Iniciamos el mes más bonito del año con motivo de las fiestas decembrinas, porque el mundo entero se llena de árboles de navidad, de focos de colores e innumerables adornos vistosos que fomentan la alegría, el amor y la unidad de las familias. Es un mes especial porque la gran mayoría de hogares, comercios, oficinas públicas y privadas se contagian del espíritu navideño.
El 12 de diciembre se celebra en México un acontecimiento religioso que ocurrió en el año 1531 según se encuentra documentado por historiadores: “la aparición de la Virgen de Guadalupe”. Por lo que cada año a la Basílica ubicada en la Ciudad de México durante todo el mes de diciembre llegan peregrinaciones de todo el país y visitantes de todo el mundo.
Luego celebramos la navidad con el nacimiento del “Niño Dios” el día 25 de diciembre cada año, considerando el día 24 como el de la nochebuena; la llegada de Jesucristo por gracia del Espíritu Santo a través de la Santísima Virgen María. Anticipadamente con fiestas denominadas posadas, en las que nos juntamos con amigos, familiares, empleados, vecinos y en general todas las empresas ofrecen a sus trabajadores con rifas de regalos.
Después de la navidad viene la despedida del año viejo, para recibir el año nuevo con propósitos de superación y votos para ser mejores cada día. Se cierra el año positivamente, dejando atrás todo lo negativo. Esperando cosas mejores en el año venidero. Todos nos abrazamos en estos días que son de felicidad porque la mayoría tendrá recursos para pasarla bien.
En México se inicia del mes de diciembre con las peregrinaciones a la Virgen del Tepeyac, paralizando actividades laborales, que en adelante se conoce como “Guadalupe Reyes”, haciendo referencia a las fiestas mencionadas que finalizan con las compras del 6 de enero del nuevo año, cuando los Reyes Magos llevan sus regalos y ofrendas a toda la niñez y se disfruta el delicioso pan de Rosca de Reyes hecho especialmente para ese día. Prácticamente es un mes de vacaciones privilegiando al sector público.
Son tradiciones, es cultura, son celebraciones y costumbres muy nuestras. Los mexicanos festejamos en familia todo el mes de diciembre. Nos llenamos de alegría con todas las festividades acompañadas de música y bebidas embriagantes. Es una época peligrosa por el alto consumo de alcohol que tiene esclavizados a los que no se pueden tomar una o dos como máximo.
Por todo ello, no cabe en la razón que políticamente ataquen lo sagradamente religioso. El mes de diciembre es altamente religioso en el cristianismo y catolicismo. Hasta los ateos disfrutan de vacaciones. Es un mes en el que los políticos y el sector público reciben fuertes cantidades como “aguinaldo” y suspenden actividades a la primera quincena. Casi todo se cierra. No hay actividades en juzgados, en escuelas, en casi todas las oficinas públicas estatales y federales.
Es altamente hipócrita que los funcionarios públicos y políticos que atacan a los fieles que profesamos nuestras religiones, nos quieran someter a una educación laica imposible de establecer al cien por ciento. En lo laico y en lo religioso tenemos las mismas normas de respeto y amor al prójimo.
Aunque ya se legisla contra vida y en favor del libertinaje entre hombres y mujeres carentes de valores y principios elementales de la dignidad humana y se llenan de publicidad contra la moral y la infancia perjudicando la mente con mensajes obscenos y antinatura, nunca ganarán los partidos políticos con su perversa desfachatez comprados por intereses internacionales que tratan de destruir los sagrados principios señalados por el Creador.
En meses pasados nos enteramos como la SCJN da entrada a que no se adorne la navidad en lugares públicos atendiendo la queja de un ateo en Mérida. La SCJN pierde el valioso tiempo en lugar de atender las denuncias contra trata de personas, el abuso infantil, los feminicidios y la desintegración familiar.
Se les olvida el Himno Nacional Mexicano o quizá no analizan su contenido altamente religioso, porque creemos en Dios, nos sostenemos con la fe. Aquí una sentida estrofa que entonamos:
Ciña ¡Oh Patria! tus sienes de oliva
De la paz el arcángel divino,
Que en el cielo tu eterno destino
Por el dedo de Dios se escribió.
Mas si osare un extraño enemigo
Profanar con su planta tu suelo,
Piensa ¡Oh Patria querida! que el cielo
Un soldado en cada hijo te dio.
Está claro que somos provida, que creemos en Dios y en su ejército celestial que nos incluye a los mexicanos. Si desde niños nos enseñaron a defender y amar a nuestra patria, además de que nuestro primer lábaro patrio fue el estandarte de la Virgen de Guadalupe, será inútil destruir nuestra sagradas costumbres, tradiciones y cultura. Eso nunca ¡insensatos!
Héctor Molinar Apodaca
Abogado especialista en Gestión de Conflictos y Mediación.
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