Los vecinos de El Reliz han alzado la voz para denunciar un problema que se ha vuelto insostenible: el tráfico es insoportable, la calidad de vida se desploma y las promesas de tranquilidad y áreas verdes han quedado en el olvido. Lo más preocupante es la falta de respuesta por parte de quienes tienen la responsabilidad de gestionar el crecimiento de la ciudad. Cuando llega el momento de rendir cuentas, las autoridades prefieren ocultarse, mientras que en campaña se hacen presentes para vender proyectos que nunca llegan a concretarse.
Lo que sucede en El Reliz, es solo el reflejo de un modelo de ciudad que, a lo largo de los años, ha favorecido el negocio de unos pocos a costa de la calidad de vida de miles de familias. Los permisos de construcción se han otorgado sin una planeación adecuada, sin tener en cuenta la movilidad, la infraestructura y, mucho menos, la seguridad de los vecinos. Es un desorden que venimos denunciando desde hace meses, caminando por las zonas afectadas, analizando la situación y proponiendo soluciones. Sin embargo, la respuesta ha sido evasiva, y la situación solo ha empeorado.
El caos vial que se vive actualmente en El Reliz, y que se extiende a otras zonas como La Cantera y el Periférico de la Juventud, Romanza, la salida a Cuauhtémoc, etc., es un claro ejemplo de cómo la falta de planificación y la especulación inmobiliaria afectan a los ciudadanos. Lo que antes tomaba 10 minutos en desplazarse de un punto a otro, ahora se convierte en un viaje de más de 40 minutos. Esto no es un accidente, es el resultado de una visión de ciudad que prioriza los intereses de unos pocos, sin escuchar las necesidades reales de quienes viven aquí.
Necesitamos una ciudad que crezca de manera ordenada, con justicia social y sin dejar a nadie atrás. Las soluciones no pueden seguir siendo decisiones tomadas a puertas cerradas, sin la participación de quienes se ven directamente afectados.
Es hora de actuar, de escuchar a la gente y de exigir que se tomen decisiones responsables para garantizar un futuro más ordenado y seguro para todos.

Brenda Ríos
Orgullosa Chihuahuense. Amo y respeto la naturaleza. Soy mamá de Alex Benjamin, Austria Camila y esposa de Alex LeBaron. Mi pasión siempre ha sido el servicio público/civil, me inspira luchar por grandes causas que cambien el mundo. Empresaria agrícola y consultora ambiental.