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Afuera del emblemático restaurante Shangrila, el cantante Juan Gabriel, que en ese momento parecía una señora sesentona, vestida de mal gusto, con unos lentes oscuros que sobresalían por el armazón amarillo, se refería al entonces gobernador César Duarte con una cariñosa y peligrosa descripción política.
Con la voz afeminada, el cantautor declaraba: “César Duarte es el ‘César’ de los gobernadores”. Un silencio inundó la entrada principal del restaurante especializado en comida oriental. El rostro del gobernante se congeló junto con una sonrisa nerviosa; despertó cuando el reportero preguntó al divo de Juárez el motivo de su visita en la frontera.
Alberto Aguilera Valadez estaba en la frontera porque tendría su propio museo en la tierra que lo catapultó como cantante y compositor, quizá el más prolífico de México en el tiempo moderno.
La relación entre el gobernante y el cantante de origen michoacano se había fortalecido con el tiempo. Aquella declaración era una descripción de lo que Aguilera Valadez veía en el político que era considerado uno de los preferidos el presidente en turno y el ovejero de otros gobernadores que se referían a él como “el patrón”.
A las 5 de la tarde, después de probar los chicharrones de pollo, el pato almendrado y decenas de manjares orientales, típicos del Shangrilá, una persona muy allegada a Duarte se encargó de rastrear a los reporteros que captaron la nota.
El argumento era que “Juanga no sabía de política y se dejó guiar por el momento”. Pedían que la nota no se publicara por la inferencia que tendría en el medio político.
Juan Gabriel siempre se consideró priista. Fue detenido durante el gobierno de Vicente Fox por una deuda con el SAT.
Fue en el año 2005, el cantante arribó al aeropuerto de Ciudad Juárez donde ya lo esperaban agentes de la Agencia Federal de Investigaciones. Ese día se presentaría en el foro que llevaba su nombre, durante la Feria Juárez, la máxima fiesta fronteriza.
Sin importar el momento, con un escenario repleto, el cantante fue llevado al Cereso local y, por ser quién era, el juez se levantó de la cama, pues en otras condiciones debió esperar al siguiente día, y le impuso una fianza millonaria para dejarlo libre.
La intervención del alcalde de ese momento, Héctor Murguía, fue fundamental en su momento. El famoso Teto emprendió una colecta entre empresarios para juntar lo que el juez pedía. Fue así como lo liberó casi a la 1 de la mañana. El divo juarense se dirigió al palenque donde cantó por horas. En la euforia del momento, el discurso político, el presidente municipal fue matizado con una frase que no se olvida: “¡Juárez será tu casa, nunca será tu cárcel!”, indescriptibles los aplausos de esa noche.
Uno de los 14 de abril, fecha de cumpleaños de César Duarte, ahora detenido, el divo Juan Gabriel estuvo presente. Según el selecto y gran número de invitados, entre ellos empresarios, políticos, periodistas consentidos, socios, familiares y muchos amigos, acudieron también, como relleno, los artistas Pablo Montero, Alicia Villarreal, Yuridia y bandas que cantaron hasta narcocorridos, prohibidos por el municipio de Juárez.
Según la versión de Duarte, el cantante Juan Gabriel no cobró nada. Su esposa Bertha Gómez de Duarte, ahora prófuga de la justicia, lo invitó para que le cantara las mañanitas.
En esa amistad que algún día generó memes e infinidad de comentarios en torno a la relación de ambos, Juanga le hizo una canción a Duarte. En el 2016, el inflado Duarte confirmaría que el cantautor le escribió una canción para Parral, una mala canción, por cierto, que fue dada a conocer en su momento.
Tiempo después se pudo saber que Aguilera Valdez escribió también una canción especialmente para el exgobernador en honor a la madre de éste, pero está nunca lo dieron a conocer públicamente.
La relación continuó a la par que la idea de construir el Museo de Juan Gabriel. El proyecto fue dirigido por la entonces diputada priista Laura Domínguez, que por un mimetismo político está incrustada en el gobierno municipal de quien dicen Duarte impulsó a llegar al poder, el independiente Armando Cabada.
El proyecto nunca se concluyó, murió primero el divo y Duarte emprendió la huida, acorralado por el saqueo que hizo de las finanzas públicas.
Es ahora que surgen las historias negras. Los herederos de Aguilera Valadez, fallecido en el año 2016, denunciaron que un retrato de María Félix, pintado por Diego Rivera, está en posesión de la familia de César Duarte y no lo quieren regresar. Por alguna razón, el gobernante tenía bajo su resguardo la obra.
Un abogado de la familia informó que el óleo, pintado por Rivera en 1949, era uno de los más apreciados por el cantautor, debido a que la actriz María Félix se lo regaló como prueba de su amistad y siempre lo quería tener cerca.
En el año 2016, la familia se percató que el cuadro estaba en una de las casas de César Duarte, quien empezó a huir de la justicia en el año 2017.
Duarte Jáquez gobernó Chihuahua de 2010 a 2016. Los US Marshall de Estados Unidos lo detuvieron en Miami, Florida en plena pandemia.
El precio del cuadro oscila entre cinco y siete millones de dólares, de allí la urgencia de localizarlo y devolverlo a la familia Aguilera. De hecho existe una denuncia por robo en una oficina de la Procuraduría de San Miguel Allende, Guanajuato, donde Juan Gabriel tenía una casa de descanso. El cuadro fue trasladado a esa ciudad en el año 2008, después de haberlo tenido en sus casas de Ciudad Juárez, Malibú y Las Vegas, Nevada.
Don Alberto no se la regaló a César Duarte ni se la dio para pagar un adeudo fiscal, como se rumora. Se la dio en resguardo, pensamos que a finales de 2015 o principios de 2016, por la estrecha amistad que tenían y porque la casa de San Miguel es un rancho que está muy apartado, la seguridad era nula.
Rafael Navarro Barrón
Periodista y Analista Político.
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