Si algo ha caracterizado esta época es la movilidad, las familias se han separado, el mundo se ha convertido en una aldea donde podemos ir a cualquier lugar del mundo en menos de 24 horas.
Pero no siempre fue así, mis padres y sus amigos se negaron a dejar el pueblo, no había televisión, pero la actividad social era muy intensa, carnes asadas, clubs deportivos, asociaciones civiles etc.
Las amistades eran cálidas y profundas en general, dejando huella en el alma.
Fuimos la primera generación que salió de Parral a estudiar una carrera y nos establecimos en varios lugares distantes pero los recuerdos que nos formaron anímicamente se quedaron en Parral y los regresos eran emotivos y nostálgicos.
Un regreso memorable fue en una ocasión que viajé de México a Torreón y de ahí tomé un camión a Parral, atardecía cuando pasamos por el Valle de Allende y un muchacho de anteojos sacó una guitarra y empezó a cantar
“Yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando mi retorno, son las mismas que alumbraron con sus pálidos reflejos, hondas horas de dolor”
Su voz era un poco chillona pero el timbre muy emotivo y se hizo un silencio completo, por mi mente pasó el paisaje que se presenta cuando empiezas a ver Parral, “hondas horas de dolor” ¿Quién no las ha tenido?
“Y aunque no quise el regreso, siempre se vuelve al primer amor, la vieja calle donde le cobijo, tuya es su vida, tuyo es su querer.”
El regreso… siempre pensábamos en ello cuando cursábamos la universidad, el regreso… recuerdo a una señora muy querida pero muy mal hablada me decía ¡“cabroncito”, no te tardes tanto en venir porque un día te darás cuenta que los viejos murieron, los amigos se fueron y las novias se casaron!, tenía toda la razón, con el paso de los años los viejos se murieron, los amigos se fueron y las novias se casaron con otros, pero las viejas calles, ahí están, testigos mudos pero evocadoras de nuestros recuerdos, caminar por ellas es volver a vivir pero con un dolor en el pecho.
“Bajo el burlón mirar de las estrellas, que con indiferencia hoy me ven volver”, Las estrellas de Parral, el hermoso espectáculo que de niños veíamos ante la ausencia de alumbrado público y que nos llevaban a mundos mágicos dentro de nuestra mente, ¿indiferentes? No estoy seguro porque al volverlas ver me parece que brillan al verme “locuras de la mente”
“Volver, con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien” en ese momento mi cabello era negro y abundante, pero en las siguientes visitas ya las mostraba junto con los estragos y huellas de la edad.
“Sentir, que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada, errante en las sombras, te busca y te nombra” veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, vaya que es un soplo la vida, con que prisa pasaron tantos años y sí, caminado por las calles de Parral hay la escondida esperanza de encontrarse con alguien querido, traer a la vida en nuestra mente a nuestros padres, amigos, conocidos que ya partieron pero que su recuerdo no se borra.
“Vivir, con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez” ¿Un dulce recuerdo? No, al recorrer sus calles son muchos los dulces recuerdos que nos asaltan.
“Tengo miedo del encuentro con el pasado que vuelve, a enfrentarse con mi vida, tengo miedo de las noches que pobladas de recuerdos encadenen mi soñar” quizás el miedo mas grande que nos asalta, es el de perder la magia de los recuerdos que a veces nos da el presente.
“Pero el viajero que huye tarde o temprano detiene su andar” y en lo personal me gustaría detener mi andar en Parral, la tierra donde crecí y me formé “Y aunque el olvido que todo destruye haya matado mi vieja ilusión” nada más destructivo que el olvido, solo se muere cuando te olvidan.
Terminó la canción justo cuando aparecían las primeras luces de Parral y el ambiente estaba impregnado de nostalgia y hasta tristeza.
Marcos Barraza
Ingeniero de profesión y aficionado a la ciencia y filosofía. Intelectual de nuestro tiempo que compagina conocimiento científico y humanista. Domina las ciencias exactas y armoniza con las ciencias sociales.
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