Durante, no años sino sexenios en México las autoridades reportaban incautaciones multimillonarias de armas, dogas y vehículos, pero siempre la ausencia de detenidos, llamabala atención de manera brutal. Los operativos frecuentemente terminaban con decomisos de mercancías ilícitas, pero sin detennidos.
Hoy existe un cambio que ha comenzado a modificar este patrón, ya que se observan cada vez más incautaciones de drogas y armas con arrestos significativos. Esto representa un giro importante en la estrategia de seguridad del país, evidentemente los factores han impulsado este cambio tienen que ver con presiones sociales y otras de índole internacional como la crisis de fentanilo y espero que también con responsabilidad de la clase gobernante.
La falta de detenidos era un patrón que generaba críticas sobre la efectividad de las instituciones encargadas de combatir estos delitos, ya que se percibía como un esfuerzo incompleto y, en algunos casos, como evidencia de corrupción o complicidad dentro de las fuerzas de seguridad.
Muchos de los operativos que terminaban con toneladas de drogas aseguradas y armamento confiscado se celebraban como grandes éxitos mediáticos, pero dejaban una pregunta abierta: ¿quién estaba detrás de estos cargamentos? Las autoridades decían que los criminales abandonaban todo antes de ser detenidos para evitar enfrentamientos, esta narrativa no era convincente.
Yo creo que al General Ricardo Trevilla Trejo y al secretario Omar García Harfuch les quedó claro que al no detener a los responsables, los grupos criminales se reorganizan rápidamente, para los cárteles los decomisos eran parte de los costos operativos, es decir lo daban por descontado.
Con la ausencia de detenidos era casi imposible obtener información de inteligencia para desmantelar redes criminales.
Y que decir de la desconfianza de la ciudadanía que percibe estos operativos como actos cosméticos que no atienden ni resuelven los problemas de fondo. Evidentemente,la ausencia de detenidos reforzaba sospechas de colusión entre criminales y autoridades.
Durante el gobierno de la presidente Claudia Sheinbaum, una nueva tendencia surge, ahora hay más incautaciones de drogas y armas con la captura de presuntos responsables.
Este cambio no es menor ni una casualidad, sino el resultado de diversas transformaciones en las estrategias de seguridad del gobierno mexicano para mostrar resultados tangibles, dejando atrás la política fallida de abrazos y no balazos.
Hoy la cooperación entre México y países como Estados Unidos goza de una mayor confianza para llevar a cabo operativos conjuntos y trambién tratar de evitar que Donald Trump cumpla su amenaza de una mayor internvención en México.
Hoy agencias como la CIA, el FBI y la DEA, proporcionan mayor información de inteligencia que permite capturas específicas en lugar de operativos masivos sin objetivos claros.
La Fiscalía General de la República a cargo del Dr. Alejandro Gertz Manero, ha comenzado a implementar métodos de investigación más sofisticados, priorizando el análisis financiero y el rastreo de redes criminales, permitiendo operativos que no solo aseguran bienes, sino que también capturan a líderes y operadores.
El acceso a tecnologías avanzadas ha permitido operativos más precisos, la implementación de sistemas de reconocimiento facial y análisis de datos masivos ha facilitado la identificación de criminales en tiempo real.
La narrativa meidática está cambiando, la captura de criminales envía un mensaje de que nadie está por encima de la ley, lo que podría contribuir a fortalecer la confianza en las instituciones.
El siguiente desafío, tiene que ver con los Ministerios Públicos y el sistema judicial, que una vez reformado, sea mucho más eficaz, transparentado sus procesos y garantizando que la justicia sea una realidad para evitar la violencia.
Hoy México se enfrenta a una oportunidad úniica e histórica para cambiar el rumbo de su lucha contra el crimen, y el éxito de esta estrategia dependerá de la voluntad política, la cooperación internacional y la vigilancia ciudadana.
Fernando Schütte Elguero
Empresario inmobiliario, maestro, escritor, y activista en seguridad pública. Destacado en desarrollo de infraestructura y literatura.
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