La iniciativa que el presidente Andrés Manuel López Obrador emitió el pasado 5 de febrero, es un proyecto de decreto enviado a la Cámara de Diputados, que reforma varios artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, con respecto a la Guardia Nacional.
Se trata de militarizar a la policía federal y en ello existe un enorme temor fundado en los abusos militares en los diferentes momentos de la historia mundial.
Sin embargo, todos los argumentos del porqué no debe darse este cambio constitucional, se vienen abajo cuando vemos los pésimos resultados que tenemos en materia de seguridad pública.
Los mexicanos vivimos ante la delincuencia en un estado de total indefensión, los policías han sido parte del problema, tanto por la corrupción en materia de tránsito, como en las ligas de las diferentes policías con el crimen organizado y a grandes males, grandes remedios.
Adscribe a la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional queda sujeta al fuero militar, con ello desaparece cualquier orden civil de la seguridad pública nacional.
En esta iniciativa se faculta al presidente a disponer de las fuerzas armadas de manera ordinaria, lo que evidentemente lleva a pensar en que el presidente de México podría abusar en cualquier momento de esta fuerza, aunque ya contaba con esa misma facultad con el Ejército, la Marina Armada y la Fuerza Aérea.
Lo que me parecería terrible, es que llegue al poder un presidente con ligas con la delincuencia organizada y entonces, instruya que la misma goce de una mayor impunidad, por ello creo que debería haber candados, pero este mismo fenómeno existe si esta policía nacional es civil y depende del presidente.
Otra cosa que da miedo a algunos especialistas en seguridad es que la Guardia Nacional (militarizada), tendrá facultades de prevención, investigación y persecución del delito y se dice que no fueron entrenados y educados como policías, sino para la guerra. Déjeme decirle estimado lector, que las diferentes policías tampoco conocían del tema y hubo que capacitarlos, a veces de manera exprés para cumplir con exigencias políticas, más que con las exigencias de la grave responsabilidad que implica el cuidar y mantener a salvo a la población.
A mi juicio es mucho más lógico que el ejército que sabe de orden, disciplina y uso de la fuerza, esté cuidando a la ciudadanía, a que administre aduanas y puertos o construya infraestructura.
Todo se reduce a capacidad y confianza, AMLO y muchos mexicanos sabemos que el Ejército y Fuerza Aérea Mexicana, así como la Marina Armada de México, son instituciones confiables, que son probablemente las únicas que tienen más amor a México que al dinero, a contrario sensu, lo que pasa con muchos de los políticos y funcionarios del Estado.
Nuestro ejército es una institución admirable, sus miembros cultivan valores como el honor, el sentido del deber, el espíritu de cuerpo, la disciplina, el respeto y el amor por los símbolos patrios. Alguna vez envié al Presidente López Obrador (y no sé si la recibió), una propuesta para que en lugar de regalar el dinero a los jóvenes, estos lo recibieran haciendo su servicio militar, educándose en los valores que comenté, además de estudiando o aprendiendo algún oficio y nada de entrenamiento que tuviera que ver con violencia.
Mi única preocupación en realidad, es que el presidente quiera seguir abrazando a la delincuencia e inhiba la posibilidad de que la Guardia Nacional, cumpla con su función.
Fernando Schütte Elguero
Empresario inmobiliario, maestro, escritor, y activista en seguridad pública. Destacado en desarrollo de infraestructura y literatura.
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