Hay una frase de un gran luchador social en México, Don Manuel J. Clouthier que decía: “La política es como el amor, hay que hacerlo todos los días”. Pero no me malinterprete, ni piense usted en algo pecaminoso. Justo me refiero a él porque de eso quiero platicarle en los próximos meses de participación en este portal: la práctica de la política. La política que hacemos muchas veces sin darnos cuenta, todos los días usted y yo; esa política que algunos tenemos como vocación y la ponemos a disposición a través del servicio o el gobierno; la que hacemos los ciudadanos por medio de la participación; y por supuesto aquella política que hacemos en la vida cotidiana, tal cual como practicamos el amor.
Antes, nuestras abuelitas decían que estaba prohibido hablar de política en la mesa o que era un tema que no debía tocarse por las discordias que podrían generar. Pero hoy el planteamiento que hago es completamente lo contrario: es hablar y dialogar de la política como lo hacemos de cualquier otro tema, o como lo hacemos del amor. Hablar de política con la familia y con los amigos implica la tolerancia a las distintas formas de pensar. Hablar de política nos permite compartir puntos opiniones de diferentes realidades, nuestras realidades. Hablar de política también nos deja entender lo que sucede en nuestra ciudad o nuestro país. Al final de cuentas nos permite observar desde lo más profundo nuestra casa común: la comunidad.
Para aquellos lectores que no logro convencer que la política es como el amor, y que debe practicarse diariamente, permítanme dar otros ejemplos que seguramente le parecerán familiares. Hace un tiempo conocí a Chayito, una mujer de Ciudad Juárez, maestra retirada y trabajadora social. No saben el deleite que ha sido saber todo lo que hace. Organiza a sus vecinos para reunirse dos o tres veces por semana, llevan guisados para compartirse, lo hacen en las cocheras de sus modestas casas o -si el clima lo permite- en el parque de la colonia, con la mejor excusa de verse y convivir. Lo que comenzó en tardes de juegos de mesa y estar pendientes uno del otro, se ha convertido en un grupo de apoyo y solidaridad. Chayito ha conseguido que sus vecinos sean beneficiarios de programas fuera y dentro de los gobiernos para tener despensas, clases de envasado, pastelería. Incluso echar mano de una rifa cuando es necesario la cirugía o el tratamiento de alguno de los integrantes del grupo. Le cuento de Chayito porque ella practica la política desde el amor, sin ninguna cachucha de partido político o puesto público. Es una líder que también promueve y empodera el liderazgo de más mujeres en su colonia y otras zonas cercanas. Lo que más me impacta de ella, es saber que aun con toda la trascendencia de su caminar, para Chayito no es suficiente, ella quisiera hacer mucho más. Chayito sueña con construir un centro comunitario en su colonia donde puedan ir niños y jóvenes a hacer sus tareas; adultos y adultos mayores a hacer ejercicio y pasar un rato de convivencia. No me queda la menor duda que lo va lograr, que su colonia pronto tendrá más espacios para convivir en comunidad. Tal vez ella no es consciente, pero ella practica la política y el amor mucho más que algunos que nos dedicamos al servicio público o pertenecemos a un partido político. Este mundo debería tener muchas personas como ella, o quizá existen pero les falta en su práctica uno de estos dos elementos: la política o el amor. Y perdóneme si me pongo muy cursi pero para mí esos dos valores siempre deberían ir juntos y deben ser una práctica diaria.
Como dije al principio del texto, estos meses que con mucho gusto y esfuerzo estaré escribiendo, me gustaría “enamorarlo” de algo que yo verdaderamente amo: la política. Le prometo hacerlo en el mejor de los ánimos para que usted al igual que yo, disfrute hablar del tema, sin dejar de lado la reflexión y por supuesto plantear “el cómo sí” que nos invite a participar y hacer política como el amor… todos los días.
Marisela Terrazas
Ex Diputada Plurinominal por el PAN en Chihuahua. Doctorante en Ciencias de la Educación por la Universidad Libre de Bruselas, Bélgica. Maestra en Educación por UTEP, ex directora del Instituto Chihuahuense de la Juventud y experta en políticas públicas juveniles.