En la educación básica a nivel secundaria, se les enseña a los alumnos la base de las ciencias, las humanidades y las ciencias sociales para que vayan teniendo un desarrollo integral y diversificado su pensamiento, sin embargo; la situación socioeconómica de nuestro país afecta el desempeño académico de los alumnos. Porque además, las instituciones no tienen claro que curricula o agenda educativa proyectar. Aunado a esto, la situación laboral y la falta de oportunidades ha provocado que los padres que tienen la oportunidad de tener a sus hijos en escuelas privadas, se enfoquen más en que ellos obtengan números altos que comprobar si están comprendiendo lo que se les enseña.
Así como en la época positivista, estamos en una nueva automatización de las próximas generaciones. Aunque ya no hay censura de libros ni prohibiciones como las conocíamos, el siglo XXI nos está hundiendo cada vez más en la ignorancia porque cada vez se ignora más en términos científicos e históricos. Ante esta situación, la SEP ha estado promoviendo una forma diferente de evaluar a los alumnos que es la siguiente:
Evaluación formativa ¿Qué es? Es un proceso por el cual el profesor recoge evidencia del aprendizaje para tomar decisiones sobre cómo seguir avanzando o modificar dicho proceso. Para que esto se pueda dar el profesor debe tener claro cuáles son los objetivos de la materia o de los aprendizajes esperados, luego donde se encuentra ubicado el alumno y como se puede seguir avanzando para llegar al objetivo de la materia.
En teoría este método parece ser el más adecuado para la práctica del profesorado en la actualidad y hacer frente a los retos del siglo XXI, sin embargo; nos enfrentamos a varios problemas. El primero es que la evaluación no puede ser la misma en las diferentes fases de la NEM, porque no se puede generalizar al estudiante; entonces no se puede estandarizar el método por ello ¿Cómo se evaluaría? También se debe lograr que el alumno reflexione que está aprendiendo, es decir, que sea consiente. Desafortunadamente eso no será posible porque la primera barrera son los libros de texto y el sistema nacional, ya que los libros si están estandarizados y los argumentos allí vertidos no coinciden con la realidad inmediata de los alumnos.
En un video titulado “Evaluación Formativa” con el pedagogo Dr. Ángel Díaz Barriga en compañía de la Mtra. Claudia Bataller, abordaron el tema y lo que más me llamó la atención del video es que enfatizaron en que “el maestro debe hacer una reflexión sobre su práctica docente” ¿Y qué maestro no hace esto? Con el simple hecho de hacer una planeación ya se está reflexionando. Cuando le hice este comentario a la instructora del Consejo Técnico Escolar, de buena manera me respondió que ese comentario era enfocado a que el maestro no debe condicionar a un alumno por su calificación.
Así como dejar prácticas anti pedagógicas y recordar que los exámenes deben ser una retroalimentación para el alumno, en el caso de los exámenes de historia en secundaria, por alguna razón y pese a los esfuerzos; los alumnos siguen aferrados a memorizar datos concretos. Cuando lo que he tratado de inculcarles es que entiendan los procesos para deducir las fechas.
Desafortunadamente aún no lo he logrado y veo la frustración en los alumnos al sacar una baja calificación provocándoles un trauma a lo que yo me pregunto ¿Y eso no es anti pedagógico? Los alumnos están mecanizados al igual que sus padres y las escuelas con los números y no en los procesos, entonces ¿Dónde empezó este problema?

Marduk Silva
Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Profesor en Preparatoria Lobos de la Universidad de Durango Campus Juárez y en la Escuela Preparatoria Luis Urias.
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