¡Veto the cheeto!
Pancarta en la protesta No Kings
El pasado domingo 14 de junio, nuestro vecino país del norte vivió otro capítulo más de la tragicomedia televisivo-mediática protagonizada por el ego color naranja más grande del mundo: Donald Trump.
En este capítulo, el aprendiz de tirano realiza por fin su sueño largamente acariciado -desde su primera administración- de celebrar su cumpleaños con un desfile militar al más puro y tradicional estilo de las dictaduras totalitarias de Corea del Norte y Rusia.
Una de las razones por la que este desfile no se llevó a cabo en su primer periodo como presidente, fue debido a que en aquel tiempo aun había algunos asesores que le recomendaban prudencia ante la eventualidad del proceso de reelección. Lo anterior, aunado a restricciones presupuestales lograron persuadir a Trump de alcanzar su capricho.
En esta, su segunda administración, no hay ni un solo asesor que intente infundir prudencia, decoro o por lo menos algún pálido intento de fingir que lo que el trumpismo busca es el bien común, cuando en realidad, lo que busca el oligarca y su cauda de adoradores es enriquecerse a costa del pueblo norteamericano de la manera más rápida y basta posible.
Para frustración del caprichoso e impredecible presidente, el desfile de marras resultó ser a lo más, una triste y desangelada caricatura de desfile. Primero que nada, de las más de doscientas mil personas que el propio gobierno estimaba habrían de atender tan memorable evento, solo se presentaron unas diez mil.
La imagen más gráfica del fracaso del evento se puede ver en un video que circuló profusamente en redes sociales, donde se aprecia a un rechinante tanque de la segunda guerra mundial, pasar frente a unas gradas semivacías y donde los escasos asistentes están más bien aburridos.
Misma imagen que se puede apreciar de Trump, posiblemente fastidiado de ver batallón tras batallón de soldados marchando de la manera más descoordinada posible. Quizás, algún batallón de cadetes de alguna escuela militar se hubiera visto con un porte más marcial que estos aprendices de soldado.
Se estima que el costo final de este festejo de cumpleaños de Trump fue de 45 millones de dólares, lo cual contrasta -y desde luego desmiente- el supuesto afán prioritario de eliminar gastos superfluos en su gobierno a través del DOGE que lidereaba el ahora critico de Trump: Elon Musk.
La verdad aflora a la vista de todos: a Trump, el gasto superfluo, el abuso y el fraude con el dinero de los contribuyentes norteamericanos, solo le interesan como herramienta de propaganda, y para criminalizar a sus rivales políticos, de ahí en más, no le interesan más que un cacahuate partido por la mitad.
La cerecita del pastel del aprendiz de dictador, la vino a poner el pueblo norteamericano, el cual empieza a despertar de la pesadilla en la que la falta de opciones les hizo caer. En el mismo instante en que Trump llevaba a cabo su festejo, millones de personas, se sumaron a la protesta llamada “No Kings” la cual se efectuó a lo largo del día en más de 2000 ciudades de la unión americana.
Este es el segundo evento de resistencia a nivel nacional que una coalición de fuerzas progresistas llama para oponerse a las políticas abusivas, ilegales y xenófobas de Trump y sus secuaces. El primero de ellos se efectuó el pasado mes de abril, denominado “Hands off” y aunque también tuvo buena asistencia, este segundo llamado rompió con todas las expectativas, con alguna derivación la intervención ilegal de Trump en Los Angeles California.
Es evidente que el nivel de descontento con las políticas trumpistas se está incrementando entre la sociedad norteamericana, pero aún no se distingue un liderazgo que aglutine a estas fuerzas a nivel nacional y que lo encabece, los esfuerzos están dispersos, y solo los une el nivel de incapacidad y desvergüenza de Trump y sus acólitos.
No hay que olvidar que Donald Trump y su movimiento MAGA, no salieron de la nada. Se fue incubando durante las administraciones demócratas de Clinton, Obama, y la más reciente, de Biden, siendo la verdadera causa detrás del trumpismo, el fracaso del neoliberalismo impuesto por Reagan, y secundado por sus sucesores, fueran estos republicanos o demócratas.
¿Está el partido Demócrata desarrollando nuevos liderazgos que rompan con la nomenclatura del partido? No se ve.
Las pocas voces discordantes y críticas, como la del senador Bernie Sanders, o de la congresista Alexandria Ocasio Cortez, son acalladas por los liderazgos tradicionales del partido, que por no apoyar a politic@s “radicales” prefirieron dejar el espacio al inútil de Trump.
¿En dónde están en este momento las voces de los Obama, de los Clinton, o de la propia Kamala Harris? Nadando de a muertito, esperando a que Trump se hunda solo en su propia inmundicia para entrar ellos en acción, a fin de cuentas, para el pueblo norteamericano solo hay de dos sopas.
Es cuánto.
José Antonio Blanco
Ingeniero Electromecánico. Juarense egresado del ITCJ con estudios de maestría en Ingeniería Administrativa por la misma institución y diplomado en Desarrollo Organizacional por el ITESM. Labora desde 1988 en la industria maquiladora. Militó en el PRD de 1989 al 2001.
En la actualidad, un ciudadano comprometido con las causas progresistas de nuestro tiempo, sin militancia activa.
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