Se abrió el proceso para la renovación de la dirigencia estatal del PAN en Chihuahua. La situación que vive el Partido en nuestra entidad, es muy complejo. Para mucha gente que antes nos apoyaba, el panorama es muy decepcionante, y para otros que reconocemos y admitimos esa complejidad, lo vemos como oportunidad. El problema es que a veces gana el desánimo de los más que no participan, y las cosas terminan resolviéndose entre un universo menor que, además, se desgaja en intereses de grupo, necesidades personales, traiciones, miedos y mezquindades.
Comparto aquí mis reflexiones para todos, pero de manera principal este texto quiere ser un llamado a la participación de los jóvenes en este proceso, y darles a conocer mi razonamiento del porqué apoyo la candidatura de Ramón Galindo Noriega para Presidente Estatal. Los jóvenes, esperanza presente, están llamados a ser reclamo de limpieza y de justicia. La Juventud es la etapa esencial en la que se traza lo que será la obra personal en la vida: ¡Jóvenes: no consientan la simulación, desechen el autoengaño y combatan la mentira!.
Los resultados electorales que ha obtenido el PAN en Chihuahua en la última década nos han colocado en una marginalidad increíble en el Congreso del Estado, y hemos perdido casi todos nuestros bastiones municipales. En las elecciones del año pasado ganamos sólo cuatro distritos electorales, de los 22 que tiene la entidad. El mensaje de las urnas ha sido doloroso para los panistas. La evaluación del electorado a nuestros gobiernos y a la actuación de nuestros legisladores locales es severa. La confianza al partido ha caído en forma dramática. Las campañas pasadas no convencieron ni entusiasmaron.Viviendo Chihuahua una de las administraciones estatales mas desaseada, facciosa e ineficaz, el PAN no ha logrado reconquistar la confianza ciudadana. El Gobernador del Estado se comporta como cacique de viejo cuño. Los gastos en fiestas, parafernalias y medios son despilfarros insultantes y obscenos frente a la pobreza que se vive en varias zonas de Chihuahua. La corrupción ha crecido con impunidad manifiesta, y el endeudamiento público coloca hoy a nuestro Estado en el tercer lugar nacional, superando a Coahuila y Veracruz!. ¿Y dónde ha estado el PAN?. Entre las respuestas, encontraremos que en un tramo de ese endeudamiento, ha contado con el aval del PAN en el Congreso del Estado. ¿A cambio de qué?.
Los órganos de dirección y deliberación del Partido en Chihuahua ya no discuten estos temas, de hecho ni sentido tiene tratar de generar la discusión. Los debates en los órganos internos han sido sustituidos por la votación soviética. La crítica individual es incomoda y riesgosa para la estancia del panista. Las sesiones del Consejo Estatal sin debate se convirtieron en tediosas pese al poco tiempo en que se desarrollan.
Los grupos internos en el partido lo dividen y con frecuencia son importante causa de derrotas electorales. Estos grupos han provocado prácticas deleznables, voto corporativo, afiliación por interés y sin convicción ciudadana, alteración de padrones, acarreos masivos y fraude electoral. Toda esta cauda de desviaciones ha ocasionado el desprestigio del Partido y la decepción en la gente. Lo más lamentable en éste panorama es la discordia interna provocada por los mismos dirigentes, como la que ahora lleva a cabo el propio dirigente estatal Mario Vazquez.
Episodios que son una vergüenza en un partido cuya noción de la política descansa en la moral, en el deber ciudadano. Cuya bandera ha sido la democracia electoral y la democratización de las estructuras sociales. Un partido cuyos fundadores fueron generosos con su tiempo y su patrimonio. Un partido que discutía, deliberaba, argumentaba razones, principios. Un partido que debatía al interior y al exterior.
Hay una desviación de los principios que nos dieron vida. La generosidad, el sacrifico, la valentía paulatinamente se trasmutan en sus vicios: egoísmo, vanidad, intolerancia, medro e interés por el bien público. Esto está dislocando nuestra vida institucional. Sufrimos de una crisis moral, civilizatoria que nos obliga a buscar nuestros valores espirituales. Recordemos que la decadencia de las civilizaciones o de sus grandes instituciones surge ante la ceguera de sus dirigentes cuando los valores que le dieron vida se transforman en sus antípodas.
No podremos ser oposición eficaz y leal si no realizamos un diagnóstico, interno y externo, de lo que sucedió. Si no hacemos un esfuerzo honesto por llamar las cosas por su nombre sin escondernos en eufemismos verbales. Tenemos que determinar la causa de nuestros errores, omisiones o ingenuidades.
Un partido que ha luchado por la verdad en la vida pública no puede en un momento clave de su historia recurrir al autoengaño. Mucho menos los jóvenes!!. Se que les están diciendo que hay que convivir con el mal para mantener el bien!. Eso no da resultados. Desde sus orígenes Acción Nacional vio por sus estructuras, por su ideario, cimentó una cultura partidaria basada en el respeto, el debate y la verdad. Jóvenes: Sofismas nunca faltaran para engañarnos; sin embargo Valor es lo que se requiere para mantenerse en la brega.
He decidido decirlo con todas sus letras. No importa que me respondan con lodo, porque el lodo con el tiempo se seca y solo se cae. Tenemos que hacer un esfuerzo honesto por llamar las cosas por su nombre sin escondernos en eufemismos verbales. Tenemos que determinar la causa de nuestros errores, omisiones o ingenuidades.
En el actual escenario de la competencia, apoyo la candidatura de Ramón Galindo Noriega. No obstante que en varios momentos hemos tenido diferencias, me decido por él, esencialmente por su cariño y respeto al PAN, porque a Ramón le duele lo que pasa en el Partido, y sólo puede dolerle a quien ha hecho sacrificios por esta institución.
