!NO SOY UN BOT!
Pancarta utilizada en la marcha opositora del pasado domingo 18 de febrero
Para quienes hemos tenido la fortuna de atestiguar el formidable desarrollo de las redes sociales, desde sus albores y hasta la actualidad, no deja de ser sorprendente la importancia que estas han adquirido en todos los ámbitos de nuestra vida, y el de la política, no podía ser su excepción.
Si bien el internet en su forma básica aparece desde los años 60, no es sino hasta el 91 en que aparece la World Wide Web tal como la conocemos ahora, y apenas un año después ya había un millón de computadoras conectadas a dicha web.
A partir de entonces se multiplica el uso de la computadora de manera exponencial llegando a prácticamente todos los ámbitos de nuestras vidas, pero no es sino hasta 1997 que aparece la primera red social de la historia con el nombre de SixDegrees. Quien la creó, Andrew Weinreich, se basó en la llamada teoría de los seis grados.
Esta teoría establece a groso modo que, entre una persona y otra, ambas desconocidas entre sí, existe una red de seis personas en promedio (de ahí los seis grados), es decir, si yo quiero contactar a alguien, solo necesito contactar a un conocido mío, quien a su vez contacta un conocido y así sucesivamente, hasta llegar a ese alguien. Se supone que el objetivo se estaría logrando en la sexta iteración, en promedio.
En ese tiempo, ya existían las conocidas salas de chat, pero Weinreich, de manera visionaria detectó que los contactos en dichas salas estaban limitados por la inmediatez del uso en vivo del programa, a partir de esa necesidad es que el desarrolló la red SixDegrees, donde el usuario podía crear un perfil y a través de él, localizar a otros miembros de dicha red, y crear listas de “amigos”.
Esta primera red social llego a tener hasta 3.5 miembros inscritos, pero finalmente desapareció en el 2001 por limitaciones técnicas que le impidieron el desarrollo de la herramienta.
Sin embargo, la idea ya estaba sobre la mesa, y no paso mucho tiempo antes de que surgieran otras redes bajo el mismo concepto. Friendster, MySpace, Orkut y hi5 serian los continuadores de la idea hasta llegar a los actuales Facebook, Instagram, LinkedIn, y Twitter o X.
Quienes se integraban a estas redes, al menos en sus inicios, eran seres humanos de carne y hueso que, a través del uso de las mismas, experimentaron una verdadera revolución en la manera de relacionarse e interactuar con otros seres humanos. En algunos casos para bien, en otros para mal, pero a final de cuentas, eran contactos con otros seres humanos. Es entonces cuando aparece el concepto “Viral”.
En la actualidad, con la masificación de los celulares, especialmente de los llamados SmartPhones, es prácticamente imposible no estar conectado a alguna red, ya sea Facebook, Instagram, Telegram, TikTok o WhatsApp, solo por mencionar las más populares, y día a día, aumenta el número de personas que se informa a través de alguna de estas redes, desplazando a los medios de comunicación tradicionales.
Y es aquí donde el concepto “viral” toma particular relevancia.
En días pasados, un par de esos llamados hashtags se hicieron “virales”, #NarcoPresidente y #NarcoCandidata. El primero logró la nada despreciable suma de 140 millones de visitas; si, así como suena 140 millones de “usuarios” twitearon, replicaron o difundieron dicho mensaje.
La oposición prianista, y los medios desafectos al presidente se dieron vuelo difundiendo el hecho de que las redes sociales habían “explotado” en contra del presidente, como si millones de mexican@s descontentos e indignados se hubieran manifestado de manera libre y voluntaria.
¿Y verdaderamente fueron usuarios de carne y hueso? Desde luego que no.
Hace ya algunos años, esto no es ningún secreto, que las tan anheladas “tendencias” o trending topics en las redes sociales, son artificiales, son creadas por “granjas” de bots que no son otra cosa que programas computacionales que replican algún mensaje de manera exponencial, dando la falsa idea de que dicho mensaje se volvió viral, es decir, que un muy largo numero de usuarios se interesaron o siguieron de cerca dicho mensaje.
Ya en la campaña del 2018, los opositores al presidente, encabezados por Enrique Krauze fueron sorprendidos con las manos en la masa cuando se descubrió la llamada operación Berlín, que era, precisamente, una granja de bots y trolls.
Hoy, seis años después, la oposición a López Obrador, ante la falta de verdaderos argumentos, y sabedores de que son una minoría entre el electorado, no les queda más remedio que recurrir a las mismas fallidas estrategias, el uso de bots.
Al especialista Julián Macias, activista digital y especialista en el tema, le fue muy fácil dar seguimiento a los 38 millones de tuits que de pronto se manifestaron en apoyo a la señora X en el día de su registro ante el INE. Los tuits de apoyo para la señora X en un día normal rondan en los tres mil, pero ese día brincaron ¡hasta 38 millones! ¿Como se logró tal éxito?
La respuesta no es muy complicada. El especialista solo hubo de rastrear dichos tuits para confirmar que el epicentro de esta “explosión” estaba ubicado en granjas de bots argentinas, españolas y colombianas, las cuales ofrecen un costo de hasta un tercio del valor habitual para este tipo de operaciones. ¡Toda una ganga!
Esas mismas granjas son las que hicieron “viral” los hashtags arriba mencionados.
En la mas reciente y exitosa marcha de la oposición del pasado domingo 18 de febrero, se pudo observar algunas pancartas que decían, “No soy Bot”, lo cual es cierto, la persona que cargaba esa pancarta no es un bot, pero sin los bots, la campaña de la señora X, nomás no despega.
Lo malo para ella es que los bots, no votan.
Es cuánto.
José Antonio Blanco
Ingeniero Electromecánico. Juarense egresado del ITCJ con estudios de maestría en Ingeniería Administrativa por la misma institución y diplomado en Desarrollo Organizacional por el ITESM. Labora desde 1988 en la industria maquiladora. Militó en el PRD de 1989 al 2001.
En la actualidad, un ciudadano comprometido con las causas progresistas de nuestro tiempo, sin militancia activa.
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