Originalmente publicado el 16 de mayo de 2017
Tolerar los errores y las debilidades es reconocerles el derecho de demandar y exigir respeto. Ante la falta de respeto, se discrimina.
El siglo XVIII se ilumina con el extraordinario pensamiento del racionalista Voltaire: considera a la Tolerancia y a la Libertad de Pensamiento instrumentos de combate en contra del Dogmatismo, de la Ignorancia y de la Superstición.
Su carácter crítico lo impulsa a impugnar los sistemas político y social de su época, al considerarlos fundados en el absolutismo y en la superstición, estimándolos distanciados de la razón, de la reflexión y del análisis.
Sin embargo, la herencia intelectual de Voltaire ha generado en la sociedad contemporánea conflictos y confusiones en el ejercicio de su concepto de Tolerancia: ¿Qué es la Tolerancia? Es la panacea de la humanidad. Todos los hombres estamos llenos de debilidad y de errores, y debemos perdonarnos recíprocamente, que ésta es la primera ley de la Naturaleza.1
Por otro lado. El concepto de Tolerancia se precisa como el respeto a las ideas y creencias diferentes o contrarias; a contrario sensu, la Intolerancia es la carencia de respeto a las ideas y creencias diferentes o contrarias.
Los conceptos de Tolerancia e Intolerancia son herramientas intelectuales que aplicadas en la conducta construyen la solidaridad social; mal entendidas o mal empleadas generan la destrucción social.
Al igual que la Tolerancia, la Intolerancia busca provocar una conducta en el individuo que se oriente a la consecución de los valores y de los principios universales objetivos y no subjetivos, es decir, que sean valiosos por sí mismos e independientes del valor subjetivo que el capricho del individuo les aplique.
Ante actos o hechos, diferentes, que buscan alcanzar los valores y principios elementales, la conducta debe ser tolerante; frente a los actos y hechos carentes de valores y principios fundamentales la conducta debe ser intolerante.
En consecuencia y a manera de complemento. La carencia de conocimiento objetivo y certero en la aplicación de la Tolerancia y de la Intolerancia a la dinámica del hombre en sociedad, genera una profunda y grave discriminación al sostener el individuo la falsa creencia de ser poseedor de la verdad absoluta, considerando la inferioridad de los demás en todos los ámbitos.
- La discriminación se genera en la tolerancia hacia los actos y hechos contrarios o alejados de los valores y principios universales. Por ejemplo, la clara y evidente tolerancia de los gobernantes y de la sociedad hacia las acciones criminales, genera un estado de inseguridad en la sociedad.
- La discriminación se origina en la intolerancia hacia actos y hechos que están orientados hacia los valores y principios universales. Verbigracia, la exigencia de los homosexuales, las mujeres, los discapacitados, entre otros al demandar enérgicamente consideraciones especiales fundadas en conceptos sociales y no naturales. Estimando inferior intelectualmente al pensamiento diferente.
Generando así, conflictos, por la exigencia demandante de tolerancia a los actos y hechos desorientados y confusos alejados del camino de los valores y principios universales.
Para concluir: Voltaire define a la Tolerancia esencialmente por el perdón a las debilidades y a los defectos del ser humano. Sin considerar que es utópico e irrealizable que esas debilidades y esos defectos estén orientados hacia los valores y principios universales. Factible es, que por esencia esos defectos y debilidades conduzcan, a la conducta del individuo, en contra o alejada de los valores y principios universales. He ahí el fundamento de la validez moral de la intolerancia.
Voltaire se confunde al definir el concepto de Tolerancia; sin considerar que tolerar a los errores y a las debilidades es reconocerles el pleno derecho de demandar y exigir respeto, de lo contrario, ante la falta de respeto se genera la discriminación.
Es cuánto ¡un abrazo fraterno¡
1 Tratado Sobre la Tolerancia. Página 145. Editorial S.L.U. Espasa Libros. 2007. François-Marie Arouet (Voltaire).
Guillermo Chávez
Abogado. Filósofo. Columnista.
Buen amigo y consejero, entusiasta. Publicamos cada semana tu columna, en tu espacio en tu memoria.
Descansa en Paz.
Hasta pronto querido amigo.