. El PRI ganaba de cualquier manera, a la buena o a la mala. Por eso tenían el control absoluto de todos los órganos de poder, porque se ROBABAN las elecciones.
Quienes están en este momento en el poder, no se robaron ninguna elección, GANARON con la voluntad popular. Fueron l@s ciudadan@s quienes les confirieron ese poder. Y ell@s pueden decidir cómo usarlo.
Por cierto, y como dato curioso. En la ley vigente, esa que el mc-prianismo no quiso modificar porque su INE no se toca, está incluida la llamada cláusula de gobernabilidad, que automáticamente le da al partido ganador, los legisladores necesarios para alcanzar la mayoría simple.
Por eso Morena y sus aliados pueden, aun sin alcanzar el 50% más uno de los votos, tener mayoría simple en el Congreso. En el paquete de reformas constitucionales que presentó el Presidente, se incluía la eliminación de dicho precepto legal. Pero esa propuesta no pasó, porque el INE no se toca.
En conclusión, al Mc-Prianismo le pasó por encima una aplanadora, solo que l@s legisladores del bloque opositor están convencid@s de que dicha aplanadora les pasó apenas este pasado 28 de abril, no, esa planadora les pasó por encima desde el 2018, pero, evidentemente, todavía no les ha caído el veinte.
Es cuánto.
José Antonio Blanco
Ingeniero Electromecánico. Juarense egresado del ITCJ con estudios de maestría en Ingeniería Administrativa por la misma institución y diplomado en Desarrollo Organizacional por el ITESM. Labora desde 1988 en la industria maquiladora. Militó en el PRD de 1989 al 2001.
En la actualidad, un ciudadano comprometido con las causas progresistas de nuestro tiempo, sin militancia activa.
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