Analizando la historia universal vemos como los pueblos libraron batallas entre ellos donde los ganadores sometían a los vencidos convirtiéndolos en esclavos o exterminándolos.
En el caso de la Nueva España hubo un tercer caso el de “Civilizar” al pueblo conquistado y para tal efecto se forma un patronato cuyo objetivo era patrocinar y dirigir la acción civilizadora en la Nueva España por parte de la Iglesia Católica.
Un dato interesante sobre esta acción lo da un antropólogo mormón quien hace unas décadas recorrió toda América y una de sus observaciones fue de que a los pueblos donde no llegó la Iglesia Católica no había ya indios, sencillamente fueron exterminados.
Ciertamente la Iglesia Católica no solo se dedicó a instruir a los indios sino también se lanzó a la defensa de ellos contra los encomenderos que pretendían esclavizarlos y los militares que frecuentemente abusaban de ellos.
Un hito histórico en la humanidad son las leyes de Indias que lograron los obispos católicos para tener un sustento legal de defensa del indígena, dichas leyes no solo protegían al indio sino que le daban los derechos como personas.
En terreno de los sucesos sorprendentes tenemos las ciudades utopía fundadas por Vasco de Quiroga con sus propios recursos donde se instruía al indio en oficios y artes, se le daba una jornada de 6 horas de trabajo en tierras comunales y privadas, ahí la producción se distribuía de acuerdo a las necesidades de cada familia, en Michoacán aún se conservan las técnicas aprendidas en esta época en la manufactura de artesanías.
El norte se queda rezagado hasta que aparecen los Jesuitas y se lanzan a estas tierras hostiles donde los apaches y otras tribus permanecían en la barbarie, en esas tierras fundan misiones, muchas de las cuales aún se conservan.
Los jesuitas eran y son los sacerdotes más preparados de la iglesia y aparte de capacitar a los indios en oficios formaron los primeros institutos superiores en la Nueva España, por cierto, el primer instituto en la Nueva Vizcaya fue el fundado en la ciudad de San José del Parral.
La Compañía de Jesús se funda en 1534 por San Ignacio de Loyola con el objetivo de buscar la salvación y perfección del hombre y durante cinco siglos han sido los líderes intelectuales de la Iglesia Católica con una fuerte influencia positiva en las comunidades donde se establecen.
Las misiones que fundaron los Jesuitas en el norte llegan hasta el norte de California donde actualmente se conservan algunas y junto a ellas universidades de reconocimiento mundial como la Universidad de Santa Clara y su función de defensa e instrucción de los indígenas continúa como en el caso de la Sierra Tarahumara.
El 20 de Junio del 2022 en la sierra Tarahumara concretamente en Cerocahui fueron asesinados cobardemente los sacerdotes Jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Cesar Mora Salazar.
Javier a quien cariñosamente llamaban “el gallo”, era de Monterrey y fue ordenado en 1972 para un año después ser enviado a Norogachi, luego pasó 9 años en Guachochi, 12 en Chinatú y desde el 96 estaba en Cerocahui.
Joaquín “El morita” era también de Monterrey y tenía trabajando 23 años en la Sierra Tarahumara
Hasta que un cobarde asesino le privó de la vida y secuestró su cuerpo, el narco presidente de México, amigo y protector de la delincuencia con una trivialidad inaudita dio la noticia en la mañanera “Me informaron que”.
Los jesuitas tuvieron y aún tienen una influencia decisiva en la construcción del México culto y productivo, su muerte es gran pérdida para la parte de la sociedad positiva, creativa y trabajadora que sostiene este México asediado por afanes de poder totalitarios y perversos.
Gracias Gallo, gracias Morita por el gran trabajo que hicieron en la Sierra Tarahumara que Dios los tenga en la gloria, difícilmente se les hará justicia en un México regido por la impunidad y la delincuencia pero indudablemente vivirán en el corazón de la gente que los conoció y apreció
Marcos Barraza
Ingeniero de profesión y aficionado a la ciencia y filosofía. Intelectual de nuestro tiempo que compagina conocimiento científico y humanista. Domina las ciencias exactas y armoniza con las ciencias sociales.
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