Justicia para Monse, es el grito de justicia que exclaman sus familiares y amigas en Boca del Río, Veracruz, después de que la joven de 20 años de edad, Montserrat Bendimez Roldán, fuera internada a un hospital por su delicado estado de salud víctima de una brutal agresión el pasado sábado 17 de abril del presente año en su domicilio. Sus familiares indican que el responsable es Marlon “B”, el novio de Montserrat.
Los padres de Monse la encontraron el sábado pasado semiinconsciente, golpeada y ensangrentada, el diagnóstico médico señaló que tenía una fractura en el cuello y en un brazo, así como un traumatismo craneoencefálico que le provocó una inflamación cerebral, por lo que fue conectada a una cámara de oxígeno, seis días después de recibir la golpiza presuntamente por parte de su novio Montserrat fue desconectada de los aparatos que la mantenían respirando ya que no presentaba actividad cerebral, las autoridades buscan a Marlon “B”, después de la denuncia presentada por la familia Bendimez.
Grupos feministas se solidarizaron con el lamentable caso de Monse, organizando una protesta el pasado lunes 19 de abril en la “antimonumenta” colocada en la Plaza de la Soberanía de Boca de Río, además de condenar el acto en redes.
Con todo el dolor que me provoca hablar y enterarme de estos casos donde la violencia de género es tan evidente, es mi obligación replicarlos y señalar dichos casos para crear conciencia, así como para aludir al hecho que realmente no ha habido un cambio significativo en la violencia que se ejerce contra las mujeres día a día y es verdaderamente alarmante.
Es inquietante que a pesar de la crítica que ha hecho el movimiento feminista de incontables maneras y formas, entre ellos movimientos pacíficos, no pacíficos, marchas, mítines, performances, pronunciamientos, plantones, no escuchen el problema tan grave que denunciamos, tenemos que tener en cuenta que entre menos atención pongan las autoridades y los y las mexicanos, en general, seguiremos teniendo casos tan lamentables como el de Montserrat.
Tanto colectivas feministas, como activistas como yo, tenemos una tarea interminable denunciar las injusticias que se cometen en contra de mujeres, niñas y adolescentes. Tratamos de informar, de concientizar, para evitar que casos así sucedan.
Ante la lamentable falta de empatía, la labor feminista, así como nuestro trabajo se queda en líneas y consignas sin escuchar. Es terrible que este problema el cual aqueja a tantas mexicanas siga sin empezar a resolverse, porque en México, todos los días se pierden vidas por los oídos sordos que se niegan a entender nuestras preocupaciones y dolencias.
Sin embargo, no nos rendiremos, sé que tanto mis compañeras feministas como una servidora están completamente comprometidas con la causa, y probablemente nosotras no alcanzaremos a ver el resultado de una educación feminista inculcada en México, pero somos el relevo generacional que permitirá que las futuras generaciones, puedan vivir una vida libre de violencia machista.
Monse, no murió, la mataron. La mató la falta de empatía de las autoridades mexicanas en atender la pandemia de la violencia de género, la mató la negligencia y la desinformación. La mató el machismo, mismo que arrebata de 10 a 11 vidas de mujeres en todo México.
Monse, no perdonamos, ni olvidamos. Descansa en paz.
#NiUnaMás #JusticiaParaMonse
Paola Jacobo
Activista.Defensora de los derechos de la mujer y promotora de la agenda de perspectiva de género en el ámbito político y social. Estudiante del último semestre de derecho en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.