Todos los días recibimos malas noticias. Nos hemos acostumbrado a la nota roja o policiaca. La que en una época no muy lejana, tenía un espacio especial porque no había mucho que decir. Hoy, la nota roja, llena planas enteras en los principales periódicos del país. También son las principales noticias del canal de las “Estrellas”, de “TV Azteca”, de los locales como el 44.1 y el 32.1 de Televisa Juárez.
Todos los días ejecutan a personas ligadas con el crimen organizado, o a delincuentes cotidianos de los que reinciden en cuanto salen de la cárcel. Ahora también, ya nos estamos acostumbrando a los crímenes de políticos; entre ellos diputados, presidentes municipales o líderes de partidos políticos. Además de periodistas y los feminicidios de los que ya perdimos la cuenta. Todo esto, no solamente ocurre en Chihuahua, sino en todo el país.
Tenemos a niñas y niños maltratados y también a menores entrenados para matar. Es escalofriante analizar fríamente lo que ocurre con las niñas y los niños mexicanos. Explotados desde muy pequeños para trabajar en lugares inapropiados y sin protección de autoridad alguna. El robo de infantes todos los días en las colonias apartadas de la ciudad y la trata de personas, es una realidad aterradora. Así como también, los crímenes cotidianos. De los que la autoridad nos informa que son la estadística “normal”.
Pero lo más preocupante del caso, es que los mexicanos parecemos estar dormidos. Justamente como nos retrataban tradicionalmente; con un zarape y un sombrero de charro, sentado dormido junto a un árbol o junto a un nopal, con la botella de tequila a un lado. O como flojos, irresponsables, que seguimos la tradición de los festejos de “Guadalupe Reyes”; desde el día 12 de diciembre con la Guadalupana como pretexto para beber y beber como los peces en el río, -pero alcohol en abundancia-, hasta el día 6 de enero de los “Santos Reyes”.
Con las campañas políticas a todo lo que da el poder, para despilfarrar miles de millones de pesos para proyectar la personalidad de los que pretenden engañarnos como los salvadores de la humanidad. Los discursos que de ninguna manera se asemejan a la realidad. ¡A la sangrienta realidad!. El dinero que compra a los medios, que difunden la imagen del Presidente Enrique Peña Nieto, con notas y noticias halagadoras, haciendo de lado el verdadero rostro del horror que vivimos; con la economía agravada que impacta más en los que menos tienen. Con los precios que aumentan junto con los delitos.
El número uno que nos representa y que perdió la vergüenza y la dignidad. Pues según estudios internacionales somos un país quebrado en la economía, endeudando para toda la vida a nuestros descendientes. Así como las reformas emanadas del Pacto por México, que legalizan la intervención extranjera para explotar los recursos naturales, nos anulan en productividad, competitividad y flexibilidad. Con el peso más devaluado que nunca, llegando a costar un dólar casi $20,000.00 pesos; pues para los que no lo saben, Carlos Salinas de Gortari durante su gobierno, -en 1992-, le quitó tres ceros al peso, para equilibrar la inflación. Por eso andamos en $20.00 por un dólar. El peso está flotando desde que Luis Echeverría fue Presidente.
La publicidad pagada por los partidos políticos, -con nuestros impuestos-, en Radio, Televisión y Cine, mediante la cual pretenden posicionar a sus pre candidatos, nos ofenden en cuanto al contenido con sus mentiras. Igualmente sucede con algunos Independientes como el “Bronco”, que es repudiado en su propio Estado. De tal suerte, que habremos de tolerar publicidad electoral por más de seis meses todos los días, que ya producen enfado y estrés en la población. Además de campañas sucias.
Iniciamos el año con el cielo rojo, por el reflejo de la sangre derramada de víctimas inocentes. Proyectamos un mal ejemplo a las nuevas generaciones, que ya se acostumbraron a vivir en el clima de la violencia. Los que gozamos en el pasado de paz en nuestro entorno; cuando todavía no existían ni rejas en las ventanas de nuestros hogares; ya somos adultos mayores, y también los últimos testigos de lo que ya es historia.
La “democracia” se destruye con el conformismo social. Bajo conceptos cínicos y perversos que sustituyen principios y valores que determina el gobierno. Todo lo que antes era malo, hoy es normal o es bueno. Este año tendremos las elecciones más importantes en décadas y la oportunidad de cambiar al mal gobierno o si continuamos soportando el infierno en que vivimos.
Héctor Molinar Apodaca
Abogado especialista en Gestión de Conflictos y Mediación.
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