En una sociedad donde se habla constantemente de la carga mental de la mujer, se ignora por completo que los hombres también llevan una carga, pero en silencio, sin derecho a quejarse, sin espacio para la vulnerabilidad y sin el más mínimo reconocimiento. Un padre, en este sistema, debe demostrar ser un superhombre para que se le conceda algo tan básico como ver a sus hijos o, en el mejor de los casos, tener su custodia.
Ser padre no basta, tienes que probar que eres “mejor” que la madre
Cuando una pareja con hijos se separa, el sistema judicial presume que la madre es automáticamente la mejor opción para la crianza, sin importar si el padre ha sido el principal proveedor, el cuidador más presente o, en muchos casos, la única figura estable para los hijos. Para que un hombre obtenga la custodia, debe demostrar que es excepcionalmente capaz, mientras que a la madre se le otorga por default.
El Código Civil del Estado de Chihuahua, en su Artículo 247, establece que la custodia debe otorgarse con base en el interés superior del menor. Sin embargo, en la práctica, los jueces aplican este principio desde un sesgo de género, donde el padre solo puede aspirar a la custodia si demuestra que la madre es “claramente incapaz”. En otras palabras:
• El padre debe demostrar que es mejor que la madre en todos los aspectos.
• La madre solo debe demostrar que no es completamente negligente.
Esto significa que un hombre puede ser un excelente padre, pero si la madre no es abiertamente perjudicial para los hijos, la custodia será para ella.
El sistema que exige sacrificio, pero no lo reconoce
El hombre no solo debe mantener económicamente a sus hijos, sino que además debe cumplir con horarios de visita estrictos, pagar pensiones elevadas y seguir peleando por tiempo de calidad con sus hijos. Si tiene la mala suerte de enfrentar denuncias falsas de violencia, el sistema lo alejará de sus hijos automáticamente, sin necesidad de pruebas.
Mientras tanto, su esfuerzo permanece invisible:
•Si trabaja largas horas para pagar la pensión, se le acusa de no estar presente.
•Si pide más tiempo con sus hijos, se le tacha de querer “quitarle” a la madre su rol.
• Si se enferma o muestra señales de agotamiento, se le llama débil o irresponsable.
•Si intenta defenderse de una acusación falsa, se le dice que “es por el bien de los niños”.
Papá, cuídate. Porque nadie más lo hará.
El mundo no se detendrá por ti. El empleo encontrará un reemplazo, la expareja seguirá con su vida, los hijos crecerán y los amigos desaparecerán poco a poco. Y si tú colapsas en el intento de ser todo en uno, ¿quién se quedará para recoger los pedazos?
Así que descansa, respira, vive. Deja de pedir permiso para cuidar de ti mismo. Ve al gimnasio, sal a caminar, duerme sin culpa, cómprate eso que tanto postergaste, disfruta el silencio, priorízate.
Porque si el sistema sigue sin ver tu esfuerzo, al menos haz que tú lo veas.

Don Q. Chillito
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