“Las relaciones tóxicas son aquellas relaciones en las que una de las partes hace daño a la otra de forma constante, debido al desarrollo de ciertas actitudes dinámicas, rechazos e irresponsabilidades peligrosas.”
Las relaciones tóxicas se caracterizan por la falta de un trato de igual a igual y de respeto, tolerancia y comunicación efectiva y afectiva y, además, por el aprovechamiento de una de las partes sobre la otra, que busca obtener un beneficio a costa del sufrimiento de la otra.
Una relación tóxica es aquella en la que una o ambas partes experimentan daño emocional, psicológico, económico o incluso físico. Estas relaciones no son saludables y pueden generar malestar y sufrimiento. Las relaciones tóxicas no se limitan solo a las relaciones de pareja y a los hijos, si no también pueden ocurrir entre amigos, familiares o compañeros de trabajo que muchas veces el adulterio, la venganza y la envidia, entre otras, contribuyen a detonar una relación tóxica.
Es muy común que los cercanos, y por razones propias de la naturaleza humana negativa, sean quienes se ocupen de detonar las conductas tóxicas entre las parejas, las alimenten y promuevan buscando destruir un núcleo familiar, que no son capaces de poseer y en consecuencia envidian, donde muchas veces, si no es que la mayoría de ellas, una de las partes de la pareja se encuentra en un estado receptivo por diferentes causas dando paso al nacimiento de la toxicidad que irá creciendo conforme avance el tiempo y de los sucesos que se presenten.
Las relaciones tóxicas pueden tener diversas consecuencias negativas tanto a nivel emocional como físico, como por ejemplo detonar baja autoestima, provocar ansiedad y depresión, conducir al aislamiento social y detonar una enorme dependencia emocional que llevan a la fragilidad al más débil pero que definitivamente se aprovechara por el más fuerte.
Cuando existe una relación ya tóxica en el matrimonio o en la pareja definitivamente se darán efectos que causarán violencia de cualquier tipo como por ejemplo, un bajo rendimiento laboral o académico y gravísimos problemas financieros por las decisiones mal tomadas de una de las partes que conllevan a demeritar la calidad del tipo de vida que construyeron juntos.
Una tolerancia mal fundamentada puede llevar a situaciones muy graves de toxicidad en el matrimonio o en la pareja, el justificarse de ser tolerante conllevará necesariamente a agravar la situación porque una vez detonada la toxicidad en la relación es imposible detenerla por los factores que la detonaron, más cuando es la infidelidad o adulterio y que con toda seguridad siempre dan indicativos de que algo anda mal.
Debemos tener muy en cuenta que la mujer hoy es más despierta, busca su desarrollo como persona y profesional, es autónoma, es más libre y autosuficiente, el hombre siempre lo ha sido, incluso lo primero que detona la toxicidad en la pareja es el conflicto por la autosuficiencia enfrentándose por el poder y poder hacerlo y más cuando hay adulterio.
En una relación donde la toxicidad se detonó lo que menos les importa al iniciador son los hijos quienes conforme avance el tono de lo tóxico se encontrarán en medio de una brutal batalla entre los padres y como consecuencia el daño a ellos será irreversible porque será alimentado por el interés de que se predispongan contra uno de la pareja.
Por todo lo anterior se debe entender, y saber, cuando debe darse por terminada una relación tóxica y existen varias razones por las cuales las personas pueden también sentirse atadas a relaciones tóxicas, a pesar de los efectos negativos que van implícitos en los dependientes de la pareja.
El miedo a la soledad juega un papel muy importante en el mantenimiento de la relación tóxica así como la baja autoestima y la dependencia emocional.
Pero también viene lo contrario, la intolerancia, la oportunidad y la venganza en el rompimiento de la relación, el cobro de agravios e infidelidades, la soberbia al sentirse descubierta o descubierto, la mofa por los avisos y el desconocimiento y la mentira ante la necesidad de lograr beneficios en el rompimiento.
El casarse, y formar una familia, es un objetivo y deseo de muchas personas, pues la idea de contraer matrimonio es prácticamente una ilusión y un anhelo.
El matrimonio, en muchos casos, puede ser una experiencia muy gratificante ya que sin duda alguna el encontrar a esa persona que te hace tan feliz y con la que vas a pasar el resto de tu vida a su lado es realmente una experiencia de vida sensacional.
