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Amigos y estimados lectores, hoy presento dos breves historias, la primera, “La vida sigue” es de un buen amigo, quien extrañamente prefirió que no hiciera su nombre público, por lo que lo consideraremos anónimo. El segundo de ellos, “Un buen presidente” es un relato de mi autoría, adivino que están haciendo conjeturas sobre a qué presidente me refiero, no es Obrador y mucho menos el pobre hombre que preside NCG, al que le dicen profesor sin serlo (que él lo acepte es ignominioso). Lamento desilusionarlos en sus posibles expectativas.
La vida sigue
No hace muchos años, en los 90’s cuando los niños aún alcanzaron a divertirse con el trompo, el balero y demás juegos característicos de un barrio podríamos decir tradicional, donde salían de sus casas al caer el sol, a jugar a las escondidas, bote pateado, el avioncito resalta en nuestra historia un barrio de distintas clases sociales, donde el entusiasmo y energía de los niños y jóvenes no era ausente, entre estos se encontraba Juanito.
Juanito de familia humilde Una madre , 6 hijos, Juan el tercero, desde chico se le Inculcó trabajar para ayudar a mantener la casa y las necesidades de la familia, consiguiendo trabajos en lavados de autos, en los supermercados bajando la mercancía de los trailers, en las huertas, piscando lo que estuviese de temporada, trabajando en el día, en ocasiones sacrificando el estudio por ayudar a proveer a su familia.
A medida que fue creciendo fortaleció esas amistades de barrio, compartiendo experiencias y aventuras con Pepe y El Pelos pasando la pubertad llegada la adolescencia, se presentaron ante Juan cosas nuevas y atractivas comparándolas con los tragos amargos que pasaba en el día para poder llevar el pan a la mesa, Juan prueba el cigarro, el alcohol inclusive mariguana, todo por no verse cobarde frente a sus amigos, como es común, desgraciadamente, al paso del tiempo se convirtió en hábito ir al trabajo y en la tarde juntarse a vaguear con los amigos, vandalizar bardas en las calles, e imponerse con otros jóvenes del barrio.
Cierto día Juan, Pepe y El Pelos fueron invitados a una fiesta de una clase más alta, a lo que sin duda fueron emocionados, pues muy seguro estarían más chicas bonitas, las cuales podrían intentar conquistar o bien lograr una amistad. Todo iba bien en la fiesta, tenían alcohol, cigarros, música y el Ambiente estaba muy adecuado a lo que ellos esperaban, de pronto, un par de jóvenes sin nombre estaba molestando a una de las chicas de la fiesta, a lo que sin dudar El Pelos, Pepe y Juan defendieron apoyados por otro par, y lograron que los molestos se fueran de la fiesta pues nadie los había invitado y además de gorrones mala copa, y quedaron como unos caballeros frente a las damas.
Todo continuaba excelente, hasta que dos vehículos con música con un volumen inmoderado llegan a la casa, descienden los dos jóvenes que habían corrido acompañados de otros cinco con palos en mano, dispuestos a tomar revancha, por supuesto nuestros tres mosqueteros salieron a enfrentarlos acompañados del otro par, demostrando las habilidades que el barrio les había otorgado, entre gritos, insultos y golpes con los mismos palos que llegaron fueron nuevamente corridos, como cual batalla de vikingos al haber triunfado el festejo fue eufórico, pues se habían hecho del honor por su valía, adquiriendo el respeto de todos, se celebró con alegría y desenfreno.
Yo, el que esto escribe, me encontraba frente a una fogata platicando con una chica ya fuese de historias de fantasmas, de ovnis, de los mayas…. de repente, escucho que gritan mi nombre con fuerza ¡Francisco! ¡Francisco! (nombre supuesto) ven hacia la calle, yo me preguntaba el porqué de tanto apuro, al llegar a la calle ahí estaba Juanito, tirado en el suelo mirándonos, mientras se tocaba el abdomen y de su cuerpo salía un borbotón ese líquido rojo que nos da vida, entre los gritos de “Llamen una ambulancia, ayuda”, Juan ya no pudo decir nada, murió en el hospital pues perdió mucha sangre.
¿Qué pasó? Después de la victoria durante el festejo Juan y El Pelos fueron caminando a comprar más cigarrillos, de regreso un vehículo se detuvo a su lado, y le habló, al aproximarse, un joven le clavó una navaja en el abdomen, El Pelos alcanzó a llegar al frente de la casa de la fiesta para relatarnos el final de la triste historia.
