Luis y Antonio buenos amigos, como hermanos, trabajaban en un proyecto juntos. Uno de ellos debía explicar al otro el uso de un sistema de cómputo que utilizaría a partir del día siguiente para realizar su comisión recientemente asignada.
Se reunieron después de sus actividades diarias con el resto del equipo que discutía otros temas del proyecto, mientras Antonio le explicaba a Luis el funcionamiento del sistema pacientemente, paso a paso, llego el primer mensaje. Luis tomó su celular para responder y comenzó a textear, dejando de lado la exposición de Antonio.
-Disculpa es una amiga que requiere asistencia, dijo Luis.
En ese momento Luis se volcó a textear obsesivamente ignorando por completo a sus compañeros de mesa y cuando se le invitó a prestar atención, su respuesta fue compulsiva.
Evidentemente, la conversación virtual era más importante que la vida real en ese momento y se hacía presa de la red.
¿Te ha pasado que estás conversando con alguien que le presta más atención a su teléfono que a ti?
Quizá el término te sea desconocido, como lo fue para nosotros en la redacción de Juárez a Diario cuando lo escuchamos recientemente, pero es un término acuñado, según se especula, allá por 2012 por la afamada agencia de publicidad McCann en Melbourne en respuesta al creciente uso de los teléfonos inteligentes tan comunes hoy día.
Se dice que la empresa invitó a varios lingüistas, escritores y poetas para que, juntos, acuñaran un término que describiera este nuevo comportamiento tan poco considerado con el ser humano.
Así nació el término PHUBBING, producto de la unión de dos palabras en Inglés: phone (teléfono) y snubbing (despreciando), que se define como “el acto de despreciar a alguien en una reunión social por el hecho de mirar el teléfono en lugar de poner atención a quien o quienes nos acompañan.”
Hace unas semanas hablaba del “Manual de Carreño” y considero que si fuera actualizado y reeditado, además de quitar algunas reglas que están por demás obsoletas, seguro incluiría otras muy severas al respecto de este comportamiento, bajo el título de ¿Cuándo es correcto estar constantemente pendiente del teléfono, y cuando no?
El phubbing es un hábito descortés y de moda, los escenarios más comunes son reuniones familiares, restaurantes y cuando la persona está con su pareja.
¿Te suena familiar? – Que tire la primera piedra quien en pleno 2014 no haya hecho phubbing alguna vez.
El fenómeno ha sido motivador de diversos movimientos en contra de este hábito con la intención de concientizar, educar y controlar el uso indiscriminado de estos teléfonos.
StopPhubbing, promovido por el australiano Alex Haigh y con sólo 23 años, decidió iniciar el movimiento anti-phubbing, lo que le ha valido titulares en diversos diarios del mundo.
En su sitio oficial, que a propósito no puede verse en móviles, se asegura que casi el 90 por ciento de los adolescentes prefieren el contacto vía texto que cara a cara y que los restaurantes experimentan 36 casos de “phubbing” en cada sesión de cena, o que representa estar 570 días solo, cuando en realidad se está acompañado y advierten que este fenómeno puede acabar reduciendo las relaciones sociales al intercambio de mensajes virtuales.
También dice que el 97% de las personas aseguran que su comida no sabe bien, mientras es víctima de phubbing.
En nuestro país, según datos de StopPhubbing, el DF es una de las 10 ciudades a nivel mundial con mayor número de phubbers.
Rodrigo Peniche, psicoanalista de la UNAM, en entrevista para Noticieros Televisa, mencionó que “hay una desconexión, hay un tal vez no querer enfrentar algo que está incomodando entonces para no hablar de eso que incomoda, nos fugamos dentro de los dispositivos y dentro de la red…”.
Por un lado, la evasión masiva… y por otro lado, la creación de mundos paralelos.
“Frustra menos, es decir yo puedo construir mi muro de una red social o puedo construir mi línea de tiempo y como ahí no tengo una retroalimentación tan directa, es más fácil que yo cree un mundo más ideal” dijo Rodrigo Peniche.
Con lo anterior, explicamos comportamientos impulsivos modernos que nos llevan a borrar posts, fotos, ideas, vínculos y personas que nos resultan incómodas a nuestra realidad ideal (virtual), es un reflejo del querer ser, del ego herido; pero de eso hablaremos la próxima semana.
“Los conglomerados sociales mientras van siendo más grandes, van siendo más complejos y entonces vamos perdiendo esa disponibilidad de tiempo para el otro. Desde situaciones reales, es decir vivir en una mancha urbana como la Ciudad de México o Londres o Los Ángeles o París, sí puede implicar desplazamientos a veces muy complejos” dijo el especialista de la UNAM.
¿Tú que piensas? ¿Eres Phubber? Yo sí, lo reconozco. Habré de trabajar en ello.
Con información de StopPhubbing, Muy Interesante, Wikipedia, Noticieros Televisa, Recursos de Auto Ayuda.
David Gamboa
Mercadólogo por la UVM. Profesional del Marketing Digital y apasionado de las letras. Galardonado con la prestigiosa Columna de Plata de la APCJ por Columna en 2023. Es Editor General de ADN A Diario Network.