Más sin embargo, los matrimonios no siempre salen como uno espera, y el sufrimiento que causan cuando uno vive el matrimonio que se convirtió en una relación tóxica puede afectar seriamente a su salud emocional sobre todo al más débil pero, los más afectados y dañados serán los hijos que quedarán atrapados en una disputa de sus padres donde serán testigos de los odios y los rencores de los que ellos nunca fueron culpables pero irremediablemente serán partícipes.
Un matrimonio tóxico es aquel en el que los derechos de algún miembro de la relación parecen desaparecer, o los quieren desaparecer, y la relación se caracteriza por el sufrimiento y los conflictos constantes, el enfrentamiento que va subiendo de tono y agresividad.
Es habitual que cuando las personas viven inmersas en esta situación tóxica, no sean realmente consciente de ello, en gran medida por la inercia, la costumbre y porque, en muchos casos, existe cierta dependencia emocional hacia el otro cónyuge o la tolerancia y miedo a la comunicación efectiva.
A querer y no, lo que más interviene para detonar una relación matrimonial tóxica es EL SEXO el cual se convierte indudablemente en el primer signo de alerta en la relación, la disminución de las relaciones sexuales, o la ausencia, es un claro indicativo, en matrimonios jóvenes y maduros, de que en la relación hay un grave problema, la ausencia de las relaciones sexuales conlleva a cualquiera de los dos cónyuges a buscarlas como parte indiscutible de sus necesidades como seres humanos, es un indicativo definitivo que deberá ser atendido de inmediato porque la ausencia de relaciones sexuales en los matrimonios conlleva a la afectación del humor y actitud de la personas.
Hay algunas señales que pudieran indicar que el matrimonio está ingresando en un momento tóxico, siendo estas la dependencia emocional como la fijación o adicción a la pareja, en los matrimonios tóxicos existen ciertas conductas de control y posesión por parte de uno de los miembros de la pareja, vida social limitada, los celos, conflictos frecuentes, hacer sufrir a la pareja, la manipulación, evitar el crecimiento personal de la pareja, las faltas de respeto, la obsesión por la pareja.
En la relación matrimonial tóxica ninguno respira y no existe ni el respeto ni la comunicación y, por tanto, el amor desaparece y los conflictos están presentes una y otra vez.
México se ha caracterizado por una cultura MACHISTA al mismo tiempo que ha venido prevaleciendo, y desarrollándose, una cultura FEMINISTA como consecuencia de la superación de las mujeres en donde, como en el machismo, las mujer busca ser libre en su auto realización y muy consciente de su autonomía, sus capacidades y sus libertades que le brindan la capacidad de ejercer su género exactamente igual como lo considera el machismo.
Por lo tanto, estamos frente las corrientes de pensamiento social que evidencian y combaten la dominación tradicional de lo masculino por encima de lo femenino, de la mayoría de los hombres sobre la mayoría de las mujeres y esto le ha venido dando muchísima fuerza al desarrollo de las libertades y autonomía de las mujeres.
No hay equilibrio y tiene sus consecuencias, tan malo el machismo como el feminismo y esto es la esencia, en gran parte, de las relaciones tóxicas en los matrimonios que ha afectado tremendamente al amor y la fidelidad y se ha dejado de ponderar a los hijos, al contrario son instrumentos de lucha.
Hoy la mujer es tan independiente y autónoma con su vida como lo es el varón pero al romper los equilibrios se han detonado las relaciones tóxicas que destruye a las familias.
Hay dos amenazas en los matrimonios de hoy, cuando los dos generan ingresos al hogar, la amenaza de la “comparación” y la amenaza de la “oportunidad” detonantes en el nivel de toxicidad en la relación matrimonial.
Tan tóxico es el machismo como lo es hoy el feminismo como se está conceptuando, la mujer contra el hombre sumado a todas las desviaciones de género que se están promoviendo que definitivamente alcanzaran a permear la base de las sociedades, LA FAMILIA.
Raúl Sabido
Egresado de la Facultad de Comercio y Administración por la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Su desarrollo profesional ha sido en empresas privadas en posiciones directivas donde a logrado acumular 42 años de servicio.
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