Recientemente tuve la necesidad de vivir muy de cerca la realidad de una parte de la salud pública en nuestro país, lo que me llevó a reflexionar sobre si todo está perdido para quien no tiene la posibilidad de atenderse medicamente en forma privada, pues los gobiernos han descuidado de forma criminal su obligación de proveer salud a la población y llegue a la conclusión de que aún se pueden hacer las cosas distintas y hacer que funcione ese Estado de bienestar al que aspiramos.
Y digo esto porque me tocó conocer lo que hacen en la Unidad Médica de Alta Especialidad en el Hospital de Cardiología No. 34 del IMSS ubicado en la ciudad de Monterrey y la verdad es que recupere la esperanza, pues queda claro que si se hacen bien las cosas lo que hace el gobierno si es útil para sus ciudadanos. Nada que ver con lo que conocemos o hemos escuchado del “seguro”. Aquí todo funciona, todos hacen su trabajo, se combina de manera correcta y adecuada, el papel que desempeña la ciencia, con el trato humano, y todo para intentar salvar vidas. Y lo hacen.
Entiendo que no en todas partes las cosas funcionan así y que desafortunadamente en cientos de clínicas y hospitales del IMSS no existen las condiciones mínimas para su funcionamiento y que se llega al extremo absurdo de darle omeprazol a quien llega grave con neumonía o que tienen que atender a los enfermos en el piso por falta de camas o que no existen ni curitas. Gran parte de esta problemática se debe a la terrible corrupción que impera en nuestro gobierno, pero las cosas pueden ser distintas si logramos erradicar esa maldita corrupción que nos carcome y ponemos a las personas adecuadas a dirigir las instituciones.
Desafortunadamente esa UMAE 34 del IMSS no tiene la capacidad de atender los cientos de casos que se presentan, pues en todo el norte del país es el único hospital público de ese tipo, no alcanza la voluntad, se necesitan más recursos humanos, materiales y de suministros.
Es evidente que urgen en todos los estados de la República hospitales de especialidades médicas como este, miles de vidas podrían haberse salvado si mínimamente dejaran de robar los impuestos que pagamos y se invierten en salud, pero es al contrario, parece que aplican una política de exterminio hacia la población más desprotegida.
Tal vez se me acuse de ser demasiado optimista, pero estoy convencido que el pueblo puede salvar al pueblo, aún podemos cambiar las cosas, aún podemos recuperar la esperanza de un México mejor para todos, tal vez también se me acuse querer que el gobierno resuelva los problemas de la gente pero es una verdad indubitable, el gobierno tiene la obligación de hacerlo, para eso les pagamos.
Y es verdad, soy muy optimista porque en varios lados seguramente existen mexicanos y mexicanos que si están haciendo bien su trabajo. En algunos otros lados como en el IMSS 34 de Monterrey, además, están haciendo milagros…
Benjamín Carrera Chávez
Doctor en Problemas Económicos por Universidad Autónoma Chapingo.
Actualmente Diputado Local por el 5to Distrito de Chihuahua, Profesor-investigador en el Instituto de Ciencias Sociales y Administración de la UACJ y miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACyT, Nivel 1.
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