La historia de esta semana la escribí el 18 de abril del 2015. Es verídica como en un 70%, después le perdí la pista a esa abnegada joven (heroína) y hube de imaginar un final que le compensase el cúmulo de vicisitudes que siempre la acompañaron, no podía permitir que siguiera sufriendo, los que escribimos historias tenemos esa prerrogativa, en una especie de justicia divina, castigamos o premiamos a nuestros personajes, al fin, son nuestros…
“La vida compensa”
Estela era una joven bonita, de tez blanca, cabello largo hasta la cintura, buena figura y educados modales. Trabajaba en una de las tantas empresas maquiladoras avecindadas en ciudad Juárez. Su origen semi rural -era de un seccional cercano a ciudad Delicias, Chih.- la convertían por su inocencia, en presa fácil de la maledicencia de sus compañeras de trabajo. Quienes a manera de burla la llamaban “Topacio” por su parecido a la estrella venezolana, Grecia Colmenares, protagonista de la telenovela del mismo nombre -Topacio-, popular en aquellos años -mediados los 80’s-.
Estela, hija mayor de una numerosa familia, hubo de emigrar a la siempre peligrosa frontera para ayudar a sus padres en la manutención de sus muchos hermanos. Por lo que más de la mitad de su sueldo lo enviaba a la casa de sus progenitores, quedándose en ocasiones con menos de lo indispensable para sobrevivir. Ella, era un alma cándida en medio de un mar de tiburones que pueblan la ciudad fronteriza.
Otro motivo no menos importante por el que dejó su casa paterna, fue la presión que ejerció su madre para casarla a los 17 años con un hombre de 48 años, que la pretendía aprovechándose de la urgente necesidad económica de la familia de la muchacha. El cuarto miserable que rentaba Estela en la periferia de la ciudad, no contaba con regadera -baño, ducha-, por lo que diariamente hacía uso de las instalaciones en su lugar de trabajo para tal efecto, ocasionando más burlas de sus “Compañeras”. Porque hay que hacer notar que era una joven limpia de alma y cuerpo.
A un supervisor de un departamento cercano al suyo, le gustaba mucho oírla cantar, por lo que le pedía que cantara para él, Valdemar era su nombre, y al igual que ella era un ser débil y acosado por sus compañeros, incluso su nombre era parafraseado y en lugar de Valdemar, le decían “Valemadre”. La sociedad suele ser muy cruel con los indefensos, con los nobles, con los buenos.
Estela era un ser sensible y romántico, sus muchas carencias materiales y afectivas, influyeron en su carácter para volverla enamoradiza, de esa manera su alma ingenua mostraba abiertamente su complacencia por cualquier varón que le diera un poco de atención. De esa manera llegó Felipe a su vida, ella, tan ávida de amor se deslumbró con él, que aunque era un buen muchacho, simplemente no la quería. Felipe era un galancete de cuarta, y su diversión era enamorar al mayor número de incautas que se ilusionaban con él.
Estela se entregó sin reservas, su romance fue tórrido, sólo que de un solo lado, el de ella. Al fin después de muchas desilusiones por las constantes infidelidades de Felipe, Estela comprendió y decide dejarlo. Contando ella con 24 años, conoce a Melchor un jovencito de 20 años, el que recién llegado de un estado del centro del país, se encuentra en una precaria situación económica. El resultado de ese encuentro no podía ser más previsible, juntaron sus soledades, sus penurias y empezaron a hacer vida en común.
Inmediatamente a cabo de los nueve meses reglamentarios, llegó Manuelito y como si fuera carrera de velocidad, la pequeña Estela un año después. Las penurias económicas aumentaron y toda clase de problemas asolaban a la familia, enfermedades, escasez de alimentos y la novedad, Melchor se empezó a aficionar al alcohol. A sus 23 años sentía que era muy pesada la carga, total que un buen día se largó con una joven de 16 años, dejando a Estela en la más profunda depresión.
Como la necesidad es la madre de todas las iniciativas, Estela empezó un pequeño negocio consistente en la elaboración casera de tortillas de harina y las repartía en los comercios cercanos a su humilde vivienda, tenía el sazón privilegiado herencia de la abuela paterna de su lugar de origen. Aún joven -28 años-, de amor no quería saber nada, toda su atención era para su familia y el creciente negocio.
Cuando Estela contaba con 35 años, ya había consolidado un patrimonio para ella y sus hijos ahora de 9 y 10 años respectivamente. Es cuando conoce a Mike, militar retirado del ejército de los EUA, viudo de 57 años y dueño de una generosa pensión debido a su alto grado militar -Mayor-. Mike no le habló de amor, le dijo lo conveniente que le resultaría a ella, casarse con él y disfrutar de una vida estable en Dallas Tx. su lugar de residencia.
Estela decide aceptar la propuesta, los desengaños amorosos antes sufridos y el futuro promisorio para sus hijos acabaron por convencerla. Hoy a sus 50 años de edad, disfruta una vida sosegada y feliz al lado de Mike, el antes pequeño Manuelito, hoy es un ingeniero en aeronáutica con altos ingresos y un porvenir brillante, Estela su hermana, recién acaba de terminar su carrera de medicina y está próxima a contraer nupcias con Ron su prometido.
Estela, ve hacia el pasado y una sonrisa amarga se dibuja en su rostro, se pregunta, ¿qué habrá sido de Felipe y de Melchor? Que Dios los bendiga, lo que es a mi, ¡me ha colmado de bendiciones!
Libro recomendado de la semana
Esta vez corresponde a “La increíble historia de Playboy”, del autor norteamericano Stephen Byer. El escritor (Byer) trabajó un corto tiempo en la organización Playboy Enterprises Inc. el libro versa contra lo que pudiera uno suponer, alrededor de los detalles financieros y mercantiles de esa gigantesca empresa de 130 millones en la década de los 60’s, las luchas de poder y de egos entre sus ejecutivos y el manejo con mano de hierro de su fundador, propietario y editor Hugh Hefner. Byer comienza su explosivo y brutalmente franco libro, donde explica como se siente quien tiene acceso al dinero, el poder y las mujeres de Playboy. Antes de ingresar a la compañía, el autor había laborado en otras empresas de prestigio. Sus éxitos y contratiempos en esos lugares sentaron las bases para su increíble vida en el mundo Playboy. Nota adicional, para los jóvenes de los 60’s, 70’s y 80’s, esa revista fue un referente importante de nuestra vida.
“Quizás el sufrimiento y el amor tienen una capacidad de redención que los hombres han olvidado o, al menos, descuidado”
– Martin Luther King
“Una persona es un tonto para convertirse en un escritor. Su única compensación es la libertad absoluta”
– Roald Dahl
“A medida que disminuye la libertad económica y política. La libertad sexual tiene tendencia a crecer como compensación”
– Aldous Huxley
José Cruz Pérez Rucobo
Lic. en Economía por la UACJ. Me dedico al comercio como medio de subsistencia y al periodismo y crítica política como ejercicio lúdico. Soy un hombre de izquierda por naturaleza, cualquier cosa que ello signifique.
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