¿Cuál es el objeto más grande conocido en el universo? La respuesta a esta pregunta vino en forma de un anuncio por parte del astrónomo Brent Tully y colaboradores en el número de Nature de septiembre del 2014: tal objeto es en realidad una vastísima aglomeración de galaxias conocida como Laniakea. Este es precisamente el nombre de origen hawaiano dado al supercúmulo de galaxias al que pertenece nada menos que la Vía Láctea, nuestra galaxia madre, de acuerdo a los resultados de un profundo sondeo de galaxias y cúmulos de galaxias remotos, que se traduce en un auténtico mapa en 3D de nuestro rincón del universo.
Laniakea significa “cielo inconmensurable” y honra de hecho a aquellos extraordinarios navegantes polinesios famosos por sus extensas travesías guiadas por su amplio conocimiento del cielo nocturno. Hasta hace menos de dos años, la mayor estructura conocida en el universo dentro de la cual estaría localizada nuestra propia galaxia era identificada como el supercúmulo de Virgo, el cual a partir de ahora parece confirmarse es parte de un conglomerado aun más grande, Laniakea, con un total aproximado de 100,000 galaxias individuales. De tal manera que si un ser inteligente en el lado opuesto del universo nos contactara y nos preguntara “¿ dónde exactamente viven ustedes, me pueden dar su dirección exacta ?”, ésta sería nuestra respuesta:
“Bueno pues, habitamos el mismo universo que tú, pero déjanos orientarte un poco. Vivimos en el recientemente descubierto supercúmulo de Laniakea, que incluye al de Virgo, dentro del cual encontrarás el Grupo Local de galaxias. En ese grupo hay una espiral grande y vistosa que se llama la Vía Láctea, y dentro de ella, a 30,000 años-luz de su centro, en la orilla interna del brazo espiral de Orión, identificarás una estrella amarilla de edad intermedia llamada el Sol. Alrededor de esa estrella, ubica el tercer planeta. Vete directo a la parte norte del continente americano, a un país llamado México, al estado de Chihuahua. En la punta norte de ese estado hallarás una polifacética población fronteriza llamada Cd. Juárez. Aquí estamos a tus órdenes.
Esperamos que no te pierdas en el camino.”
Cuando uno revisa la apariencia del universo a las más grandes escalas posibles, escalas no planetarias ni galácticas, sino cosmológicas, descubre que el universo muestra grandes concentraciones de materia en forma de cúmulos y supercúmulos de galaxias en ciertas zonas formando enormes redes (llamados filamentos), y lugares donde no parece haber mucho (llamados vacíos), en lo que puede ser visualizada como la más grande y complicada telaraña jamás concebida. Laniakea resulta ser una parte de esa gigantesca telaraña cósmica con filamentos y vacíos; la sección de la telaraña donde nos tocó vivir.
¿Pero cómo fue descubierta Laniakea? El hallazgo desde luego tiene que ver con nuestra capacidad de poder ver galaxias cada vez más lejanas gracias a la tecnología de construcción de telescopios más grandes y de instrumentación astronómica. Telescopios más grandes colectan mucha más luz, los cuales acompañados de CCDs (sensores) más finos nos permiten detectar objetos celestes más débiles, y por lo tanto más distantes.
Pero además, Brent Tully y su equipo en la Universidad de Hawái se dieron a la tarea de restar la velocidad de expansión del universo de las velocidades observadas de muchas de estas galaxias remotas a través del bien conocido efecto Doppler. El resultado son lo que se llaman las velocidades peculiares de tales galaxias, a partir de las cuales puede obtenerse un mapa tridimensional de su distribución en el espacio, así como de las estructuras de las que forman parte, como cúmulos de galaxias, o a mayores escalas aun, del supercúmulo al que pertenecen, como Laniakea en este caso.
Si la Unión Astronómica Internacional acepta adoptar el nombre propuesto por este grupo de astrónomos, Laniakea se convertirá pronto en un término obligado en los libros de texto al referirse al domicilio cósmico de la humanidad.
Este universo es único.
Héctor Noriega Mendoza
Ponente. Investigador.
Maestría en Astronomía (UNAM | NMSU) y Doctor en Astronomía por la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Fundador de la Sociedad Astronómica Juarense, Cofundador del Proyecto Abel, Miembro de la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica, Miembro de la American Astronomical Society y Profesor de tiempo completo de Astronomía en UTEP.