Fíjese usted que en días pasados el empresario Ricardo Salinas Pliego, dueño de Elektra, Banco Azteca y Tv Azteca, entre otras, lanzó un comunicado por redes sociales y probablemente también lo debió hacer de manera física, dirigido a todos sus empleados para que dejaran de utilizar el lenguaje inclusivo, el lenguaje woke, bajo la premisa de “ser diferentes en un mundo de insensatez… es valentía” …pero ¿Qué es el lenguaje woke?
La palabra inglesa woke cuenta cada día con más presencia en los medios. Surge a partir de la jerga afroamericana, derivándose originalmente de un mal uso lingüístico del término awake (en español, «despierto»). Woke, así, serían aquellos que están despiertos ante las injusticias del mundo. O aquellos que, como en la película Matrix, creen haber tomado la pastilla roja que permite comprender los hechos tal y como son.
Aunque esto no es percibido de la misma manera por aquellos que se oponen a este concepto: consideran que estos activistas, en realidad, reflejan más bien el consumo de la pastilla azul; es decir, aquella que filtra la realidad de acuerdo con los principios de la ideología dominante.
Esta tenencia poco a poco esta dando pasos hacia atrás, en Estados Unidos empresas como Walmart, Jack Daniel’s, Harley – Davidson, Disney (con innumerables pérdidas económicas) y Ford han empezado a recortar sus políticas de diversidad e inclusión, mucho de ello debido al gané del presidente electo, conservador, Donald Trump. En América Latina países como Argentina y El Salvador también han sumado para desaparecer esta tendencia.
Una de las defensas en contra de la ideología woke, es cuando se acusa a estos programas de hacer «apología de lo políticamente correcto» y afirman que perjudica sobre todo a los hombres, a la raza blanca y a los heterosexuales. Considerando que se debe defender la neutralidad frente a problemas sociales.
El bombardeo mediático que se está llevando a cabo por parte de la clase política, la prensa y las televisoras para promover la cultura «woke», el globalismo y todas las sandeces que la dictadura agendista 2030 de la ONU quiere imponer en todo el mundo, está teniendo un gran éxito entre los jóvenes.
Paradójicamente, quizás lo más importante de esta situación no sean las consecuencias que este tipo de conductas puedan tener en el plano digital o el material: los excesos de este activismo parecen haber generado una reacción conservadora que podría hacer retroceder a la sociedad a periodos previos a los años sesenta, década que, precisamente, sirve de germen a estos nuevos enfoques. En fin, la sociedad también es cíclica, pero el daño queda ahí.
Así pues, Salinas Pliego después de su visita a la hermana República de Argentina, regreso siendo un libertario y su primera disposición para dar la llamada “batalla cultural” fue la decisión de erradicar el lenguaje woke en sus empresas haciéndolo de manera pública, a mi gusto, totalmente aplaudible o, ¿usted qué opina? Porque las redes un 95% le dan la razón y apoyo total.
Yo soy César Calandrelly y nos leemos la siguiente semana en el siguiente tú a tú
César Calandrelly
Comunicólogo / Analista Político