Hace más de una década la revista “Cuenca” del Municipio de San Juan Bautista Tuxtepec, Oaxaca; publicó un artículo titulado “Juan Silva y la Lira Tuxtepecana”. En el se aborda la vida de Juan Silva Velásquez y su obra la marimba orquesta, sin embargo; hace pocos años la página de Facebook “Tuxtepec ante la historia” publicó una remembranza sobre el mismo tema. Lo cual ha sido muy importante para la historia contemporánea de la cuenca del Papaloapan ya que su mestizaje de lenguas, tradiciones, usos y costumbres se funde en una sola historia regional que es la memoria de muchos.
Desde este espacio queremos aportar algunos datos extra sobre el dueño y fundador de la Lira Tuxtepecana, quien en su momento amenizó las tardes del viejo Tuxtepec, recuerdos que ahora reposan en la memoria de los viejos. Juan Silva Velásquez fue hijo de Juan Silva Cobos y Macaria Velásquez Colmenares. Comerciantes y agricultores de Valle Nacional y Tuxtepec, nacido en el año de 1910. Sus abuelos fueron Calisto de Silva Acevedo (1822-1885) y Feliciana Cobos de los Reyes (1827- 1899) y sus bisabuelos Juan Clemente de Silva Alegría (1788) y María Apolonia de Acevedo. Sus tatarabuelos Matheo de Silva y Barzalobre (1750) y Rosa María de Alegría. Todos agricultores y ganaderos propietarios de sus tierras, cristianos viejos y depositarios de la Orden Franciscana.
Su padre, Juan Silva Cobos murió fusilado en el atrio de la parroquia de Valle Nacional en 1919 por haber apoyado con provisiones a las tropas constitucionalistas en 1915. Quedando solo con su madre y huyendo hacia Tuxtepec a resguardarse con unos familiares maternos. Al igual que muchas familias que perdieron todo con la Revolución, él y su madre tuvieron que empezar todo. Tuvo una infancia dura como muchos niños durante la posrevolución pero también las ventajas y facilidades de la entonces recién fundada Secretaria de Educación Pública por José Vasconcelos; solo pudo concluir el 3er año de primaria pero bien aprendido.
En la década de 1930 continuará de manera autodidacta su formación académica y se ganaba la vida como músico. En 1938 con 28 años de edad fue de la poca población en Tuxtepec que sabía leer y escribir el español, contrajo nupcias con Josefina Braulia Ñeco Borjas formando una familia de cinco hijos, dos hombres y tres mujeres. Después fue secretario del Banco de Veracruz, agente de ventas en títulos bancarios y corresponsal del mismo banco.

En 1940 ingresó a la Masonería y para la década de 1950 ocupó la dignidad de Venerable Maestro de la Respetable Logia Simbólica Benito Juárez N. 24 de Tuxtepec. El primer cuerpo masónico regular en la región que se conoce. Debido a su labor como corresponsal del Banco de Veracruz, realizó muchos viajes a dicho Estado al igual que a Tabasco, por ello su labor masónica fue fructífera y de aquellos tiempos queda el diploma Garante de Paz y Amistad entre las logias Benito Juárez N. 24 y Melchor Ocampo N. 20 de Tabasco. Además, siendo pragmático con el quehacer del masón la logia Benito Juárez N.24 realizó la ceremonia de “Adopción de Luvetones” a sus hijos, adoptando los nombres simbólicos de Herendida e Hiram Abiff para dos de ellos. De él se recuerda que fue un hombre disciplinado con un recto sentir, recto pensar y recto actuar.

Los años 50 fue cuando consolidó lo que sería su obra en vida, la marimba orquesta Lira Tuxtepecana. Nombre que tiene que ver con la filosofía y enseñanzas de la masonería simbólica en el Trívium y Quadrivium, también conocidas como Artes Liberales y que todo Maestro Masón debe dominar, entre ellas, la música. Los tiempos y silencios, la estética y la respuesta a la pregunta ¿Qué es lo bello? Y lo que los antiguos helenos respondían a través del símbolo de la lira.

En la misma década surgió la necesidad de darle identidad a la región del Papaloapan en la Guelaguetza y el nacimiento del baile Flor de Piña. Juan Silva recibió una partitura del músico oaxaqueño Samuel Mondragón y con la profesora Paulina Solís, se coordinó para que pasos y música fueran lo más demostrativo del folklore cuenqueño. Así que con saxofón en mano el señor Silva seguía en los pasos a la profesora Solís para crear el compás, ritmo, y notas para el baile. El trabajo se culminó con éxito y la Lira Tuxtepecana fue el primer ensamble musical en interpretar Flor de Piña.
Desafortunadamente la Lira Tuxtepecana no fue invitada, ni su dueño, Juan Silva, a participar en el debut de Flor de Piña so pretexto de que dicho conjunto tenía marimba y eso era percibido “más de Veracruz” que de Oaxaca. Ese sigue siendo el motivo por el cual se usa banda para interpretar la música. Aun así, la partitura finalizada con los arreglos hechos tanto en tiempos, compas, entrada y salida por Juan Silva fueron enviados a Oaxaca.

Así que no debe olvidarse que dicho baile en su conjunto fue hecho por tres tuxtepecanos y un oaxaqueño: Paulina Solís, Felipe Matías, Juan Silva y Samuel Mondragón. Juan Silva Velásquez dejó este mundo o como dicen los masones “paso a ocupar su columna en el eterno oriente” el 28 de marzo de 1988.

Marduk Silva
Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Profesor en Preparatoria Lobos de la Universidad de Durango Campus Juárez y en la Escuela Preparatoria Luis Urias.
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