“Llegamos a esta frontera desde niños, en ese entonces nuestra generación entendía la “meritocracia” como la forma de poder sobrevivir y aspirar a una movilidad social. Para nuestra familia Juárez era una fábrica de sueños aquí llegamos con la idea de trabajar y trabajar. Aquí nacieron y crecieron nuestros hijos y sin duda son diferentes a nosotros, pero no tanto por ser unos criminales”
(Familia Ochoa 1990-2021)
A propósito de las declaraciones del Fiscal de la zona norte C. Jesús Manuel Carrasco Chacón en la que parece ser se la salió el aire o la conciencia al decir que Ciudad Juárez era una “fábrica de sicarios” y aludía la participación de adolescentes en ejecuciones, terminaba de leer un ensayo titulado -No puedo- en el que Petersen viene a decirnos que los millennials derribaron el mito de la meritocracia.
Escribo “a propósito” completamente en ironía a la preocupación y decepción como madre y maestra me genera saber en manos de quien está parte del sistema de seguridad del estado y si con esa mente tan arcaica y limitada enfrentaremos el reto de encausar a nuestros hijos.
Lo que tal vez nos sabe el fiscal, es que a partir de esta generación los jóvenes se han dado cuenta de que no importa cuán duro trabajes y si has seguido el camino que debías, las cosas pueden cambiar muy rápido y serás reemplazado.
Que la forma en la que hoy los chavos ven el mundo en efecto es una fábrica de contextos mucho más complejos que la de criminalizar su ciudad.
El ensayo de Petersen comparte cómo es que existe una epidemia del cansancio y que por lo tanto el culpable no eres tú, es el sistema.
Y mientras en otros lados se estudian y tratan de entender que hay muchos factores de presión sobre los individuos, como consumir noticias a todas horas o tener que representar su vida todo el rato, no solo en el trabajo, sino también en las redes sociales los individuos se agotan y han dejado de ver la educación y el esfuerzo como los móviles de su desarrollo y entonces son carnada para quienes les ofrecen el éxito, el valor y el reconocimiento económico que como sociedad les estamos exigiendo .
Pero esto tampoco parece interesarle al fiscal, porque tal vez no pueda apreciar
Porqué esta generación se rebela contra el trabajo y se alivia con memes y contenidos que lo demonizan y se relajan con oficios ilícitos pero bien pagados como convertirse en sicarios .
Nos demuestra su consideración a reconocer que mientras se señala una juventud criminal es posible que la Guardia Nacional le dispare a chico como también vimos en pasados días, y que nadie se indigne o indague pues al etiquetarlos como “malos “ acciones cómo está están justificadas.
Y así, seguimos parchando las verdaderas necesidades de las juventudes con desconocimiento y poca valoración y bajo la irresponsabilidad institucional de calificar a la ligera será difícil avanzar.
Lamentable que contemos con funcionarios que no perciban los problemas como escenarios de manifestaciones multifactoriales que nos lleven atacarlos de raíz, aunque tal vez esté ejemplo sea también resultado de una perpetua continuidad del ejercicio del poder público sin conocimiento, sin capacidad, sin sensibilidad, es decir tampoco es él es el sistema.
Rocío Saenz
Lic. En Comercio Exterior. Lic. En Educación con especialidad en Historia. Docente Educación Básica Media y Media Superior, Fundadora de Renace Mujer A.C. Directora de Renace Mujer Lencería, Consultora socio política de Mujeres.