Hace algunas semanas le prometí que en este espacio hablaríamos de las diferentes formas en que hacemos política, o cómo a través de la práctica política podemos relacionarnos en muchos escenarios, no solamente en lo que imaginamos que sucede en el gobierno. En la familia también hacemos política desde nuestros planteamientos con nuestros papás, el debate con los hijos o la negociación con los hermanos. Más adelante, cuando la familia crece, entra la familia política, estos integrantes que conocemos como la suegra, el suegro, el yerno, la nuera, los cuñados y hasta los concuños también tienes procesos de política: la negociación para elegir en dónde pasarán la Navidad este año, la diplomacia para hacer actos tan solemnes como pedir la mano de la novia de su hijo, o negociaciones y debates más acalorados en donde seguramente alguna de las partes tendrá que ceder.
Las relaciones en la familia política sin entrar en polémica filosóficas o antropológicas pone frente a nosotros las mejores estrategias de astucia, táctica y sutileza, esas prácticas que a veces ni en la realeza son posibles. Y como en la política no excluimos al amor como un gran ingrediente, puedo decirle que el trato a la familia política está relacionado con el amor que sentimos por nuestro esposo o esposa, o nuestro familiar de sangre quien nos ha heredado estos nuevos lazos. Algo como lo que mi abuelita describiría con la frase de: “quien quiere a la col, quiere a las hojas de alrededor”.
La familia política podría tener sus propias dificultades normales de todas las familias, como diferencias de opiniones o pensamiento, incluso hasta de costumbres. Pero justo es cuando mi planteamiento inicial de practicar la política diariamente por medio de la tolerancia, la escucha o la discusión respetuosa nos pueden ayudar a generar acuerdos o estrechar relaciones de manera que no lo imaginamos.
Debo confesarle que dentro de mi vocación como política de más de 20 años, mi mayor desafío ha sido el trato y la relación con mi familia política; pero espere, no se imagine de más. Mi suegra y la familia de mi esposo son extraordinarios con una servidora, sin embargo el poder comprender cómo se relacionan entre ellos, su manera de demostrarse afecto, hasta la rutina para cocinar me ha implicado todo un proceso investigativo de observar, analizar y lograr imitar algunas de sus costumbres. ¡Todo eso es la política! Y esta práctica de política y todo el proceso de análisis que le comparto tiene un solo motivo, el poder agradar a mi esposo. Que él se sienta amado a través de mi esfuerzo y complacencia con su familia.
La política que conocemos o que creemos conocer pudiera tener muchos matices, algunos de ellos más en el contexto negativo. Pero no quiere decir que no tengan un trasfondo de amor o de bien común. Por el contrario, pienso que quienes practicamos esta vocación debemos ser muestra congruente de por qué escogimos este camino, y como el darnos a los demás en escucha, en servicio y en amor es un símbolo claro de como el Papa Pío X definía como “la forma más excelsa de practicar la caridad”.
La política tendrá siempre una y mil estrategias para lograr un objetivo, uno de ellos puede ser gobernar, otro puede ser cultivar las relaciones familiares o hasta firmar grandes acuerdos internacionales que permitan el comercio. En todos habrá poner el corazón para que sea visible la pasión con la que servimos, la generosidad con la que cedemos o la astucia con la que obtenemos un ganar-ganar para todos.
En estas fechas que tenemos la oportunidad de convivir con los que más amamos, le invito a practicar de todo corazón la política, que lo demuestre en cada gesto de fraternidad, de paciencia hacia quienes regularmente no escuchamos con atención, en el choque de las copas para abrir el corazón al perdón, pero sobre todo en cada sonrisa que promueva la esperanza para este año venidero.
Marisela Terrazas
Ex Diputada por el PAN en Chihuahua. Doctorante en Ciencias de la Educación por la Universidad Libre de Bruselas, Bélgica. Maestra en Educación por UTEP, ex directora del Instituto Chihuahuense de la Juventud y experta en políticas públicas juveniles.