Un buen presidente
Corría el año 2003, tenía yo poco tiempo de haberme avecindado en el pintoresco y hospitalario municipio de Ascensión Chih. y me ganaba la vida ofreciendo en venta mis productos regionales a bordo de un automotor, a un costado de en ese tiempo, la única gasolinera de la localidad.
El entonces presidente municipal Fernando Castañeda Barraza, iba en calidad de cliente sorprendiéndome con su sencillez, veía con mucha curiosidad mi labor de ventas y un buen día me comenta, -Ponle etiquetas a todos tus productos, le contesté, -cómo crees Fernando, no tengo dinero, se sonríe y me dice, -la presidencia de Ascensión los paga, sólo te encargo que destaques que es un producto ascensionense. Cuando tiempo después le llevo el presupuesto de las etiquetas y el diseño del mismo me comenta, -¿dónde las vas a mandar a hacer? Le respondí, -en Cd. Juárez, es donde nos dan mejor precio, me dice -mándalas a hacer en una imprenta local al precio que sea, así nos aseguramos que el dinero se quede aquí mismo. Eso es tener visión como presidente y ver por su desarrollo.
Amigos, ese es el correcto proceder de un gran presidente municipal. Me comenta mi buen amigo Alfredo Sáez Delgado (quien sabe largo trecho de política) que: (palabras textuales) “Fernando Castañeda Barraza es un caso atípico en la política local, llegó con muchísima popularidad a la presidencia y terminó aún con más prestigio de con el que empezó debido a la gran labor en la presidencia”. También recuerda que después de una larga hegemonía panista, Fernando como presidente del PRI, logró recuperar el municipio llevando de candidato a Noel Dolores Loya. Coincidimos ambos, “Fernando daba para más dentro de la política regional, como diputado federal hubiera hecho mucho bien a la región”.
En tiempos actuales, la diputada local por este Distrito II Patricia Gloria Jurado Alonso, tiene la misma visión, apoya de forma irrestricta y generosa a las personas que ella ve se esfuerzan por elaborar productos de calidad, convirtiéndose de facto en una gran impulsora de mercancías locales, ojalá hubiera más políticos como ella, es un bonito ejemplo a seguir, mis flamantes etiquetas dan cuenta de ello. Adelanto que la apoyaré con todo en sus posibles futuras aspiraciones políticas. Decía William Arthur Ward, “Sentir gratitud y no expresarla es como envolver un regalo y no darlo”.
Libro recomendado de la semana
Hoy recomiendo, “Traer a cuento”, del autor hispano/mexicano José de la Colina. Este espléndido escritor que habiendo nacido en España, fue de la afortunada migración española a nuestro país debido al asilo que les otorgó el Gral. Lázaro Cárdenas del Río, en ese entonces Presidente de México. El motivo del exilio de su patria natal, fue la persecución del régimen fascista del (asimismo llamado) Generalísimo Francisco Franco. Mencioné la palabra “Afortunada” porque la mayoría de los recibidos por nuestro país eran personas de bien, de trabajo, Maestros, intelectuales, artistas, científicos… que dieron un gran auge a la cultura y la ciencia de México. En los alrededor de cien cuentos que consta esta obra, algunos tan cortos que sólo son de unas cuantas palabras (no todos son así de breves), de la Colina, muestra su erudición, ingenio y dominio del arte de escribir, abarcando muchos temas, muchos espacios y muchos tiempos. Mi preferido resultó el antepenúltimo, “El lado oscuro del jardín”, por haberse camuflado con Oscar Wilde (uno de mis escritores favoritos), incluso una de mis dos que tres lectoras, la Lic. en Contaduría Flavia Manriquez había notado mi predilección manifiesta por ese gran escritor, al citarlo continuamente en las frases célebres, me enorgullezco de lectores de tal categoría que leen con atención mis textos, llegando incluso a corregirme o sugerirme mejoras.
“El asesinato de un hombre jamás destruye su sistema de valores”
– Jacque Fresco
“Nadie abandona el cargo de presidente con el mismo prestigio y respeto que le llevó ahí”
– Thomas Jefferson
“Debemos encontrar tiempo para detenernos y agradecer a las personas que hacen la diferencia en nuestras vidas”
– John F. Kennedy
José Cruz Pérez Rucobo
Lic. en Economía por la UACJ. Me dedico al comercio como medio de subsistencia y al periodismo y crítica política como ejercicio lúdico. Soy un hombre de izquierda por naturaleza, cualquier cosa que ello signifique.
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