La infancia representa una etapa de inocencia y esperanza, donde los niños de nuestro México encarnan el futuro que puede forjar la transformación de nuestra era. Sin embargo, en las últimas décadas hemos sido testigos de numerosas injusticias que afectan a nuestros pequeños. Durante la pandemia, los casos de violencia familiar aumentaron drásticamente, incluyendo abusos contra los niños. El alarmante incremento de casos de incesto y abuso sexual en niños, niñas y adolescentes revela una realidad desgarradora. ¿Cómo es posible que nuestros hijos no se sientan seguros ni siquiera en sus propios hogares, junto a quienes deberían protegerlos?
Esta es una realidad dolorosa de nuestra sociedad. Los niños, en su vulnerabilidad, son presa fácil de los estados de ánimo de padres y cuidadores que no dudan en causarles daño, incluso a sus propios hijos. En este periodo en el que celebramos a los niños y niñas de nuestro país, es crucial detenernos y reflexionar sobre el futuro que les estamos preparando.
Recientemente, mientras caminaba por las calles de Juárez, presencié a un niño de unos 9 años que, desde la acera opuesta, arrojaba con violencia su bolsa de papas al suelo, desafiándonos con gestos agresivos por apoyar una idea diferente. Al observar su conducta, no pude evitar reconocer en él un reflejo de la sociedad actual.
Es imperativo que despertemos y nos comprometamos a instruir, proteger y defender los derechos de los niños. Debemos educar a los padres en temas de crianza y proporcionarles herramientas psicológicas que les guíen hacia la construcción de una infancia digna. Los agresores deben ser debidamente castigados, y aquellos padres y madres que recurren a la violencia para desahogar sus frustraciones deben enfrentar consecuencias aún más severas.
Unámonos en la lucha por una infancia digna, feliz y plena. Permitamos que nuestros niños vayan a la escuela, jueguen y aprendan a desarrollarse de manera saludable, cultivando sus habilidades para que, en un futuro cercano, puedan contribuir a la libertad y la justicia en nuestra sociedad.
En el Día del Niño, comprometámonos a cuidar y nutrir a nuestros pequeños como comunidad. ¡Que cada niño y niña pueda vivir una infancia digna! Por ellos, por nosotros y por todos sus compañeros. ¡Feliz Día del Niño!
Lucía Barrios
Psicoterapeuta, fundadora de CEFAMPI y autora. Experta en terapia breve, violencia de género y derechos humanos. Conferencista y docente en UACJ, ha liderado proyectos significativos sobre psicología y desarrollo humano.