En esta ocasión son dos las preguntas clave a entender, primero, ¿Cómo la felicidad tiene que ver con el bienestar? y segundo, ¿realmente la felicidad puede medirse? Pues bien, la felicidad se puede medir y los indicadores que miden la felicidad están directamente ligadas con el desarrollo, por ejemplo, el ingreso per cápita determina nuestro bienestar, de igual manera las libertad política, económica y social, así como la corrupción.
De acuerdo con el índice de felicidad mundial, el bienestar- felicidad de la población depende de factores como la esperanza de vida, el ingreso, el estado de ánimo en el trabajo, la percepción sobre uno mismo, la libertad o la corrupción.
Cada año, la ONU publica un reporte de felicidad en el cual evalúa como se sienten las personas en los países, y ha demostrado que no son los más ricos los más felices. Para el índice 2018, la ONU analiza a 156 países y sus niveles de bienestar.
Para 2018 los países más felices del mundo son Finlandia, Noruega, Dinamarca, Islandia y Suiza; caso contrario a los países menos felices de 156, Yemen, Tanzania, Sudán del Sur, República Centroafricana y Burundi. Por su parte, México es el 24º país más feliz del mundo y de los más feliz de América Latina.
Aún y cuando los mexicanos se hallan en la posición 24 de 156 en un ranking que evalúa el nivel de felicidad de los países en función de su PIB per cápita, apoyo social, expectativa de vida, libertad de elección de los ciudadanos, generosidad y percepción de corrupción. México es el país peor calificado en percepción de corrupción entre los países de la OCDE y casi la mitad de su población está en situación de pobreza.
A pesar de que, en el último año, México escaló una posición en dicho índice, en los últimos cinco años, México y su oblación ha reducido su nivel de felicidad. De 2013 a 2018, México pasó del 16º lugar al 24º, lo cual refleja que la crisis económica, la pobreza y la inseguridad creciente repercute no sólo en la economía sino en la felicidad y el bienestar de los mexicanos.

Nancy Carbajal
Lic en Economía de la UACJ y Candidata al Grado de Maestra en Ingeniería Económica por la Universidad la Salle. Columna semanal sobre temas de economía, finanzas, política y sociedad.
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