El pasado Domingo 18 de Agosto, el priísmo nacional atestiguó el inicio de una nueva etapa al interior de su partido: Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas y Carolina Viggiano Austria, tomaron protesta como presidente y secretaria general, respectivamente, del Comité Ejecutivo Nacional del PRI. A tal ceremonia, los ahora dirigentes, llegaron legitimados por los más de un millón seiscientos mil votos que obtuvieron en las urnas el pasado 11 de Agosto, -día en que la militancia priísta de todo el país se dio cita para participar en un proceso democrático a través del cual eligieron a sus nuevos dirigentes nacionales-. La nueva dirigencia del PRI ha despertado enormes expectativas a lo largo y ancho del país. ¿Qué es eso que hace que haya tanta esperanza depositada principalmente en la persona de Alito, el nuevo líder?
En primer lugar, que viene desde abajo. Ha recorrido la escalera política desde los juveniles mismos hasta el peldaño más alto -la gubernatura- del poder político en su estado. Y hoy, dando un paso firme en la política nacional, como dirigente del partido histórico más longevo y otrora importante del país. Resalta, por supuesto, su formación como dirigente juvenil. En segundo lugar y no menos importante, lo que representa: No sólo un relevo generacional, sino la llegada, con él, de una corriente y grupos distintos al interior del partido. Atrás quedarían aquellos apellidos rimbombantes (que todos conocemos y todos sabemos cuáles son) por décadas enquistados en las posiciones políticas más importantes del PRI. La llegada de Alito, representa una ruptura con el establishment, con la élite tradicional del PRI.
Por si fuera poco, contrario a lo que muchos podrían decir, Alejandro Moreno Cárdenas está decidido a arrebatar espacios a la oposición. De ello dan cuenta las potentes frases que descargó en su mensaje de toma de posesión, contra el actual gobierno. Una de ellas contra la intención del presidente por someterse a un ejercicio de revocación de mandato que apunta más bien a hacer campaña como candidato en el 2021, para así de nuevo intentar jalar a la victoria, a su planilla de candidatos al congreso federal. En relación a ello, el dirigente sentenció: “No apoyaremos figuras jurídicas como la revocación de mandato. ¡El PRI no la respalda y no la vamos a apoyar!”
Respecto a los programas que han sido desaparecidos, el hoy Presidente del partido anunció: “Temas muy sensibles son la cancelación de las estancias infantiles y la cancelación de programas importantes como el programa prospera y el seguro popular y por eso vamos a luchar con todo para que los vuelvan a retomar.”
Militantes del PRI de todo el país coinciden en que uno de los errores cometidos por el partido que lo llevó a la estrepitosa derrota del 2018, fue el manejo de quienes cooptaron los espacios de dirigencia del mismo Al respecto, en su mensaje del Domingo, Alito reconoció que las decisiones tomadas por el grupo que controlaba al PRI en tiempos pasados, no siempre fueron las mejores: “Las decisiones las tomó una nomenclatura sin raíces ni compromiso con el partido.”
Y precisamente, para asegurar que ello nunca ocurra de nuevo, será necesario impulsar -desde el partido- la formación de una generación de jóvenes políticos con preparación y solvencia técnica para enfrentar los más grandes retos del ejercicio del gobierno, con una lealtad y amor profundos al partido. Una generación de técnicos del PRI. Con arraigo en el PRI. Formados por el PRI. Para ello sería preciso un programa de capacitación que posibilite que cuadros destacados del partido puedan salir a recibir educación de posgrado a las mejores instituciones educativas del mundo. Ello es posible, articulando un esquema de becas y financiamientos a través de la organización de jóvenes del partido, la Red Jóvenes x México, así como el instituto capacitador, el Instituto Reyes Heroles y la Secretaría de Asuntos Internacionales.
Un factor importante a considerar por la nueva dirigencia, es sin lugar a dudas, la inclusión y participación preponderante de los jóvenes. Es necesario impulsar la toma de espacios por parte de nuevas generaciones, para cambiarle al PRI la cara y el espíritu. El propio Alito representa una nueva generación de la que forman parte sus compañeros gobernadores. José Narro, por ejemplo -quien también aspiraba a la dirigencia- representaba otra generación dentro del PRI, una que anda entre los 60 y 70 años. Alito representa a la generación de aquellos que andan entre los 40 y 50 años (él mismo con sólo 44).
Con la llegada al partido del nuevo dirigente, el relevo generacional se materializó, dándole paso a una nueva generación. Sin embargo, aparte de que el PRI se convierta de nuevo en el “cauce de las causas de la gente” -como Alejandro Moreno ha señalado en innumerables ocasiones-, debe ser también cauce para que otras generaciones tomen los espacios. El proceso de relevo generacional debe ser un proceso constante y continuo, en lugar de un proceso interrumpido.
Finalmente, cabe señalar que la nueva dirigencia enfrenta retos pero también oportunidades fundamentales. Algunos retos como permear la reforma democrática al interior del PRI en todos sus niveles para la selección democrática de candidaturas en todos niveles, cambiar la imagen de corrupción del partido ante la sociedad, e impulsar transformaciones de forma y fondo en el partido. Y, oportunidades, tales como lograr un número importantes de curules federales ganados en las próximas elecciones intermedias, capitalizar el desgaste veloz de Morena, y convertir al partido en un opositor fresco y enérgico. Todo lo anterior, exitosamente enfrentado, representaría importantes dividendos políticos para la nueva dirigencia y, por supuesto, la reconstrucción del PRI de facto.
Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, bautizó a su presidencia como la nueva era del PRI. Y tiene todo para que así sea: Una nueva era de refundación y reconstrucción para evitar la extinción.
Hiram Hernández Zetina
Economista de la UNAM. Presidente del Consejo Nacional de Tecnológicos y Universidades del Partido Revolucionario Institucional. Ex candidato a Diputado Federal por el distrito 4 de Ciudad Juárez
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