Además, la integración de su planilla es de lujo!. Primero, me parece un gran acierto, llevar como fórmula a la Secretaría General, a Arturo Fuentes Velez, una garantía de verticalidad y honestidad al frente de esa estratégica responsabilidad. Luego la propuesta de los siete integrantes para el Comité Directivo: Patricia Terrazas (Cuauhtemoc), Raúl Aguilar (Camargo), Cristina Solís (Chihuahua), Roberto Ramos Molina (Chihuahua), Nora Bueno (Parral), Olivia Legarda y Francisco Gómez Licón (Chihuahua).
Escucho reclamos sobre los errores cometidos por Ramón en diferentes momentos; ¿y quiénes no los hemos cometido?. Lo importante es analizar aquellas conductas que son derivadas de la pasión e intensidad de la lucha política, con aquellas conductas torcidas por la mera ambición personal o los intereses de facción, que han llevado a varios incluso a acciones de componenda o combinación con nuestros mismos adversarios.
En este aspecto no tengo ninguna duda, del panismo de Ramón; de su lealtad institucional, de cómo en las buenas y en las malas ha estado con el PAN, en todos los frentes de batalla. También me cercioro, que más allá del estilo personal de cada quien – con ese nos iremos de este mundo -, hay un crecimiento intelectual y una madurez política que debemos aprovechar. Así es el tránsito de las personas por la vida, consolidar una visión y sentido de nuestra vida, una acción hacia los demás. Con Ramón he platicado de los retos que enfrenta el PAN en Chihuahua, sobre todo, su reconstitución ética. Los dirigentes deben volver a hacer lo correcto, lo justo y lo pertinente. Hablar con la verdad, ser árbitros, esto es, colocar de nueva cuenta la imparcialidad como ejemplo personal e institucional en las contiendas internas y externas. Deben manejar los recursos económicos con honradez, las decisiones con honestidad intelectual, y delimitar con toda claridad la relación con los gobiernos del PRI, a partir del necesario contrapeso, equilibrio, escrutinio y denuncia que está llamada a ser la Oposición frente al Gobierno Estatal.
Los dirigentes del Partido, que son todos los que integran los órganos directivos y de deliberación, deben volver a ser ejemplo tanto en su vida pública como privada; no deben utilizar su cargo público para favorecer sus apetitos, sentimientos o pasiones. Y ya basta de seguir haciendo de la nómina laboral del Partido o de los cargos públicos, mecanismos para la cooptación, el sometimiento y el apoyo incondicional a los dirigentes.
De nuestra acción electoral hay que desterrar el argumento de que para ganarle a nuestros adversarios se vale de todo; en esa dinámica sólo nos hemos asemejado a nuestros adversarios y hemos perdido el respeto y la confianza de la gente.
Ramón Galindo se ha comprometido a impulsar estas tesis y actitudes; de ello está hablando en sus discursos y entrevistas en medios de comunicación. Mi apoyo a Ramón no es una negociación de posiciones en el Comité Estatal o chambas para mis cuates, eso quizá lo podría haber obtenido con otros competidores. Mi apoyo a Ramón está basado en una agenda de trabajo, de conceptos, y es un pacto de palabra en el que nos hemos dado la mano, después de varias diferencias: que se limpie el PAN, que haya transparencia en sus recursos económicos, que la dirigencia actúe de manera imparcial, y que realmente actuemos como oposición en Chihuahua.
Por eso estoy convencido que, a nivel estatal, debe haber una renovación de la dirigencia y no la reelección de Mario Vazquez. La reelección está contemplada en nuestros estatutos como un mecanismo que premia el buen desempeño y da la oportunidad de continuar proyectos emprendidos con éxito. No estamos ante ninguno de los dos supuestos. Tampoco creo en la candidatura de Héctor Ortíz Orpinel; el grupo al que pertenece y los intereses que defienden, constituiría sin duda, la mayor regresión del PAN.
Frente a las opciones se ha desplegado una tramposa campaña que busca engatusar a los panistas y encerrarlos en un falso dilema: que debemos optar entre el mal mayor y el mal menor, aduciendo que Ramón Galindo no tiene posibilidades porque ya los grupos se pusieron de acuerdo, y que si no se vota por Mario Vazquez, entonces se “colará” Héctor Ortíz. El dilema es absolutamente falso, porque ahora, todos los miembros del Partido, mediante el voto directo que conseguimos en nuestra Asamblea Nacional de reforma de estatutos podremos votar en cada uno de nuestros municipios, mermando la acción de los grupos, y lo haremos en dos rondas de votación que se realizará de manera simultánea el mismo día, por lo cual nos entregarán dos boletas electorales, en una boleta marcaremos nuestra primera opción, y en la otra, nuestra segunda opción.
Ramón Galindo es mi Primera Opción, una opción para mejorar. Llamo a todos los panistas del Estado a apoyarlo, a confiarle su voto; renunciemos al chantaje y la manipulación de que no podemos aspirar a reconstruir nuestro Partido, sino a conformarnos con lo que tenemos – que por cierto recurre a varias de las prácticas de lo anterior-. Tenemos derecho a recuperar la esperanza, porque sólo con ella recuperaremos la esencia del PAN; nuestro deber moral, como en ninguna época, es participar y votar en las próximas elecciones para renovar el Comité Directivo Estatal.
Javier Corral Jurado
Javier Corral Jurado Político, periodista, académico, y columnista.
Multi-galardonado por su actividad periodística. Fue Gobernador del Estado de Chihuahua de 2016 a 2021 y Senador de la República en donde formó parte de las comisiones de Educación, Gobernación y participa como Secretario de la Comisión de Radio y Televisión, así como Presidente de la Comisión de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias.
Esta columna se reproduce bajo permiso de su autor.