La reforma judicial, empieza a recordarme la llegada de AMLO al poder, cuando para combatir al huachicol, dejó al país sin gasolina, para acabar con la corrupción en materia de salud, dejó al país sin medicinas, e innumerables casos similares. ¿Será que para acabar con la corrupción, ineptitud e ineficacia de nuestro sistema de justicia (cosa que es cierta), acabaremos sin quien aplique la ley?
Vivimos en un país en donde la irrealidad se vuelve real desde palacio, donde de tanto decir que es verdad y que es mentira, surge una realidad alterna, donde de tanto victimizarse hay gente que ama al presidente bueno por que hay lobos malos merodeando, aunque sea el pastorcillo el que mienta diciendo que tiene otros datos, por cierto incomprobables.
Existe en el país como nunca antes un grupo enorme de funcionarios vacunados por el poder y que por ello no temen a la ley, infinidad de dependencias que no cumplen con los pagos a sus proveedores porque hay alguien detrás que los proteje más allá de la ley. Ese alguien tiene nombre y apellido y pretende quebrantar a empresas que en su momento, en el próximo sexenio podrían ser su competencia en contratos multi millonarios que las dependencias públicas otorgan a las empresas para poder dar servicio a la ciudadanía.
Me pregunto si la presidenta Sheinbaum seguirá con esa política de apariencias, en lugar de una política de realidades palpables o por lo menos comprobables.
En el Poder Judicial Federal, ya se habla de la necesidad de un relevo gradual, es decir que ya dieron por perdida la batalla, y siendo así suena menos problemático que terminar con ministros, jueces y magistrados de un solo golpe y dejarnos a todos en el limbo jurídico.
Cada vez me convence más el gabinete que la Dra. Sheinbaum ha venido seleccionando, conozco la impecabilidad de muchos de ellos, su honradez y ética profesional, sin embargo lo mismo pensaba de muchos de los miembros del gabinete de López Obrador y hay casos en que han sido vencidos por la ambición y la avaricia, en algunos de ellos la hipocrecía no es propia, les ha sido impuesta, pero ya hablarán al respecto en su momento. ¿Cuántas veces hemos sido testigo de que el cambio de la banda presidencial es el momento del cambio de bando?
Si, Claudia Sheinmbaum, tendrá que desmarcarse si no quiere que se caiga la economía, tendrá que rehacer a un sistema judicial casi inoperante y que requiere una transformación profunda. ¿Cuál debe ser la diferfencia?
En mi opinión AMLO, ha provocado este tema como una ocurrencia debido a la falta de reverencias a su persona, además de no acatar sus órdenes. La presidenta Sheinbaum, deberá concluirlo para generar un auténtico estado de derecho, para terminar con las prebendas, las dádivas y la espantosa corrupción, pero sobre todo para garantizar que sea la ley y quienes la apliquen uno de los puntales de su gobierno, para ello la autonomía es tan indispensable como su supervisión.
Un Poder Judicial que garantice a las empresas la seguridad necesaria como para que no se vayan de México y a las empresas extranjeras que sus capitales estarán seguros aquí. Que los criminales sean sentenciados en tiempo y forma.
Decían que INE no debía tocarse, y se tocó, pero también es que pasó de tener consejeros ciudadanos a representantes de partidos, aunque eso… sigue igual. Ojalá que lo de la corte no sea para darle una maquilladita y ponerla a modo.
Fernando Schütte Elguero
Empresario inmobiliario, maestro, escritor, y activista en seguridad pública. Destacado en desarrollo de infraestructura y literatura.
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