No hace falta ahondar sobre la relación de poder que existe entre el personal de salud y los pacientes. Desde lo académico, existen un sinfín de estudios que analizan y comprueban estas relaciones desde distintas perspectivas psicológicas y sociales.
Mientras que, desde lo cotidiano, tan solo basta recordar cómo han sido las dinámicas cada que vamos al médico. Aquí me atrevería a asegurar que, la mayoría de nosotros en algún momento de nuestras vidas, hemos estado sentados frente al personal médico, sintiéndonos incómodos y, en ocasiones, hasta con cierta pena o miedo de ser juzgados.
Este miedo o incomodidad es reforzado por el actuar del personal de salud. Desde el tiempo que tarda en recibirnos, el tiempo que nos dedica, el tono en que nos habla, las palabras que utiliza y el cómo se dirige a nosotros, entre otras cosas.
Quienes acudimos como pacientes solemos aceptar este actuar como parte de la dinámica y aprendemos a actuar acorde a ella. Esto, da como resultado que sean pocas las personas quienes se sienten con el valor necesario para preguntar o externar sus dudas, o cuestionar el porqué de las decisiones o recomendaciones.
Ante esto, entonces, gran parte de los pacientes sale de consulta con las mismas dudas que tenía antes de entrar; o peor aún, con más dudas que no pudo resolver al estar frente a su médico.
Son innumerables los riesgos de conformarse con poca o nula información, y además, no aclarar las dudas que se tienen. Así como es nuestro derecho recibir información clara, completa y concisa sobre el diagnóstico y tratamiento que llevaremos, es nuestra obligación ser partícipes y responsables de nuestra salud.
El personal médico es parte de los prestadores de servicios, quienes, como parte de sus responsabilidades, deben de dedicarle un tiempo a aclarar las dudas que tengan sus pacientes y asegurarse que la información fue comprendida. De esta manera, aumentan las probabilidades de que los pacientes sigan las indicaciones y tomen las mejores decisiones para el cuidado de su salud.
Al resolver las preguntas, todos ganan: el personal de salud gana pacientes informados que puede tomar decisiones para un mejor manejo de la enfermedad y recuperación; y los pacientes ganan, al empoderarse, quitarse el estrés del desconocimiento y saber cómo actuar y tomar las decisiones que más se ajusten a su estilo de vida.
No tengamos miedo a preguntar hasta que nos quede claro. Perdemos más al quedarnos con la duda.
Lourdes Tejada
Titulada en Diseño gráfico y pasante de la Maestría en Acción Pública y Desarrollo Social. En su experiencia destaca el ser co-fundadora de una asociación civil y ser miembro fundador de una red de agrupaciones juveniles. Ganadora del Premio Nacional UVM por el Desarrollo Social, cuenta además con el Premio Estatal de la Juventud, el Reconocimiento a Mujer del Año de Ciudad Juárez y la mención de Mujer Líder de México.