La semana pasada, fue finalmente aprobada la polémica y discutida reforma a la ley para mantener a las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública. Como era de esperarse, el debate fue acalorado, siendo la senadora María Lilly del Carmen Téllez García, mejor conocida como Lilly Téllez, la que se llevó la nota al llamar a sus compañer@s, perros, hienas, corruptos y otras lindezas que generaron una ola de “indignación” en muchos espacios.
No es la primera vez que se presenta una polémica de este tipo, personajes como Jesusa Rodríguez o Gerardo Fernandez Noroña, solo por mencionar algunos, han causado escándalo ya sea en tribuna, ya sea por sus actos, o por sus opiniones personales, pero que, a fin de cuentas, son los actos o las opiniones de un representante de la sociedad ante la mas alta tribuna de la nación y, dicen las buenas conciencias, deberían comportarse a la altura.
Nosotros haríamos un análisis separando este tipo de actos o formas de expresarse dividiéndolo en dos planteamientos, primero, ¿Está bien, es correcto insultar en un debate de esta naturaleza? Y, segundo, personajes u opiniones planteadas de esa manera, ¿nos representan como mexicanos?
Para la primera pregunta, habremos de recurrir a la sabiduría ancestral de don Teofilito, quien sabiamente dijo, “no esta bien, pero tampoco está mal, sino todo lo contrario” nos explicamos. La senadora Tellez, y en general cualquiera de l@s senadores, puede subir a la tribuna y plantear sus opiniones y dichos con toda libertad. Y aunque suene a perogrullada, lo pueden hacer por eso, porque su libertad de expresión está garantizada. Y ganar ese derecho no fue gratuito, costó sangre.
Una de las acusaciones más recurrentes, por parte de la oposición, hacia el presidente Lopez Obrador, es el de dictador. Gritan que ya estamos en una dictadura, o que ya casi lo estamos, sin embargo, en franca contradicción, pueden subir a esa, o a cualquier otra tribuna y gritar lo que se les ocurra, sin que la autoridad los persiga, los encarcele o peor aún, los condene a la eliminación.
Nosotros en lo personal, no estamos de acuerdo con el uso de insultos o en la franca difamación como forma de discusión retórica, pero reconocemos el derecho que les asiste a poder expresar sus ideas. En pocas palabras, no estamos de acuerdo con lo que dicen, pero daríamos la vida por defender su derecho a decirlo. Desde luego esta frase no es nuestra, pero bien vale la pena traerla a colación. Les dejamos de tarea que investiguen al autor de la misma.
En conclusión, podemos no estar de acuerdo en lo que dicen o en como lo dicen, pero nuestro sistema de libertades, les da el derecho a decirlo. Pasando ahora el segundo punto, ¿esa forma de expresarse, ¿nos representa como sociedad? Aquí nuestra opinión si es inequívoca: desde luego que sí.
Recuerdo, años atrás, durante una toma de tribuna en San Lázaro por la entonces oposición de izquierda y que duro varios días. Los medios nacionales difundieron una imagen de uno de los opositores con los pies sobre la tribuna, o comiendo, no recuerdo con precisión. El punto es que se presentó aquel acto con indignación, como una terrible agresión al decoro y al debido comportamiento de un diputado, palabras más, palabras menos, eso dijeron,
Un buen amigo nuestro, y que caería dentro de lo que hoy se conoce como “fifi” (categoría puesta en boga con nuestro presidente, quien, también tiene derecho a expresar sus opiniones) nos comentó igualmente indignado: “¡¿Que no se supone que los diputados y senadores son los mejores hombres y mujeres de México?! ¡¿Cómo es posible que hagan cosas así?!”
La respuesta es sencilla, quienes ocupan una curul en nuestro Congreso de la Unión, son simplemente hombres y mujeres, nada más. Algun@s son muy cultos, algun@s completamente incultos, algun@s, son de una honestidad sin mácula, otr@s, completamente corruptos. Algun@s son maestros en oficios o profesiones diferentes a la política, otros son maestros en política, y así, un largo, etc.
Desde luego que todos quisiéramos que fueran l@s mejores, pero para bien o para mal, están los que pueden o los que quieren estar. Por eso, podemos decir que el Congreso de la Union, l@s diputad@s y senador@s, SI nos representan como sociedad.
A mí, la senadora Lilly Téllez, no me representa como tal, ella está encuadrada en una corriente afiliada al pensamiento de derecha con el cual no concuerdo, (aunque ella haya llegado al Congreso a través de un partido de izquierda) pero si representa a l@s mexican@s que creen en esa corriente de pensamiento. Esas personas han de estar muy contentas festejando y compartiendo los videos con la actuación de la senadora. Bien por ell@s.
Para terminar, podemos decir que el Congreso si nos representa como sociedad, y en esa representatividad también van los extremos, Lilly Téllez incluida. Nosotros, por el momento, nos sentimos contentos y satisfechos de que la senadora y su corriente de pensamiento estén en minoría. Ojalá sigan así, por muchos, muchos años.
Es cuanto.
José Antonio Blanco
Ingeniero Electromecánico. Juarense egresado del ITCJ con estudios de maestría en Ingeniería Administrativa por la misma institución y diplomado en Desarrollo Organizacional por el ITESM. Labora desde 1988 en la industria maquiladora. Militó en el PRD de 1989 al 2001.
En la actualidad, un ciudadano comprometido con las causas progresistas de nuestro tiempo, sin militancia activa.
Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.